miércoles, 17 de junio de 2009

El agüelo


¿Qué le vamos a hacer?
Me basuriaron, áura que voy pa viejo;
a la edá que a los hombres no les hace
vivir un año más o un año menos
y no es cuestión de andarle mezquinando
a los ojales, cuando sobra cuero.
Risulta qu'esta tarde,
cuando volvía contento, de un arreo,
sentí que unas chirolas m'estorbaban
y me allegué al boliche "Del Recreo"
-no diré pa tomar, porque no tomo-,
pero m´hija, usted sabe, soy agüelo,
y no quise venirme pa las casas
sin tráirle golosinas a mi nieto.
Dentré y pedí, sin repara en naides:
"Me da unos caramelos,
treinta de aquellos que parecen guindas
y veinte d'esos..."
De una mesa de truco medio al fondo
sentí que se me rieron,
y una voz que conozco hasta dormido,
porqu'es aquella que mintió tan fiero,
me revolvió la entraña preguntando:
"-¿Así que son pal nieto?"
Y me volvió a cargar:
"- Y la Ramona
sigue linda, nomás? Le dá recuerdos,
y dígale que espere sentadita
si cré que yo vi a dir a casamiento".
Yo tuve tentación de atropellarlo
y matarlo a lo perro;
ya que ni ansina pagaría la cuenta
que te quedó debiendo de hace tiempo.
Pero pensé que te dejaba sola,
qu'eras muy poco pa cuidarlo al nieto,
y juntando valor pa ser cobarde,
dejé que piensen que le tuve miedo
y agarré los paquetes y me vine.
..................................
¡Nieto! venga pa acá:
¡sus caramelos!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi padre solía recitar este poema gauchesco y escucharlo de nuevo me llenó el alma de nostalgia y de recuerdos...