sábado, 8 de octubre de 2011

Matungo



Pobre matungo maceta
que estás muriendo en el llano
donde tan sólo el silencio
suele arrimarse pastando...
Pálida nube destiñe
torvas sombras de caranchos,
y suspirás un relincho
como si fuera un llamado,
pero es patrón "Don Olvido"
y tiene muchos caballos.

Viejos octubres te vieron
piafar de pronto orejeando
cuando un fugar de potrancas
quemó tu hijar encelado,
eran entonces tus crines
fieras banderas flameando;
sólo el trueno era más trueno,
sólo el rayo era más rayo
y erguida luz resbalaba
por el temblor de tus flancos.

Ai quedará tu osamente
con las costillas blanqueando...
será tambor de aguaceros
tu viejo cuero tubiano...
Asomarán por tus cuencas
dos flores nuevas del campo,
a "curiosiar" una historia
de huesos desparramados
que ni verán los potrillos
cuando pasen retozando.

Nadie pondera tu pelo
pero vos fuiste caballo
de manear con el pañuelo,
de enlazar y fiarte el lazo;
comedido en los apartes,
pechador de toros bravos,
velay tu aliento, tu rienda,
tu lindo galope largo...
Velay, qué sino parejo
tienen matungo y cristiano!

Lluvia en la guitarra


Sordo tambor de totoras
tocan quedos dedos de agua...

La llovizna, aviva el verde
sin rumbos de la esperanza...

Un cielo color de ausencia
se cuela por mi ventana

y hay una gloria de horneros
que un hueco al amor embarran...

Negra chicharra de invierno
canta en el fuego la pava;

mis sueños se desperezan
entre un humo de nostalgia...

Brillan algunos recuerdos
cristalinos en la paja,

y se afina una gotera
muscial en mi guitarra.

Canción para mi abrazo abandonado

(Pintura: Molina Campos)
Yo guardaba un abrazo deshabitado, entonces,
como un círculo tibio consagrado a la espera;
y el silencio viajaba sonoro por el bronce
de mi pecho, perdido para la primavera.

Mi abrazo, era el redondo lugar de una ternura
que se estaba muriendo con pena de tapera;
un espejo vacío que adoraba a la luna;
el brocal derrumbado de una cachimba ciega.

Cuando la sed del beso torturaba mi sangre,
y el jagüel de mi abrazo se agostaba en el yermo,
un tropel de recuerdos ardientes, indomables,
martillaba salvaje la pampa de mi pecho.

Yo cerraba mi abrazo deshabitado entonces...
Abrevadero ansioso de abrevar, y sin huellas;
desconocido y solo sobre el paisaje arisco,
sin, siquiera, cicatrices fugaces de luciérnagas.

Pero llegó una noche, porque Dios no se olvida
cuando ha puesto una gota de azul sobre la tierra,
en que besó el derrumbe parcial de mi ternura
una luz que tenía... no sé qué de alma en pena.

Ahora, no importa que se cierre mi abrazo,
con un derrumbamiento total entre malezas,
que bien alcanza el beso de luz que me ha dejado
para estas tristes gotas de agua que me quedan.

De los pagos del tiempo

De los pagos del tiempo me he llegao
y a los pagos del tiempo he de seguir,
rejuntando majadas de vergüenzas cansadas,
pa' brindar el resuello de un sentir.

Y en los campos de naides pastorear,
la gauchada que sola se ha quedao.
Y en los postes del hambre
viá cortar el alambre,
pa' que naide se sienta acorralao.

Pueda ser que me aguante hasta llegar
este flete de sueños que he montao
y pa arrear despacito,
sin perradas ni gritos,
mis vergüenzas cansadas.

O en la cruz de un camino
ha de hallarme el destino,
masticándome el alma.
Masticándome el alma.
Masticándome el alma.

De los pagos del tiempo me he llegao,
y a los pagos del tiempo he de seguir.
Nunca digan que es nunca,
la esperanza se trunca
cuando el hombre se arruga al sufrir.

Si lastima la nada del "no se",
y el sentir nunca es nada pa' saber.
Si la duda se agranda,
la conciencia se ablanda
y el vivir es distancia.

Pueda ser que me aguante hasta llegar.
este flete de sueños que he montao.
y pa arrear despacito
sin perradas ni gritos,
mis vergüenzas cansadas.

O en la cruz de un camino
ha de hallarme el destino,
masticándome el alma.
Masticándome el alma.
Masticándome el alma

Canción secreta


I
Le vi desnudar su cobre
para jugar en el agua,
por los súbitos rumores
pajareros de una rama.

Yo estaba solito y solo
sentado en una barranca
mirando el chisporroteo
de un cardumen de mojarras,

y era una tarde estío;
por el Huerto de los Talas,
el aire rodaba dulce
como miel de lechiguanas...

Su fina piel de guayabo,
silo de soles, andaba
de las caricias del río
al abrazo de la playa;

y era redondo el arrullo
caliente de las torcazas,
y el churrinche prisionero
de mis sienes, palpitaba
palpitaba... y ella, abría
su risa como jaula.

II
Se lo dije sin los ojos.
Se lo dije... con palabras
que iban muriendo en el río
como frases deshojadas,
como pétalos mordidos,
como migas de esperanzas.

Nos quisimos en la ardiente
medialuna de la playa;
me obsequió una flor de ceibo,
pero la dejé olvidada...
Recorrimos el cariño
desde el cobre hasta la plata,
y hasta el pago de los grillos
por un trillo de chicharras.

Se me marchó con la luna
(La luna vino a buscarla
por los senderos del monte,
con mucho miedo en la cara).

III
Nos vimos de tarde en tarde:
mientras campeaba sus vacas,
visitábamos el trébol,
los maizales y las parvas,
y una tarde, nos cubrieron
los hinojos, que levantan
sus sombrillas amarillas
como niñas estiradas.

Y después...
fue en el invierno;
una tarde fría y clara,
como las gotas de lluvia
que se escurren por los talas.

Me dijo sílabas tristes,
parecidas a las lágrimas,
y yo... cosas parecidas
a pañuelos contestaba.

Pero todo fue de balde;
la suerte ya estaba echada
y hubo que romper las horas
como se rompen las cartas...

Cuando me dijo el adiós
me desgajé sin palabras;
gritó el lucero, angustiado
de verme solo en la playa

y... creo que fue esa tarde
que yo encontré mi guitarra.

Huella del rastreador (Huella)



Voy gastando la vida en rastrear algo que no deja huella
pero tal vez, cuando este viento loco haya pasado,
alguien grite en el aire polvoriento
que ha encontrado la huella del rastreador

.........................................
Rastreador de tu huella
vengo de lejos;
no le digas a naide
cuánto te quiero...

Yo he perdido en la huella
mi corazón;
si llegás a encontrarlo
vidita, traemeló.

Dende lejos me vine
pa'que me quieras,
huella, huella, huellita
de mi tristeza...

Dende lejos me vine,
solo me voy;
talariando una huella,
vidita, te digo adiós.

(Tarareo)
.........................
Talariando una huella
vidita, te digo, adiós...

Yo tengo dos maneras
de andar penando,
tranco y tranco, por las lomas,
sierras y llanos;
pa'seguir tu cariño
soy rastriador;
pa'cantarle a tu ausencia,
vidita, trovero soy.

No hay camino más duro
que el del trovero,
ni habrá huellas más firmes
por eso mesmo...

Dende lejos me vine,
solo me voy;
talariando una huella
vidita, te digo adiós.

(Tarareo)
.....................
Talariando una huella
vidita, te digo adiós.

"Cisne negro"



Viene pintando Octubre...
Un airecito nuevo
ronda por los potreros
despeinando pirinchos.
Es hora de alzar el poncho
y al galopito corto
cruzar el horizonte
siguiendo las bandadas de marguyón*.

