miércoles, 23 de agosto de 2017

Coplas para mi tiempo


(Foto de don Waldemar Lagos)



Abierto a las inquietudes 
populares de mi pueblo,
me voy abriendo camino
con la pluma entre los dedos;
pregonando una cultura
propicia mi propio sueño
para enaltecer cantando
con amplitud nuestro acervo,
testimonio de un pasado
que legaron mis abuelos.

Tradiciones y costumbres
hablan de historia y de tiempo,
lenguaje de manos limpias 
me acarician en silencio;
un horizonte de luz
ilumina mis proyectos
y propago a viva voz
la virtud de un arte viejo
que cobra vida en la imagen
de un cantor de tiempo nuevo.

No menosprecio el que canta
cosas de tierra adentro,
al contrario, lo valoro
por rememorar lo nuestro
pero mi conquista es otra
en la hora de los pueblos,
yo pretendo iluminar
con un sol en cada verso
aprendiendo y enseñando,
enseñando y aprendiendo.

Vivando en auroras claras
bajo la comba del cielo
me voy midiendo en palabras
como todo forastero,
anticipado el benigno
gesto de los sentimientos
esclarecido en el rumbo
celeste de mis conceptos.

Munido en presencia siempre
de optimismo y de respeto,
florezco en trigales rubios
llenos de paz y progreso;
progreso que me preocupa
tanto como mi pueblo
y lo relaciono en canto
viajando en aras de un sueño
hacia la América toda
con un acendrado anhelo.

Yo pienso, razono y canto
siempre con un fundamento
a través de un mundo andado
sin límites de derecho,
para luego darme nombre,
piel y rostro, siglo adentro,
con proyecciones futuras
unificando criterios
preocupado en el quehacer
de la gente de mi tiempo.



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