(Pintura: Carlos Montefusco)
¿En mis tiempos? ¡ Había'e pasar eso!
¡Cualquier día mis jefes se entregaban
mientras quedase medio taco'e pólvora
y se hallase un bagual en la campaña!
¿Q'en Tupambay y en Masoller quedaron
panza arriba unos cuantos? ¡Vaya... vaya...!
¡En el Sauce, estuvimos cinco días
recogiendo los muertos, a carradas,
y entuavía con tantos que sobraron
se rellenaron tuitas las barrancas!
¡Engordaban los pastos, con la sangre
q'empapaba los campos de la patria!
Entonces se atracaban cuerpo a cuerpo.
¡No se tiraban dende veinte cuadras!
¡Clavando al redomón la nazarena,
viboriando la lanza,
pegaos al costillar, como los indios,
y dando al aire las golillas blancas,
ansina es que cargábamos nosotros!
¡Ansina el entrevero se formaba!
Boliadora, facón, lanza y trabuco,
mano a mano y en lay, como Dios manda!
¿Áura? Fusiles de cuarenta tiros
que alcanzan a cien cuadras,
y si las moras pican de cerquita,
como el guazuvirá, golver el anca!
El gauchaje en mis tiempos, se reía
del alboroto que arma la metralla;
¿los cañones? servían... ¡pa enlazarlos
y tráirlos a tirones, como rastra!
Yo no digo que ustedes sean más flojos;
ya sé q'hicieron, sí, la pata ancha...
pero ¡canejo!, no es ni parecido
a aquellos tiempos de mi edá pasada!
.............................
Ansí, en la rueda del fogón, de noche,
en la cocina grande de la estancia
un viejo nos habló. Y lo escuchamos
con rispeto y callaos, que su palabra
tenía el prestigio de catorce heridas
ganadas en el campo de batalla,
cuando los años no le habían dejao
cáidos los brazos y la barba blanca!
Y aemás q'es puro rezongar de viejo
que por sus nietos se le cae la baba;
él sabe bien del modo que peliamos,
que quien nos redotó, jué la disgracia...
¡Sobre el pucho nomás, estamos prontos
pa salir otra vez, por la revancha!
El criollo es siempre el mesmo
de chiripá bordao o de bombacha;
y sabe pelear, áura, igualito
que allá en los tiempos de la edá pasada.
¡No jué más duro el Sauce o Manantiales
que Tupambay, Illescas o Las Palmas!
Y aunque el viejo lo sabe, nos rezonga,
cuando entre mate y mate nos relata
las cosas de su tiempo... Y es que entonces
él, de cerquita véia las hazañas,
y áura se queda en el fogón, matiando,
mientras los nuevos hacen las hombradas.
LOS HERMANOS BALTAZAR
Hace 6 días
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