..................................
Con mi caballo a veces
nos vamos lejos
por los cerros azules,
por los esteros...

Mi caballo es la estampa
de un cisne negro;
con los cascos, apenas
si toca el suelo...

Yo soy apenas triste,
y apenas cierto...
Con mis coplas apenas
si toco el cielo.

Me gusta el trote largo,
duro y parejo,
que repica en las ricas
copas del freno...

Me gusta el galopito
bien comadrero
que hace brillar de antojos
los ojos negros...

Me gustan las muchachas
de junto al viento,
con resabios de luna,
miel, y silencio...

Cuando al pasar los ranchos
les tiro un beso,
parece que lo buscan
mirando al suelo...

Y mirando se quedan
cuando me alejo
por los cerros azules,
por los esteros...

Mis pilchas son de plata,
yo... soy de tiempo.
Mi caballo es la estampa
de un cisne negro.
..............................
*Margullón: en lengua EXTREMEÑA significa "sumersión bajo el agua".
Marguyón: "ave parecida a la gallineta de agua".

El regalo

(Dibujo: Castells Capurro)
(Motivo entrerriano)

¡Güenas tardes, niña!
Le traiba este cuero...
Sí, pues... es de Tigre... Lo maté yo mesmo...
Vez pasada supe que andaba queriendo
uno ansí grandote
pa llevar pal pueblo...

Y quiso mi suerte
que ayer a la tarde,
al dir recorriendo el Rodeo'el Sauce,
le hallara los rastros entre unos chilcales,
ahi sobre la costa
del Arroyo Grande.

¡Chá, con el overo,
que nos dio trabajo!
¡Toca! ¡Toca! ¡Zorro! ¡Chua!¡Chua!¡Chua! ¡Picazo!
Y contra unos talas ya me lo empacaron...
¡Sin perros el hombre
es naide en el campo!

¡Y los tres mejores
me mató el indino!
Pero loco'e rabia, no le di respiro,
y al pegar el salto como un rejucilo,
¡Hasta el mesmo puño le sumí el cuchillo!

¿Qué tengo en el pecho?
Es una zoncera...
Me rajuñó un poco, igual qu'en la pierna.
¡Pero no se aflija, que nu'es cosa seria!
Ya m'hice una cura
con "yerba'e la piedra".

No, niña, dispense...
Yo no busco plata...
Su deseo cumplido. Con eso me basta.
Llévelo'e ricuerdo de aquí de la estancia...
Tal vez que le sirva
pal pie de su cama...

Ansí, cuando se halle
de güelta en el pueblo,
y al ganar la cuja lo vea en el suelo,
se acuerda un poquito, mientras llega el sueño,
del pobre paisano
que le trujo el cuero...

Campeando

(Pintura: Francisco Madero Marenco)
(Tema salteño)

A pillar el osco yuto
hi salío esta mañana
pues el patrón m'encargó
que a las casas lo llevara
por eso lo ando campiando
con toíta la perrada.

Ansí en mi bragao i marcha
salí a recorrer los cerros
calao el coleto i suela
los caricantines puestos
y sujetos al recao
mis guardamontes overos.

Por churo que soy pal monte
jué que se me dió el encargue
y he jurao volver hoy mesmo
con el osco por delante.
¡Yo soy gaucho cumplidor
y eso el patrón bien lo sabe!

En todo el campo i la finca
no hay un toro más matrero
siempre sin aguada fija
siempre cambiando i rodeo
¡Pero cuidao que si lo hallo
va a conocer lo qu'es bueno!

Por fin oigo ochar los perros
en el fondo i la quebrada
y veo rastros fresquitos
en la boca de aquella abra.
Deben ser del osco yuto
que viene bajando al agua.

¡Ah-já! Se a cortao solito
y anda enojao y sediento
debajo de aquel cebil
se ve que se'a estao lambiendo
una cornada en el cuarto
que lo ha dejao medio rengo.

