"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
Yo le pregunto a la noche
Cuando duerme la guitarra,
Yo le pregunto a la noche
Cuando duerme la guitarra
Yo que la siento rezar
Su salmo en la madrugada,
Su vidalita en la tarde,
Su milonga en la mañana,
Su tango quemando vida,
Con amor, con pena y rabia...
¡Ay noche si me dijeras
Cuando duerme la guitarra!
Que duende tendrás vigüela
Para vivir desvelada,
Que duende tendrás vigüela
Para vivir desvelada,
Para contarnos tú pena
Solo con media palabra,
Para pintar una esquina
El amor de una muchacha,
Un adiós que no se dice
Y un olvido que se agranda...
¡Ay noche si me dijeras
Cuando duerme la guitarra!
Se vuelve toda paisaje
Cuando del campo nos habla
Y en las calles de mi barrio
Bordoneando se desangra,
En su madero embrujado
Caben todas las distancias
Y nos lleva noche adentro
Y nos alienta, y nos mata...
¡Ay noche si me dijeras
Cuando duerme la guitarra!
Rima versos, lira mía
Jubilosos a montones
En inspiradas canciones
De virtuosa melodía,
Rima versos a porfía
Con encantos de florestas
Con armonías de orquestas
y arpegios jamás oídos
Que al embargar los sentidos
Vistan el alma de fiesta.
Recordar en esta hora
Se empeña el alma anelosa
A la de voz melodiosa
Dulce, bella y seductora,
A la matrona y señora,
Con cuyo acento divino,
El paisano peregrino
Hilvanando vidalitas
Recorría con sus cuitas
El ancho campo argentino.
Yo adoro tu melodía
Melancólica vigüela
Porque es ella quien consuela
La penas del alma mía,
En mis noches de agonía
Hago vibrar tu cordaje
Y canto en rudo lenguaje
Los males del corazón
Como el ave su canción
En el florido boscaje.
Esa música que brota
De tus cuerdas armoniosas
En mis noches borrascosas
Calma el dolor que me azota;
Yo recojo en cada nota
Una fuente de emoción
Que llega a mi corazón
Como un bálsamo bendito
Para ahogar el hondo grito
Que brota de mi aflicción.
Vieja guitarra querida
Que esperas que yo te pulse
Para brindarme la dulce
Armonía que en ti anida,
Compañera de mi vida
Que me comprende y consuela
Tu armonía me revela
Que en tu caja has de tener
Toda un alma de mujer
Melancólica vigüela.
Al fin la chispa saltó
y el vino empieza a mermar,
va agarrando fuego el guano,
métele, hermano,
que hay que apagar.
Garganta de pedernal
el jeta Sotomayor
chupa vino con avispas
que saca chispas
del corazón.
¿A quién no le gusta el vino
siendo argentino de tradición?;
dele a la Juana un besito,
solo un traguito
pa' la ración;
que beban agua las plantas
ellas se aguantan la mojazón.
El tinto del Albardón,
áspero y entonador,
me trepa como la parra
y en la guitarra
se hace canción.
Cantemos hasta aclarar
el vino madrugador,
ni envidia siente el que canta
de su garganta
Sotomayor.
¿A quién no le gusta el vino
siendo argentino de tradición?;
dele a la Juana un besito,
solo un traguito
pa' la ración;
que beban agua las plantas
ellas se aguantan la mojazón.
Como un toro frutal, el mosto herido,
se revuelca en las cubas resollando,
y entre canciones sórdidas va ahogando
en soledad su cálido balido.
Toda su sangre le dará al olvido
que se come los ojos en el llanto,
y por baguales libre ya en el canto,
arderá su color amanecido.
Entre esa luz, ultrafloral morada,
a la sombra carnal y enamorada
que lo íntimo visita en la madera,
terrestre habita el vino y su locura,
que en los huesos detiene la dulzura
y el sueño vivo de la Primavera.
I
Viene un color de vena desolada
nombrándote crepúsculo entre flores,
y tocas el amor con resplandores
de sangre y fruta azul martirizada.
Como un monstruo inocente la mirada
te duele tan honda. En los albores,
de tu cuerpo crisol, hay ulteriores
reflejos de alarido y puñalada.
