jueves, 2 de abril de 2009

Milonga para mi padre



Quiero que el cariño encuadre
en un marco muy profundo
pa' poder pintarle al mundo
el retrato de mi padre.
El que fue junto a mi madre
un ejemplo de constancia
y en el puesto de una estancia,
entre rutina campera,
fue viviendo a su manera
sencillo y sin arrogancia.

Un par de pobladas cejas
le sombreaban la mirada
y una sonrisa marcada
por dentadura pareja.
Media bayuca de vieja
la gorra vasca que usaba,
pa adelante se la echaba
como señalando el suelo;
mientras el negro pañuelo
el mentón le acariciaba.

Usaba para estribar
en su recao de trabajo,
un par de argollas que trajo
quien sabe de qué lugar.-
Estriberas de acortar
con una vuelta 'e corrión,
de dos vueltas el cinchón
qu'el cojinillo apretaba
y más de una vez lo usaba
para manear un redomón.

un viejo "triste" campero
sabía silbar muy bajito,
mientras andaba al tranquito
recorriendo algún potrero.
Será porque fue resero
que nunca andaba apurao,
como cuidando el montao
pa distintas ocasiones,
que al campo los sopetones
le nacen de cualquier lao.

De mucha sabiduría
en las cuestiones camperas
y de palabra severa
pa rechazar porquerías.
Mateando esperaba el día,
sentado en un banco bajo
y nunca sintió relajo
por lo que tuvo que hacer
porque él templó su saber
en la fragua del trabajo.

Nunca le supe decir
lo mucho que lo quería
y que triste fue aquél día
cuando dejó de vivir.
Ahí mi cuerpo entró a sentir
los lazasos del quebranto
y al mojar mi cara el llanto,
como palabra de ausencia;
yo iba tomando conciencia
de haberlo querido tanto.

No hay comentarios: