martes, 28 de abril de 2009

Cardos...


De vos dicen que sos plaga
y de mi que soy un vago
porque ocupas tierra ajena
y a mi por andar cantando.
Los dos tenemos espinas,
vos en tus hojas y tayos
y yo las tengo en mis versos
cuando una injusticia canto,
pero también a su tiempo
en flores sabemos darnos.

En inclemencias del tiempo
proteges y das reparo
a cuanto ser sin guarida
se atraca desamparado.
Como yo, que abrigo en letras
sueños con niños jugando
sin hambre y en las escuelas
con un futuro más claro;
donde no existan las guerras
ni el hombre discriminado.

Al madurar tus semiyas
las toma el viento en sus manos
para convertir en trinos
el hambre de muchos pájaros.
Yo también le doy al viento
las coplas que voy cantando
para alimentar palomas
que hambrientas siguen buscando:
paz, justicia y libertad
en el mundo que habitamos.

Y por más que nos persigan
no han de poder desterrarnos
pues somos un poco tierra
y somos un poco pájaros.
Las hueyas hacen sentirnos
dueños de nuestros espacios.
Por eso si nos comparan
se darán cuenta y no errados,
lo parecido que somos
los cantores y los cardos.

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