¡Pero Dios! ¿Qué veo allí?
¡Un rastro de ojota nueva!
Tanto pensar en el toro
recién reparo esa guella
¿No será la Domitila
que va para la represa?

¡Juay pucha! Allá la deviso
no se había alejao muy mucho.
Agora que l'hallo sola
vo'a pasar un rato a gusto.
¡Y que manden otro pion
a pillar el osco yuto!

viernes, 7 de octubre de 2011

Pelos criollos

(Agradezco y pido licencia a todas aquellas personas que sin saberlo, emprestaron sus fotos pa este verso que tiene como una legua de largo... Especialmente al amigo Eduardo Amorim).
(1)
En las potradas de antaño
los pelos eran criollasos
conocí, pampas, picasos
y hasta el overo castaño.
Dende que me juí, ya hace años
pa'una estancia en el Pigüé
montao en un yaguané
en busca de una tropilla
de entrepelaos gargantillas
que en ese pago compré.
(2)
El gaucho galopa al norte
y en el espejismo el sol
se confunde un arrebol
entre el cielo y horizonte.
Viéndose un agreste monte
que es la estancia de Castillo
siempre muenta un doradillo
y solió ser mi patrón
la cola usaba al garrón
y el tuse de cogotillo.
(3)
Las manadas de rosaos
y de overos azulejos
tendían lindos reflejos
sobre los campos quebraos.
Con los perfumes mesclaos
del trébol y la altamisa
de la hacienda cuando pisa
el pastisal marchitao
uno se siente almariao
del aroma de la brisa.
(4)
En un limpión de un pajal
está una yegua trabada
despuntando paja brava
y acollarao un bagual,
es soberbio el animal
que se quiere amadrinar
¿Quién lo pudiera pintar
al lindo alazán tostao?
Más bien muerto que cansao
cuando dentra a galopiar.
(5)
Cuando nacen los tordillos
tuitos son tordillos negros.
Esto lo observo, mi suegro,
ver cambiar, pelo y flequillo.
Hasta ser blanco tordillo
con un arrugao reflejo
en el hocico, por viejo
mancarrón, que ya es sabino
¡Como salpicao con vino
le queda el cuero ¡canejo!
(6)
Se levantó pa campiar
al primer canto de gallo
ensilló bien su caballo
pa salir al aclarar.
Entró el gaucho a galopear
en su cebruno mentao
buscando sus dos manchaos
que en la pampa se perdieron
y a alguna aguada cayeron
locos de sed: ¡reventáos!
(7)
En el oscuro tapao
es que el gaucho paqueteaba
el flete que coscojeaba
luciendo su gran chapiao.
El calzoncillo cribao,
bolas, lazo y pontezuela
pretal, rienda y las espuelas,
el alza prima y los bastos,
el chuzo, trota entre pastos
y el ponchito que le vuela.
(8)
Me lo hicieron repeluz
a mi lindo malacara,
de cabeza acarnerada
y con anca de avestruz.
Solía ser como luz
cuando había desplumada,
viera usted la avestruzada
cuando a boliar yo salía,
de cerquita la prendía
¡Por su gran atropellada!
(9)
¡Ah! colorao sangre toro
color fruta e piquillín
que le flameaba la clin
por escarceador y loro.
Le decían patas de oro
por su inmensa ligereza,
de la cancha era rareza
por tener la mano mora
dice el gaucho en su refrán:
"Que cuando no alcanza llora".
(10)
Bayo amarillo clin blanca,
color huevo de avestruz;
animal que es como luz
y es corcobao en el anca,
indicio que hasta entre pampas
es creencia que es ligero
y no falla un parejero,
se lo asegura el paisano,
que a de salir como gamo
en carreras de entrevero.
(11)
Todos lobunos overos
tiene tropilla Medina,
viejo barbas de nieblina
y era dotor culandrero.
Se curó un petiso overo
