martes, 13 de marzo de 2012

Hablándole al Malacara

(Pintura: Rodolfo Ramos)

Mirá, malacara viejo,
la pena asoma en mis ojos
al verte, tantos abrojos
pellizcándote el pellejo.
Entre lamentos, me quejo
de lo injusta que es la vida,
que así envejece y olvida
y al avanzar sin clemencia
va cambiando una potencia
en una fuerza vencida.

Vos para mí fuiste usura,
garra, guapeza, pujanza,
y un manantial de confianza
me hacía inspirar tu figura.
Rumbeaste en la noche oscura
sorteando cuevas y matas,
y en esas horas tan gratas
en que guapeó tu arrogancia
no conocía una distancia
que no vencieran tus patas.

Con vos salí de paseo,
pa una fiesta, pa votar,
como salí a reseriar
ó apartaba en un rodeo.
Y dijo un pampa muy feo
que eras el "As" de mi mazo
trás del momento fierazo
-que era pa quedarse mudo-
cuando aquél toro guampudo
se nos vino sobre el lazo.

Otro se hubiera asustao,
pero vos, siempre sobrando,
quedaste como jugando
con las borlas del bocao.
Porque en el tiempo pasao
en que a vos te ponderaron,
muchas cosas nos pasaron,
muchas hazañas hicimos,
y vos y yo nos lucimos
donde muchos se achicaron.

En los campos de "El Dormido"
vos te acordás malacara
que el avestruz que se alzara
podía darse por vencido.
Ta... a lo grande me he lucido
entre amigos mesturao,
porque un criollo acreditao
con mentas de boleador
siente una dicha mayor
al saberse bien montao.

Lo que fuiste y lo que he sido
no vale más para nada
si el tiempo en cada pasada
nos echa tierra de olvido.
Debemos dar por perdido
lo que ganamos los dos,
y aunque recuerde ante vos
las glorias de nuestro ayer
no hay quien se pueda volver
del rumbo que marca Dios.

No hay comentarios: