miércoles, 9 de abril de 2014

Los brazos de un "Angelito"




El silencio voy a pedir,
para contar una historia
que quedará en la memoria,
de aquél que la sepa oir;
no se si voy a resistir
sin lagrimear este cuento,
nacío de un argumento
verídico que ha pasao
y si se quedan callao
se las dire al momento.

Tengo miedo al soltar
el verso que aquí despacho
le afloje el alma algun macho
y se largue a lloriquear,
yo tambien suelo llorar
cuando a veces lo repito
siempre lo digo a los gritos
para que aprendan los otros:
-"¡Entre domadas de potros
no deben andar muchachitos!".

Yo tuve un hijo que dí
lo mejor que a hay en mi ser
y tuve un gran padecer
el día que lo perdí;
fue una tarde que me fui
a recorrerlo al bañao
a mi hijo llevé a mi lao
en un Tobiano petiso;
volví arriando unos mestizos
que tenía de bocao.

Al dentrarlos pa'l corral
fui cerrando la tranquera
y a una Picasa Estrellera
le fui prendiendo el bozal,
luego fui a desensillar
pues que la noche se venía,
y el sol casi con agonía
despacio se venía ocultando,
yo me estaba preguntando
si saldría al otro día.

Al otro día al aclarar,
si era cosa de no creer,
amaneció pa llover
y empezaba a lloviznar.
A mi hijo fui a despertar
pues aun estaba dormido
como era consentido
y yo no ando con gambeta
ya le arrimé una galleta
y un jarro'e mate cocido.

Había parao de llover
y el solcito se asomaba
y estirando un lazo estaba
que a mi hijo había echo hacer...
¡Si hasta hoy no lo puedo creer!,
los dos fuimos pa'l corral
cuando empecé a rebolear
se lo volqué a un Ruano malo
y ya lo arrimé pa'l palo,
pa poderlo embozalar.

Por no atar el lazo fijo,
al muchacho lo llamé
y dos vueltas le pegué
por el palenque prolijo.
Le dije: -" Afirmese hijo
que yo embozalo al maldito",
cuando sentí un fuerte grito
que hasta hoy lo siento, paisano,
pegó la sentada el Ruano
y le cortó los brazitos.

Lo llevé corriendo al rancho
y la madre acongojada
se me cayó desmayada
al ver que sangraba tanto,
mi hijo casi a los llantos
me dijo casí a los gritos,
al mirarse pobrecito
la sangre que le emanaba:
-"¡No podré ayudarte en nada,
ya no tengo mis brazitos!"...

Cuando en el campo uno vive,
no hay hospital que esté abierto
porque es igual al desierto
allí nada se consigue ...
Me quedé al lado del pibe
unas tres horas pasaron,
la Madre a la disparada
sin creer lo que pasó;
cuando a mi hijo le agarró
una fiebre que volaba.

A treinta leguas estaba,
el pueblito "El Ruiseñor"
ande se hayaba el Doctor
que todo solucionaba,
una esperanza quedaba
y sin pensar me largué
treinta leguas galopié
y al encontrarlo al Doctor,
le he comentao el horror
que esa mañana pasé.

Converse con el Doctor
le conté lo que ocurría,
me dijo:  "¡ Pronto enseguida
le voy a calmar el dolor!".
-"¡Pero apurese Doctor
que estoy desesperao,
mucha fiebre ha levantao,
debe ser por el desgarro
y allí en el medio del barro
sus dos brazitos han quedao!".

Salimos más que ligero
y al pisar mi tranquera
mi mujer estaba afuera
sentaba abajo del alero...
Sus ojos como un lucero
de lágrimas empapaos
con un tono acongojao
me dijo entre voz cortada :
"Ya no pueden hacer nada,
nuestro hijo se ha marchao".

Solo tenía diez años
y por delante una vida
por el dolor de su herida
hoy a mis ojos empaño;
si vieran cuánto lo extraño,
cuando salgo pal bañao,
siempre llevo a mi costao
a su Tobiano petiso
pa creerme que mi hijo
va conmigo aquí a mi lao.

lunes, 7 de abril de 2014

José Hernández



Cuando cae la noche de la pampa
sobre las crines de los pajonales
y  las vigüelas tejen la vidala,
el silencio es tu barba, José Hernández.

Cuando crece a lo lejos la tormenta
y  el trébol se eetremece con el aire,
galopa el trueno su malón redondo
y la luz es tu verbo, José Hernández.

No hay rumbo del silencio que no cubra
tu Martín Fierro, entre nuestro gauchaje;
y donde se desenfunda una guitarra
tus versos la fecundan , José Hernández.

No hay ranchito en que no arda tu poesía
cuando se yapa el vino con la sangre
y hay que aventar a la pena respirando
tu corazón de pueblo, José Hernández.

Y en la boca de cada peón de campo,
con gusto a corazón insobornable,
el grito vivirá con tus palabras
porque eres Martín Fierro, José Hernández.

Porque siempre templaste el instrumento
para expresar el alma del gauchaje
poniéndole palabras al silencio de tu pueblo,
en él vives José Hernández.

Y cuando la violencia o la injusticia
metan sus sanguijuelas insaciables,
alzará con tu voz el horizonte
un malón de guitarras populares,
y sercá cada criollo un Martín Fierro
y nuestra rebeldía, José Hernández.

Casi un refalón (Salmo criollo: 72/73)



1
¡Buenazo es Dios con los rectos,
los de limpio corazón!
Pero... casi un refalón
por poco no me he pegado
por mirar a los malvados
y juzgar su situación.

2
Para ellos no hay día fulero:
están fornidos y sanos;
la plaga, roya o gusano
no les ataca el cultivo:
por eso son tan altivos
y desprecian al paisano.

3
Revientan de puro gordos
y tienen muchas ideas,
insultan y fantasean
provocando a todo el mundo:
su saber es tan profundo
que de todo lengüetean.

4
Y el pobre, que es ignorante,
traga nomás el anzuelo.
Ellos hablan contra el cielo
y dicen: "Dios no se entera",
y... opinando a su manera,
alambran leguas de suelo.

5
Me dije entonces con rabia:
"¡Pa qué diablos ser honesto!".
¿No es al ñudo todo esto
si al final de la jornada
uno se queda sin nada
y hasta le quitan el puesto?

6
Pero pensando me dije;
"No tengo que hablar así;
algún misterio hay aquí".
Y aunque es cosa peliaguda,
de tanto rumiar mi duda,
al final lo comprendí.

7
Dejalos nomás que engorden...
van camino al matadero.
Un día viene el carguero
y despiertan en la feria.
Allí aguarda la miseria...
y la estaca para el cuero.

8
Cuando mordía mi rabia
sin poderme sofrenar,
la verdad que estuve mal
y que nada comprendía:
¡Que la cosa se me hacía
como el palenque al bagual!

9
Pero ahora que comprendo
y sé que soy de tu agrado,
me mantengo sosegado
y confío en tus proyectos
que fueron siempre correctos
y me llevan a buen lado.

10
Si sos Vos quien va conmigo
¿qué me importa lo demás?
El deseo va detrás
de lo que ama el corazón.
Sólo Dios es mi porción
que no he de perder jamás.

11
El que se aleja se pierde
si no vuelve a la majada.
Pa mí ya no quiero nada
sino el estar junto a Dios
y cantar en la oración
rumbiando pa su  morada.

domingo, 6 de abril de 2014

Ni más ni menos (Milonga)



Nunca m´he creído más que otro,
Tampoco menos que naide,
No lo tomen como alarde
Que no soy echao p´atrás,
Que todo hombre qu´es capaz
No gasta saliva en balde,
Y aunque de colmillo grande...
- Y perdonen este tono -
Cuando a mí me pica el lomo
Uñas tengo pa´rascarme.

Mírenme por cualquier lao
No me quito ni me doy,
rubión así como soy
Algunas me han codiceao,
Tal vez al verme callao,
Han de pensar que soy mudo,
Pero sé apretar el ñudo
De a poquito y muy prudente...
Estando el horno caliente
Yo nunca saco el pan crudo.

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*
Lo que en antes aprendí
es saber que tengo ahora
más golpeao que boleadoras
en la vida me curtí.
No porque me vean ansí
me han de arrear con alpargata
que muchos son pura lata
y se las llevan muy fijas,
pero pa’ echar a verijas
hay que afirmarse en las patas.

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*(estrofa faltante)

Me ha tocao entrar a un baile
Y echarle el ojo a una prienda,
Sin preguntar quién arrienda
El campo de sus amores.
Y nunca juí de los piores
Pa´ elegir una potranca,
Y en menos que un gallo canta
Sacarle un, "sí", de respuesta,
Y en lo mejor de la fiesta
Salir con la china en ancas.

Así soy, ni más ni menos
Y no es eso pretensión,
Por propia equivocación
Perdono el error ajeno.
Algunas veces me quemo
Por avivar otras brasas,
Mas cuando el invierno arrasa
El hombre apriende y se asienta...
La llama que más calienta
Es la que uno tiene en casa.
_______________________________

Gracias don Omar R.Delfino por tan gaucho aporte!!

Rumbos - Reselos de viejo



(Pintura: Eleodoro Marenco)


Nas'el hombre, y es clavao,
que al naser, nase su estreya,
y ha de seguir por la güeya
qu'el Destino le ha trasáo.
Su rumbo ya está marcáo,
anque agarre otro camino,
y no habrá poder divino,
ni mano que tenga juersa,
pá qu'en el aire la tuersa
a la taba del Destino.

A veses, tuitas se asiertan,
y a veses, tuitas se yerran.
Mal hasen los que s'emperran
en la mala, y no resiertan.
Los hombres que se dispiertan
al golpe de lo fatal,
han de ver que pá su mal
difísilmente hay rimedio,
"porqu'el que nase pá medio
nunca v'a yegar a rial".
.................................
.................................
Cuando en noches escurasas
la ladrona comadreja
de su guarida se aleja
y va rumbo'e las casas,
dejuro en unas gordasas
gayinas, piensa sin yerro.
Y a lo mejor en el fierro
de un facón se v'a ensartar
o va derecho a "espichar"
entre los dientes de un perro.

De su rancho sale un crioyo
con rumbo a la pulpería,
y ¡aijuna! quién le diría
qu'ese es el rumbo del hoyo!
Se le presienta un embroyo;
atropeya, pega un grito;
¡como ansina estaba escrito
ayí nomás yeva el tumbo!
y ahí tienen ¡canejo! el rumbo
cambiáo en un momentito.

Ansina tuito ha de ser,
no hay güenos ni malos rumbos;
hay levantes y derrumbos
que tienen que aconteser.
El hombre no deb'e crer
más qu'en la fatalidá,
que al rumbiar p'ande uno vá
el Destino manda y juega:
si no ha de yegar, no yega,
si ha de yegar, yegará.

Munchas veses ¡si es sonsera!
siguiend'un rumbo claváo,
el Destino me ha volcáo
"como carreta en ladera".
¡Que la suerte traisionera
me ha lesionáo con eseso!
y nada estraño, por eso,
si atrás de un rumbo sertero,
¡cuántas ves, y en cuánt'ujero,
cuasi me quiebro el pescueso!

¡Cuántas veses, la ilusión
-creyend'una cosa sierta-
"como verdolaga en güerta"
cundió por mi corasón!
Msa no faltó serrasón
que me ñublara el destino.
Y ansina un gaucho de tino,
baquianaso y rumbiador,
pierd'el rumbo a lo mejor
y se queda en el camino.

Lo qu'en antes claro vía,
hoy lo miro con más calma.
¡Si en el cuerpo y en el alma
tengo marcas entuavía!
El rumbo'e la casa mía
es mi rumbo más querido;
pero siempre ando alvertido
anque por mis pagos ande,
qu'es como paloma grande
el viejo Santos Garrido.

jueves, 3 de abril de 2014

Por las Islas y los jinetes




Aunque ando medio pobrón,
años que vengo remando,
hoy cuando estaban pagando
una changa en el galpón;
sentí un enorme alegrón
mientras lo iba contando,
cuando estaba terminando
y redondeando la cuenta
vi en un billete de cincuenta
a un paisano jineteando.


Del otro lao, las Malvinas
como emblema natural
ese tesoro austral
de la gran patria Argentina,
se me formo una neblina,
me quede tartamudeando,
es cierto estaba llorando
no me avergüenzo en decirlo
vi a un zurdo pegando un chirlo
a un overo, jineteando.


