miércoles, 8 de junio de 2022

Dos estilos criollos



Música de Julio Sagreras
Guitarra: Carlos Perez

La luz mala

(Pintura: "Tropa de carretas" de León Palliére)




Largo tropa de carretas
atraviesa la llanura
bajo la eterna hermosura
de los radiantes planetas.
Al tardo paso sujetas
de los bueyes, enfiladas,
salvan lomas y quebradas,
y en el trébol florecido,
haciendo áspero ruido,
hunden las ruedas pesadas.

Vense allí en el claroscuro
de mil vagos resplandores,
oscilar sus conductores
sobre el pértigo inseguro.
De llegar no tiene apuro
a su rancho el picador,
pero, músico y cantor,
entretiene su camino
con algún triste argentino
que llora ausencias de amor.

La Cruz del Sud, suspendida
sobre los campos desiertos,
tiende los brazos abiertos
hacia la tierra dormida.
Y en la sombra sumergida
aquella inmensa región,
llena de mística unción,
por el trébol perfumada,
está a sus plantas postrada
como en perpetua oración.

Súbito brilla a lo lejos
una luz... la luz maldita,
cuya historia nunca escrita
saben jóvenes y viejos.
Vedla: lanza mil reflejos;
se detiene y humo exhala;
incendia el campo; resbala
retorciéndose maligna;
y cada uno se persigna,
murmurando: -«La luz mala!»

-«Es el alma de un hermano,
que, desterrada del cielo,
solitaria y sin consuelo
vaga errante por el llano;
un espíritu cristiano
de crueles ansias lleno,
que, de la noche en el seno,
nos ha pedido otras veces
una cruz y algunas preces
que lo tornen justo y bueno».  

Así dicen, y entre tanto,
esquivando sus destellos,
rezan juntos todos ellos,
olvidados ya del canto;
y ven, trémulos de espanto,
cómo la luz resplandece,
y chispea, y desaparece,
y con nueva brillantez
ilumina, y cada vez
más y más grande parece.

Ora se hunde en el bajío,
ora corre por la loma,
pero siempre avanza, y toma
por momentos nuevo brío.
Del horizonte sombrío
se aproxima a cada instante,
y hacia atrás y hacia adelante
huyen las sombras inquietas,
y se acerca a las carretas
como un ojo centelleante.

Y, mientras lleno de horror,
tras esfuerzos sobrehumanos,
se cubre con ambas manos
todo el rostro el picador,
el penacho de vapor
suelto al aire, rauda, altiva,
rumorosa y convulsiva
cual un potro desbocado,
pasa hirviendo por su lado
la veloz locomotiva.  

¡Mal hacéis vuestro camino
paso a paso y lentamente,
al alcance del torrente,
antiguo pueblo argentino!
¡Cantad himnos al destino,
y cuando en noche serena
brille una luz, no os dé pena,
no temáis, criollos, por eso,
que en las vías del progreso
la luz mala es la luz buena!

martes, 15 de septiembre de 2020

Salmo en la enfermedad (Salmo criollo: 101/102)


Cuelgo este salmo para rezar gauchamente por todos los enfermos del coronavirus, especialmente por el paisano y aparcero Guillermo "Willy" Ponti por quien pedimos una pronta recuperación.



1. 
Te pido que me escuchés
que atendás a mi clamor;
no escondás tu resplandor
en el día del nublado.
No te hagás el olvidado:
¡escuchá mi invocación!

2.
Mis días son como el humo,
soy ceniza del fogón;
por dentro, a mi corazón
lo ha secao el padecer,
me olvido hasta de comer
encerrao en mi prisión.

3.
Yo soy como el avestruz
que vive en la soledá, 
igualito que el chajá
cuando pierde su pareja,
se la pasa a pura queja,
sin encontrar amistá.

4.
Mi pan ya no tiene gusto, 
con lágrimas lo he mojao
porque Vos te has enojao
me azotaste contra el suelo.
Las sombras cubren mi cielo,
como pasto me he secao.

5.
Vos siempre reinás, Señor,
y tu recuerdo perdura;
Vos mirás la desventura
que está sufriendo tu gente
y has de hacer que finalmente
se suelten sus ataduras.

6.
El recuerdo del pasado
nos revuelve la memoria;
los pueblos cuentan la historia
de nuestra liberación.
¡Escuchá nuestra oración
que se vuelva a ver tu gloria!

7.
Perdurará en el recuerdo
del pueblo que nacerá:
"El Señor tuvo piedá,
nuestro Dios nos ha mirado,
los cautivos ha librado,
nos ha dao la libertá".

8.
Tendremos de nuevo patria,
herencia que nos prolongue,
para cantar tu renombre
que es tema de nuestros versos
al reunirse el universo
para dar culto a tu Nombre.

9.
Ya voy perdiendo el resuello,
mi melga se ha de acabar, 
dejámela terminar, 
que el tiempo pa Vos no cuenta:
¡dejá madurar la menta
si la querés cosechar!

10.
Mientras tu tiempo es eterno
sin mojones ni fronteras
el cielo y la tierra entera
van cambiando de pellejo:
¡el cojinillo que es viejo
termina de sudadera!

                                         ¡Los hijos de tus amigos
                                          para siempre han de durar!

lunes, 27 de julio de 2020

La Frontera Olvidada (parte 5 de 5)



Para esta película, Neyra contrató parte del equipo técnico de Torre Nilsson y a actores de primera línea, a los que se sumaron algunos extras locales. La filmación comenzó en febrero de 1970 y se estrenó en el Gran Cine Ocean de esa ciudad. Fue la única película de Neyra.

La Frontera Olvidada (parte 4 de 5)



La película fue filmada en 1969 en Bahía Blanca. Juan Carlos Neyra, que la guionó, dirigió y produjo, era un productor rural cuya única actividad vinculada con el cine había sido la de asesor costumbrista de Leopoldo Torre Nilsson en el filme Martín Fierro. Luego de esa experiencia se propuso hacer su propia película, dedicada a los "pioneros del desierto" en la que se propuso recrear "la lucha del soldado fortinero en el medio inhóspito de la pampa".

La Frontera Olvidada (parte 3 de 5)



Película ambientada en las fronteras de la conquista del desierto argentino en la Pampa en 1875. La llegada de un joven oficial que viene con nuevas ideas y la repercusión en los soldados y demás habitantes del lugar.

La Frontera Olvidada (parte 2 de 5)



La frontera olvidada es una película Argentina dirigida por Juan Carlos Neyra sobre su propio guión que se produjo en 1969 y se exhibió en Bahía Blanca en 1970 y estrenada comercialmente el 5 de agosto de 1996.
Tuvo como protagonistas a Lautaro Murúa, Ricardo Passano, Ubaldo Martinez, Lito Cruz y Arturo Puig.

La Frontera Olvidada (parte 1 de 5)



Película Argentina escrita y dirigida por Juan Carlos Neyra, producida junto con su hermano Mauro César Neyra.
Filmada en 1969 en las cercanías de la estación "La Vitícola" en el partido de Bahía Blanca. Se estrenó en el año 1970 en el Gran Cine Ocean de esa ciudad.
Este año se cumplen 50 años de su estreno.

domingo, 19 de julio de 2020

Blas Ardao El Bagayero (Relato)

(Pintura: Molina Campos)



Blas Ardao tenía una novia
fruto de un rancho muy pobre,
casi aripuca, nacido
mismo en las barbas del monte.

Más que nacido, allí estaba
como esos zarzos que pone
la resaca de los ríos
en sarandíes y molles.

Alrededor del ranchito,
tradición de pescadores,
tendido al sol, el trasmallo;
varado en la arena, el bote;

más allá, playa y ausencia...
Arriba... lunas y soles.
...Linda y buena la chinita.
De apelativo, era Gómez;
y de nombre... Flor Celeste
-por la flor del camalote-.
Mestiza; de ojos rasgados
a filos de medianoches,
solía empolvarse el cabello
con rocío, y era entonces
que -por no llevarlo suelto-
se lo ataba con canciones.
Sólo tuvo una ilusión:
ser de su Blas.
                       Pero entonces,
bendecidos por el cura
y -con ser huérfana y pobre-
llevar un vestido blanco
con encajes y con flores.

Blas, un mozo bagayero.
Bien de la costa. Muy hombre.
Capaz de domar el río
que - cuando viene salobre-
se levanta en cerrilladas
de corcovos cimarrones.

Era un "dorao" en el agua!
Había que ver los colores
con que el sol le resbalaba
por los músculos de bronce!

Sólo tuvo una pasión:
Flor Celeste.
                    Pero entonces,
era su ley no casarse
sin adornar sus amores
con aquél vestido blanco
que era el sueño de la pobre.

Pensaba... en "el otro lao".
Después de juntar cobres,
ya lo hallaría en El Tigre
o en San Fernando o en donde
pusiera Dios un vestido
con encajes y con flores.

