domingo, 1 de enero de 2017

Milonga



Milonga quiero contarte
el sentir que en mí despierta,
sentir de puertas abiertas
y afianzao en todas partes,
te convertiste en baluarte
melodioso de un fogón;
liderás aquél galpón
que reune a la peonada,
milonga sos casi nada:
¡puntal de la tradición!

Milonga al besar los labios
en el silbo de un mensual,
sos ladero sin igual
al decir de un viejo sabio;
no soportás el agravio
y tus versos me acorralan
y si algo injusto señalan
las letras de tu cantar,
también se verá al andar
que a la justicia apuntalan.

Milonga'e la pampa nuestra,
sagrada pa'el paisanaje,
sabés cantarle al paisaje,
al indio y a la maestra.
Un botón basta pa'muestra
en este sentir campero,
le has cantao al parejero
y al "lunar de la tropilla",
milonga pampa y sencilla
que me hace sentir surero.

A la cocina del rancho
tu inspiración ha llegao,
a la yerra del ganao
y a la carneada del chancho;
a lo largo y a lo ancho
de nuestro suelo Argentino,
recorriste mil caminos
y con tus versos bien criollos,
pialaste con todo el rollo
haciendo frente al destino.

A la jugada de taba
también tu voz ha llegao,
y en el canto improvisao
a los bardos enfrentaba.
Y cuando la vuelta daba
de un palenque, un reservao,
también tu voz ha llegao
en un floreo al compás,
diciéndole que jamás
otro mejor ha bajao.

Milonga de Alberto Danza,
de José Larralde "el Pampa",
milonga criolla, tu estampa,
no ha de tener semejanza.
Víctor Velázquez, "el Panza
Verde" de "La Primavera",
Lopez Terra de primera,
Don Atahualpa "el maestro",
y cualquier paisano nuestro
que te pulse donde quiera.

Criolla milonga pampeana
sos de la historia reseña,
vieja milonga porteña
contando historias urbanas;
milonga sos la campana
con el tañir más divino,
has señalado caminos
y otros tantos has abierto:
a cada paso el desierto
del territorio Argentino.

Milonga quise contarte
un decir, un pensamiento:
dejá que te lleve el viento
y ganate en todas partes,
llevás de la mano el arte
Argentino y de los otros,
tus poetas, los de nosotros,
de versos te han de llenar
y no debés olvidar:
ande hay yeguas nacen potros.



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