Entre la piel del alma te me pegas
como la sombra de un abuelo triste
que en mí vengara su tristeza,
y desde el pozo de tu vida ciega,
un toro antiguo de jazmín embiste
mi corazón sin tiempo ni cabeza.
II
¡Clava en mi carne luminosa garra!
¡Hunde en mi pecho tu afilada chuza!
Que yo sé que tu luz en mí se aguza
desangrando mi voz por la guitarra.
De la raíz y el sueño de la parra
en que el agua del sol se desmenuza,
¡sube conmigo, por mis venas cruza
a la luz que hace canto la cigarra!
¡Ven a morir entre mis huesos tristes,
siéntate al lado de mi sangre, hermano,
donde la luna corre como un río!
¡Llévame por los árboles que vistes
de un sudario de llanto y de la mano,
enséñame a morir, hermano mío!
III
Herido por un tejo de amapola,
por un gusto de fruta amortajado,
resume tierra y mira enamorado
el ojo cíclope de tu corola.
El hombre dentro de tu vida inmola
un grito de color desesperado,
un toro en niño y dios transfigurado
por la inocencia de tu muerte sola.
Del agujero en que tu ser consiste,
donde la noche universal reposa,
nace un balido germinal y duro.
¡Quédate en mí en la pena que me diste,
ángel terrestre, en mi dolor reposa,
que él es esterno como tú eres puro!
IV
En soledad bebiendo, hacia el más puro amor
alzo el vaso de vino por la sombra mojado,
y su ojo impar me mira con un nimbo dorado,
desde el animal hondo de su ocaso interior.
De adentro vuelve en zambas creciendo su color
como de un nostalgioso dolor enamorado,
bebo su cuerpo y siento como un puñal morado
que asesina en mi boca la carne de una flor.
Húmedo como un beso de nocturna madera,
vuelto casi memoria de los más altos días,
en íntimo contacto dentro de mis venas canta;
y mi guitarra siente que es verde su cadera,
enamorada funde su boca con la mía,
y por el vino sube la voz a mi garganta.
Tras la grabación de “El moro” el Dúo Gardel-Razzano, lleva al disco la canción “La madrugada” que pertenece al guitarrero y cantor cuyano Saúl Salinas, compañero de correrías junto a Gardel y Razzano en los primeros tiempos.
“La madrugada” es una canción influenciada por el folclore mexicano, al que Saúl Salinas era tan afecto, pues se trata de una canción con la que el galán suele cortejar a la mujer despertándola por la mañana cantándole lo que los mexicanos llaman una “mañanita”.
No te duermas mi querida No te duermas mi adorada Que viene aclarando el día La madrugada...
La “mañanita” es el tipo de canción equivalente a lo que en el Río de la Plata es la “serenata”. La diferencia está en las horas en que se le entona a la mujer amada. La “mañanita” se brinda durante las primeras horas del día para despertar a la mujer, mientras que la “serenata” es ofrecida, con las mismas intenciones, en las horas en que cae el “sereno” (de ahí el nombre de “serenata”), por lo general a la medianoche o en horas cercanas a la medianoche.
La afición que Saúl Salinas tenía por las canciones mexicanas la adquirió durante la época en que atendía un negocio dedicado a la venta de discos en su Provincia natal, San Juan. Allí conoció, a través de las grabaciones, a los artistas más destacados de la canción de aquel país y a las canciones mexicanas de moda por aquel entonces.
Una copla bastante frecuente por aquellos tiempos en las canciones de amor decía:
Soñé que el fuego se helaba Y que la nieve se ardía Y por soñar imposible Soñé que tú me querías.
Esta copla era adaptada frecuentemente en las canciones que tenían como objetivo conquistar a la mujer amada y en el repertorio de Gardel aparece nuevamente incluida en la famosa canción chilena “Ay, ay, ay” de Osmán Pérez Freire.
Quejoso estaba un olivo
de la ingratitud de un ave
que en furiosas tempestades
en él buscaba su abrigo,
y entonando en sí su anhelo
le dijo con eco triste:
-Cuando en mí te guarecías
venías tarde y mañana
y hoy te retiras ufana,
porque sin hojas me viste.
