miércoles, 3 de octubre de 2018

Peona corazón de fierro




Fuiste reina indiscutida
vieja cocina de leña,
y mi memoria se empeña
en recordarte por vida.
Quizá sucia y carcomida
te encuentres en un rincón
el fuego de tu emoción
hoy, te calienta la plancha…
porque hiciste la pata’ncha
junto a tu hermano el fogón.

Te vi en el campo con brillo
bien reluciente y limpita,
cuando la buena abuelita
te frotó con un ladrillo.
Método simple y sencillo
para que luzcas esbelta
y al calorcito que suelta
la llama en una ramita…
mientras el fuego crepita
se hace un bife vuelta y vuelta.

Si habrás quemado ilusiones
junto a quienes te rodeaban
en años en que escaseaban
los lujos y patacones.
Si habrás escuchao los peones
en las frías madrugadas
y esa, tu almita tiznada
debe aguardar todavía
el eco de una alegría
o una pena trasnochada.

Pa’l tiempo’e las choriceadas
te hicieron rendir a pleno,
de humo se fue el caño lleno
con tren en repechadas.
Y se puso colorada
la chimenea con razón
por tu férreo corazón
se desangró la ceniza…
y tu horno doró con prisa
la torta de chicharrón.

Vieja cocina querida
cuantas cosas que vivimos,
en tiempos que compartimos
aquel pedazo de vida.
La nostalgia dolorida
en un nudo retorcido
pero el tiempo no ha podido
sacarte de mi memoria…
vos, sos un cacho de historia
con gusto a mate cocido.

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