(Foto: Fabián Muñoz)
De mi tropiya de sueños
aparté un escarciador
y a lo pampa, enhorquetao,
enfilé pa´la ilusión...
De sí, la ignoré a la güeya
porque siendo rumbiador
creí de balde trajinarla,
teniendo ¡fe y corazón!
-Y como de "eso" me sobra_:
encaré a la imcomprensión,
salvé guadales de olvidos,
del mentir, la cerrazón,
aguaceros de promesas
y vientos de sin razón...
...es que iba muy bien montao,
porque era mi flete: ¡flor!
Y vea, sin apamparme
anticipé un arrastrón
(es potro nuevito el sueño
y justo en un cañadón,
se levantó la injusticia
y medió me lo espantó...).
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Anque pese a estas cuestiones,
mis años, y mi condición,
sigo al tranco o al galope
por esos campos de Dios,
con mi tropilla de sueños
entablada de ilusión...
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