que se había agusanao
con unos pelos cruzaos
en el mojinete el rancho,
le rezó un credo a un carancho
y se sanó el embichao.
(12)
Cuando la guelta pegué
después de una temporada
me agencié entre la peonada
un zainito pangaré.
Caballo que era de fé
en el pago a la redonda,
lo utilizaba en la ronda
cuando la hacienda era alzada
y si hubo una disparada
volvió a ponchasos en onda.
(13)
Era un gateado tisnao
con raya negra en el lomo,
de esos que yo elijo y domo
con los cuartos atigraos.
Pelos que ya están mermaos
por ser de criollas manadas
que con clines encrespadas
vagaban en campo abierto,
por el disco del desierto
al tropel de retozadas.
(14)
Qué hermosura sin igual
es de blancos la tropilla
cuando trota en la cuchilla
en dirección al corral.
La madrina original
escura, de ancas grandotas,
patas blancas, medias botas
por eso la he comparao
con un cuervo entreverao
en bandada de gaviotas.
(15)
Anda el negro Timoteo
en un bayito encerao.
Cincha overa y buen recao,
mozo diantre, pal rodeo,
siempre se hace su floreo
cuando a caballo trabaja;
limpito el lazo le encaja
de revés o de volcao
pues es un gaucho mentao
¡Que hasta emponchao, él enlaza!
(16)
Pelo raro es el pintao
de manchas antojadizas
hechas adrede con tiza
de blanco, con colorao.
Es pelo muy codiciao
porque hoy es una rareza.
¿Viera quijada y cabeza?
Como con cal, amigaso,
parece que a pincelasos
lo hizo la naturaleza!
(17)
Viera que linda tropilla
la que traiba don Cipriano,
era de alazanes ruanos,
blanca clin, como flechilla.
Con su madrina rosilla
baja al trote la ladera,
es una yegua puntera,
los fletes amadrinaos
trotan todos bien rodiaos
de su linda compañera.
(18)
Cuando a unas carreras fuí
en mi bayito naranjo,
un gaucho le vido al tranco
de ligero: y fué pa mí.
Pa rabiar como un ají
con la laya'e parejero.
Yo le aseguro, aparcero,
que no me querían correr
¿Con ese? Voy a perder...
¡No le corro al naranjero!
(19)
Recorriendo un alambrao
montao en un zaino mula
andaba el mensual Juan Tula
por si lo habían cortao.
O hubiese un palo quebrao
iba a ese trote campero
de la güeya, compañero,
cuando redepente un zorro
le obligó apretarse el gorro
pa'correr ese cuatrero.
(20)
Apareció un indio crudo
en un pasuco reyuno
de pelo criollo lobuno.
Flete, lindo y corajudo
de gran alzada y morrudo,
gauchazo era el cimarrón
pal truco, lazo y facón,
era de tiros certeros
"No hay animal pescuecero
enganándole el tirón".
(21)
Al galope y escarceando
en un zaino cabos negros
¡Adios! dijo Montenegro,
dando un grito saludando.
Es vecino: que pialando,
de revés o de empujón,
es el lujo del patrón
porque enlaza 'e rondanita,
limpito de las aspitas
con un gracioso simbrón.
(22)
De las costas del Tuyú
truje un moro pampa viejo
gordo y lustroso el pellejo
y guenazo pal ñandú.
Se llamba "El Tacurú"
conocido en las boleadas.
Era pa'las gambeteadas
como relámpago'e viento:
había que hacerse tiento
pa con caerse en las cuerpiadas.
(23)
¿Quién conoció los doraos?
Pelaje de árabes puros
son muy lindos, l'asiguro
ni alazanes, ni tostaos,
tienen reflejos bronceaos
¡Sus formas, son esculturas,
son bellezas sus figuras
y de nervios muy fogosos.
¡Son divinos! ¡Tan hermosos!
perfección de la natura.
(24)
Overo picazo y pampa,
color plumaje de teros