Como un homenaje al pingo
que nació pa reservao
el hombre va bien sentao
pa que conozcan los gringo',
por eso es que lo distingo
ya que no estaba soñando
si hasta me crei que cuando...
tuve la plata en mi mano
era mi padre el paisano
de la foto jineteando.


El que diseñó el billete
veo no viene colao
a sus ancestros a honrao
seguro fueron jinetes;
es la historia que arremete
la guerra que fue matando
a esos héroes que luchando
defendieron las Malvinas
y la cultura Argentina
se la honra jineteando.


Pagué la cuenta al pulpero
otras deudas que tenia
pero al billete ese día
me lo guarde compañero
pienso que el gaucho Rivero
sintió que lo estan honrando
y mientras sigo mirando
una emoción me domina:
veo de un lado las Malvinas
y al dorso uno jineteando...



Mala yerba

(Pintura: Rodolfo Ramos)


1
Volvía de noche lloviendo
en dirección pa’ las casa’
con un temporal de frente
de agua, que Dios mandaba;
pa’ pior, que medio culeco
había arrancao la mañana,
yo pensé pa’ mis adentros
“será de poca importancia”.
Se m’hizo largo el camino
y llegué a mi rancho agatas.
2
Desensillé como pude
a mi “gatiao malacara”
y dentré a llevar pa’dentro
de una por una mis guascas,
que esa noche como nunca
se me hacían más pesadas;
apenas largué “el gatiao”
lo sentí que relinchaba
demientras que la madrina
buscó el reparo’e las casa’.
3
Aunque ariscón pa’l dotor
igual que’l finao mi Tata
no me quedó más remedio
que hacerme achurar la panza,
¡bendita sea la cencia!
pensé después en la cama
cuando de a poco mis males
sentí que me abandonaban,
dice un refrán “que no mueren
ni se pierden yerbas malas”.
4
Cerca el rancho, mi tropilla
la veo siempre rodiada,
se les ha crecido el tuse
y están de ranillas largas,
es señal de que a su dueño
anduvo un tiempo en la mala,
la verdá, pa’ que decir
está un poco abandonada
y hace un tiempo que no ensillo
a mi “gatiao malacara”.
5
El otro día, despacito
les pegué una rasquetiada
y tengo que desvasarlos
que también les hace falta,
pero no puedo agacharme
ni pa’lcanzar la alpargata
y aunque me dijo el dotor
que no haga juerza pa’ nada
¡no se han de morir chapinos
en cuanto me den las tabas!
6
Si alguno afloja una mano
o renguea de una pata,
las curas son muy sencillas
cuando el hombre se da mañana,
si se trata de hormigueros
o porque diablos se manca,
siendo un paisano prolijo
que de su astucia hace gala,
no deja morir su pingo
por cosas sin importancia.
7
Una “tropilla de amigos”
en tan bravas circunstancias
me tienen siempre rodiao
como a la “overa rosada”,
sin tener mucha querencia
se han atracao pa’ las casa’,
otros relinchan de lejos
porque me sienten y estrañan
mientra’engordan los alzao
que andan de cola parada.
8
Pero no ha de ser pa’ tanto
que dure mi mala racha,
un tropezón no es caída
pa’ los criollos de mi laya;
saldré de nuevo al camino
con mi tropilla entablada,
sanitos y bien tusaos
y bien sobadas mis guascas,
me gusta ser precavido

…cuando las huellas son largas.



Del tiempo de los reseros



(Foto: Eduardo Amorim)













Iban entrando al paraje

de la estancia “La Florida”
por una calle tendida
de muy bonito paisaje;
serio los hombre’n el viaje
gritándole al cola fina
y al tranquiar de la madrina
con el tañir del cencerro,
alborotaban los perros
de algunas casas vecinas.

“-Vaya a charquiar la paleta
(dijo el capataz Mauricio)
de pasada alce los vicio’
que están en esa maleta;
va a ser mejor que le meta
y vaya prendiendo fuego
que nosotros vamos luego,
tengo que acortar el tranco
porque van dos toros mancos,
si los apuro… no llego.”

