Remolinos de nostalgias
de añejo pasado acercan,
rumores de vaquerías,
domas, potros, pampa abierta,
del gaucho que hizo la patria,
de malones y fronteras.
Gaucho de nómade origen
gestor de una clase nueva.
En la América salvaje
domó sus vírgenes tierras,
y se bebió la distancia
campo adentro, sin barreras.
Soldado heroico en la paz
gaucho valiente en la guerra,
diestro con la lanza en ristre
o empuñando la mancera;
entregó a la patria frutos
en productivas cosechas.
Con el galopar del tiempo
se le acortaron las huellas,
tensos hilos y esquineros
le pusieron una reja,
y al potro de su destino
lo sosegaron las leguas.
Al paso de brioso pingo
hoy llega en ritmo de fiesta;
lo emponcha un cielo de glorias,
y una musical ofrenda,
le da el tintín del "cencerro"
de su tropilla azuleja.
Aunque los años lo ataron
a sus costumbres modernas,
en cada acción solidaria
hay una voz que recuerda;
¡El gaucho sigue vigente
no es ni mito ni leyenda!
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