Todo aquél que haya rodado
y haya juntado experiencia
conoce que con paciencia
se espera al que se ha alejado;
-"dime por qué me has dejado,
por qué el nido abandonaste,
por qué en otro árbol colgaste
ingrata tu blando nido:
por qué sin dar un motivo
ave de mí, te alejaste".
Pd: En el cancionero del Río de la Plata recopilado por Jorge Furt aparece la siguiente versión antigua:
Quejoso estaba un olivo
por la ingratitud de un ave
que en feroces tempestades
en él buscaba su asilo,
y entonando en sí su anhelo
lo dijo con eco triste:
-Cuando en mí te guareciste
frondosas eran mis ramas
y te volaste ufana,
cuando sin hojas me viste.
Al ver que, alegre reposas
de tu gloria no presumas,
pueden faltarte las plumas
como me faltan las hojas,
y una estación rigurosa
algún día fatigarte,
y el árbol que abandonaste
con orgullo y vanidad,
de una fuerte tempestad
puede algún día ampararte.
"Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música..." Jorge Luis Borges
"La pampa, señor, es como la serpiente..., lo magnetiza al hombre, lo encanta y lo adormece, y al fin se lo devora". (G.E. Hudson)
Visite al Gauchoguacho en...
Estancia "La Brava"
Pampa
Madre. Horizonte. Soledad. Llanura franca al sol que sólo sabe de tu curva...Cuna, sepulcro y sustento. Creadora del gaucho afirmativo, del caballo amigo de la distancia, del puma escondido y del chajá ascendente. Pretexto de vagabundas ansias de partir sin meta...¡Tú que das resignación al pequeño, empampado de infinito! Ricardo Güiraldes.
El hombre nacido en la pampa tiene todo el cielo y todas las estrellas que parece que se le vienen encima. Tiene las primeras luces del sol a la mañana y las últimas del anochecer. El horizonte es la primera abstracción para el hombre, ya que es una línea que se ve pero que no existe, porque en la medida que avanza, se aleja más. Nunca va a encontrar el horizonte, sin embargo está ahí. Entonces el canto de ese hombre es reflexivo, intimista, profundo, como asombrado por la grandeza de la inmensidad. (Suma Paz)
"La pampa con su mutismo imponente y su monotonía tan característicos, predisponían poco a la locuacidad. -'El campo es tan lindo, me decía cierta vez un gaucho, que no dan ganas de hablar" Leopoldo Lugones
Paisajes
Pareciera que se agacha la huella del horizonte, y uno se pierde en el monte hasta hallar una lomada. La tierra parece nada y en ella se afirma el hombre.
Presentación
De n'antes
De ranchos y taperas
Pa'la moza
Sucedidos
Oficios
Nuestros paisanos los indios
Cosas del campo
Baguales
Jenofonte dice que al andar a caballo se siente la necesidad de que a uno le crezcan alas... Así el caballo resulta no sólo maestro del músculo sino también del alma... El caballo educa, rige al hombre y le da una filosofía propia. La filosofía de un jinete es distinta a la de un caminador...En el caballo se aprende la vida. Sobre su cabeza nace la lejanía y entre sus cascos se fatiga la tierra. A todo el que va jinete en su caballo su soledad lo acompaña. (Eduardo Jorge Bosco). ..................................................................................
A un domador de caballos
"Cuatro elementos en guerra forman el caballo salvaje. Domar un potro es ordenar la fuerza y el peso y la medida: Es abatir la vertical del fuego y enaltecer la horizontal del agua: poner un freno al aire, dos alas a la tierra..." (Leopoldo Marechal)
Juiiira perro
Bichos de mi tierra
De chacota.
Canto con jundamento
Viva la Patria
Aquí me pongo a cantar
Cruz diablo
"He dicho muchas veces que aquí recibí mis primeras lecciones de abismo y de absoluto.
El cielo me las dió, me las dió la llanura abierta y desmesurada. (Olga Orozco).
Pero yo he vivido libre
y sin depender de naides
siempre he cruzao a los aires
como el pájaro sin nido,
cuanto sé lo he aprendido
porque me lo enseñó un "flaire".