Una legua galopió
más o meno’aquel resero
y al puesto del caminero
al poco rato llegó,
ni bien las manos golpió
lo invitaron a pasar,
dijo: “-Vengo a molestar
si no es ningún compromiso,
quiero que me den permiso,
traigo carne para asar.”

Iban tejiendo amistá
achicando las distancias
arriando pa’ las estancias
o rumbo a Vivoratá;
reseros y capataz
compartían un buen mate
y mientra’el fuego se bate
con la llama que no apaga
comentan de Madariaga
que estuvo lindo el remate.

Las vacas amontonadas
no se ven por esa senda,
en los camiones de hacienda
ahora viajan enjauladas,
de esa forma transportadas
a cualquier punto se van,
pero esos hombres no están
marchando por los praderas,
solo queda la tapera
de don Salvador Luján.

Doña Inocencia



(Pintura: Cleto Ciocchini)

1
Una ve’stuve apurao
en un puesto’e los Ayala
cuando le arrastraba el ala
a la chica’e los Aldao;
entre ojos me había tomao
la madre de’sa mi china,
y una vez que’n la cocina
yo estaba junto a mi ñata
¡cuasi me ruempe una pata
con un palo’e sina-sina!
2
Se vinieron varios piones,
entre ellos venía Romero
que’ramos muy compañeros
en destintas ucasiones;
“-No me gustan los matones!
-les gritó con valentía-
esto va por cuenta mía
y el gasto lo pago yo”,
ella mesma me curó
y es mi suegra de’se dia.
3
Es una china güenaza
pero… difícil de arriar
y eso les puede contar
“El Pampa” don Juan Barraza.
Una vez llegó a su casa
buscando un potrillo overo
que “El Pampa” -medio cuatrero-
se lo negó, y pa’ tal caso
se desmontó de un “picazo”
sin más armas que’l talero.
4
Le dijo: “-Atrás del galpón
está el potrillo que busco”
y le dio un guascazo al cusco
que le toriaba el garrón;
“El Pampa” sacó el facón
y quiso atajarle el paso,
y del primer talerazo
le hizo perder el cuchillo,
dispués se trajo el potrillo
apariao con el “picazo”.
5
Otra vez a un tal Molina
por causa de unos terneros
le pegó un susto tan fiero
que se ganó en la cocina;
y aunque era güeña vecina
-en esto tenía su fama-
asigún contaba mama
que de noche acostao
tenía el rebenque colgao
en la perilla’e la cama.
6
Jamás pelió sin razón
y donde quiera que andaba
la gente la respetaba
como sin juese un varón,
y en más de una ocasión
siendo tan güeña, por eso,
galopiaba de esprofeso
como chico a los mandao,
pa’ curar un empachao
sin cobrar jamás un peso.
7
Su esposo Zenón Aldao
campero como los talas
que’n la estancia’e los Ayala
jue domador muy mentao,
al pialarla de volcao
a una yegua puerta’juera
se resintió en la cadera
pero ella, con todo esmero,
le galopió unos overos
de un tal Nemesio Contrera.
8
Su nombre, Inocencia Lara,
con mas años que el empacho,
se crió catorce muchachos
sin otra que la ayudara,
por su hija menor, la Clara,
esa vez cuasi me achura;
hoy se ha’chicao su figura,
está viejona y enclenque
¡pero aun maneja el rebenque
con habilidá y soltura!

miércoles, 2 de abril de 2014

Hermanita Perdida


De la mañana a la noche.
De la noche a la mañana.
En grandes olas azules
y encajes de espumas blancas,
te va llegando el saludo
permanente de la Patria.
Ay, hermanita perdida.
Hermanita: vuelve a casa.

Amarillentos papeles
te pintan con otra laya.
Pero son veinte millones
que te llamamos: hermana...
Sobre las aguas australes
planean gaviotas blancas.
Dura piedra enternecida
por la sagrada esperanza.
Ay, hermanita perdida.
Hermanita: vuelve a casa.

Malvinas, tierra cautiva
de un rubio tiempo pirata.
Patagonia te suspira.
Toda la Pampa te llama.
Seguirán las mil banderas
del mar, azules y blancas,
pero, queremos ver una
sobre tus piedras clavada.
Para llenarte de criollos.
Para curtirte la cara
hasta que logres el gesto
tradicional de la Patria