miércoles, 7 de diciembre de 2011

Éxito


Tiene veinte años,
y en el campo inmenso
de sus ilusiones
sólo su persona
brilla y se destaca.

Llega y le reciben:
un señor muy gordo
y un perro muy flaco.
El señor esboza
un seco saludo.
El perro se acerca,
comienza a olfatearle,
le vuelve la espalda,
y, sobre sus valijas,
¡levanta la pata!

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