con alzada de altaneros
de pechar hasta en las güampas.
Eran de un gran toba pampa
hijo de Namuncurá,
malo como yarará
cuando en malón se venía,
con el talón se prendía
el salvaje montaraz.
(25)
Cabos negros tuve bayos
y fueron solicitaos,
lucían lindos recaos
para las fiestas de Mayo.
Esos fogosos cabayos
bien cuidaos y pelechaos
se traiban para el poblao,
tapao el flete hasta el anca:
matras, cojinillos pampas
¡con sus soberbios chapiaos!
(26)
Qué potros bien entablaos
lo que amansaba Ramón.
Penacho a lo redomón
y mitad moros nevaos
y al verlos entreveraos
con los rosillos plateaos,
lindo tuse, bien arquiao
y sus cuatro patas blancas,
raro reflejo en las ancas
¡como planta e quiebra arao!
(27)
Tordillos azafranados
y tordillos a medallones
lucían los ricachones
pa'revisar sus ganaos.
En yunta bien adiestraos
pa'llevarlos al poblao
por Palermo o por Callao
yo los vide, una ocasión
a un trote de gran acción
ya de briosos apotraos.
(28)
Yo tuve un zaino bragao,
lo tenía pa chinear
yo lo solía ensillar
cuando andaba enamorao.
Con mi chiripá bordao,
mi chambergo y tirador
trabajao con tuito ardor
por las manos de mi china
que esperaba en la cocina
para brindarme su amor.
(29)
Le dí pa'la silla de ella
mi rosillo colorao
y mi tostao quemao
para esa prienda tan bella
¡Qué es más linda que una estrella!
¿La viera usted jinetear?
Yo la solía envidiar
de verla tan corajuda
lo castigaba a lo juda,
haciéndolo bellaquiar.
(30)
Sarco, pampa y testerilla
era mi rosillo overo
de buen galope y lijero
y de yapa gargantilla.
Fué el encanto'e la tropilla
y el lujo del domador
en el trote era un primor
y corriendo la sortija
de siguro, que era en fija
¡Qué la saca el corredor!
(31)
Vide un tobiano azulejo
que me quedé enamorao,
era tuitio manchao
y el cuero como un espejo.
Dando su estampa reflejo
¡De hermosura oroginal!
Era un precioso bagual
¡Ñatito de ojos saltones
con brillo de patacones
y de un galope especial.
(32)
¡Qué lindo, rosillo ruano!
De color crema, sus clines
lo truje de los fortines
y era de un indio araucano.
¡Criollo pelo americano!
Fué confianza de un cacique
lo entrenaba siempre en pique
como pa dar un malón
o saltar cualquier zanjón
¡Al grito indio: Huinque, huinque!
(33)
Tordillo blanco y overo
nunca vide yo entuavía
dicen que en la pulpería
tiene uno raro el pulpero
y se hace precioso entero
porque en el anca y costao
es todito bien manchao.
Es nuevito: es un potrillo.
Recién le apunta el colmillo
y masca inquieto el bocao.
(34)
Pialalo de las dos manos
a ese tobiano gatiao,
dicen que es un reservao
de gauchos: y no de tanos.
Que a domadores baquianos
contra el suelo los ha dao
bellaquiando de costao
con el cogote hecho un arco
y sus ojos como charcos
¡le relumbran de enojao!
(35)
En campo abierto e rumbiao
al venir clariando el día,
se vía en la lejanía
mi tobianito rosao
que mascaba un buen bocao
lleno e gotas de rocío,
daba un bufido de frío
entre el pajonal dorao
tuito de puna mateao
y el verde del mío mío-
(36)
Bayos y gateaos overos,
picos blancos, rabicanos
fueron pelos soberanos
lo mesmo que el zaino overo.
Hoy son tungos jagüeleros
ya de viejos son sotretas:
porrudos, tuertos, macetas,
chichonudos y lunancos,
chuecos, desechos y mancos,
orejas caidas y jetas.