Primero... por ser su oficio.
Y después...por ser muy hombre
cuajar en seda y peligro
su ilusión y, entre rubores,
entregarle aquél regalo:
"... Pa'vos, Flor Celeste Gómez!".

El Paraná de las Palmas
y el Miní, vieron cien noches
cruzar su larga canoa
cortando las cerrazones
o soslayando la luna
por la sombra de los montes.

Mire que corrió peligros!

Un guardacosta una noche
le ametralló la canoa,
y se salvó porque el pobre
sabe tener Dios aparte
si el coraje le responde.

Lo sacó  esa vez en ancas
un zarzo de camalotes
donde halló una flor celeste
como Flor Celeste Gómez.

Después ganó una ponchada
de estrellas, lunas y soles.

Fue y vino. Trajo esperanzas
y llevó desilusiones.

Los remos en los toletes
iban lustrando aquél nombre
de flor que siempre se abría
cuando cerraba la noche...

Hasta que un día en la playa
le confesó a tropezones:

"...Voy a buscarte el vestido.
"Anduve juntando cobres...
"Si Dios me ayuda en el río
"volveré pronto y ...entonces,
"vamos a hablar con el cura
"por fin... Flor Celeste Gómez!".

Pero ella, ya lo sabía:
Se lo anunciaban los golpes
del corazón en el pocho,
la playa, el cielo y el monte,
y hasta el río le cantaba.
"Por fin, Flor Celeste Gómez!".

Es duro ser bagayero...
Pero hasta es lindo ser pobre
para juntar la esperanza
de a poquito... cobre a cobre.

Flor Celeste rezó mucho.
La vieron los pescadores
varias veces en la playa
y en cruz con el horizonte...

Varios vestidos de novia
le dieron las cerrazones;
tiaras cuajadas d'estrellas
puso en sus sienes la noche;
la brisa vino a ofrecerle
marchas nupciales, y el monte
sus profundas catedrales
sin oro, plata, ni bronces.

Al fin...
             Ardió todo el tiempo
de la espera, y una noche
llevó a Celeste a la playa
su sueño de camalote.

Pero esa noche, bramaba
la sudestada...
                       Esa noche
las manadas del oleaje
quebraron el horizonte.

...De rodillas en la arena
-tronchada flor de temores-
se fue desgranando en lágrimas
como un rosario salobre.

Blas, ya estaba de regreso.

Luchaba entre los fulgores
de unos relámpagos bajos
que taladraban la noche
mostrándole cerros de agua,
bayos... oscuros... deformes...

Un rayo fundió las sombras
y el cielo combado en bronce
retumbó  bajo la furia
de los truenos;
                       desde entonces,
todo el tiempo fue granizo
descolgado en chaparrones
ocultando la canoa,
hasta que un tronco de molle
que giraba en la creciente
se la hundió de un solo golpe.

Blas, luchaba todavía;
nadó mucho.
                     Casi sobre
la costa, rayando el alba,
se dejó hundir con un nombre
de mujer entre los labios:
"Adiós... Flor Celeste Gómez!"

A los pies de Flor Celeste
llegó un vestido esa noche...
Se lo trajo el Uruguay,
padrino de sus amores...

Los tules eran de espuma,
flores del monte las flores,
y el río pasó cantando:
"Adiós, Flor Celeste Gómez!".



martes, 7 de abril de 2020

Más que fresco


(Foto: Celine Frers)




Al cáir al rancho de güelta
en una oración tan fría
aquerencia la alegría
tibia, que la brasa suelta;
el fogón, en su resuelta
atitú de dar calor,
ofrece’l reparador
amparo de su templanza,
y el cuerpo mejor descanza
con un mate sentador.

A un banco que suelta quejas
-sentao- las botas me saco
y los pie’ cansao atraco
a unas alpargatas viejas;
al bigote y a las cejas
los siento como mojao,
a los ojos, achinao,
y a la cara muy reseca
¡que te hace’l frío una mueca
el gesto más delicao!
 
Suerte que al lao del fogón
se hacen las horas serenas,
hasta se’ntibian las penas
y se templa el corazón.
Un charrusco sabrosón
bien empareja las cargas
y acorta las noches largas
un verso de muchos pié,
de’sos mesmos que trencé
en tiempo de horas amargas.

Al catre va la osamenta
pa’ redomoniar un sueño,
que amuestra la noche’mpeño
pa’ una helada suculenta;
más de una matra calienta
la cama de mi sosiego
y endemientras que m’entriego
dispacito al dormir mío
pienso, ¡amalaya, que frío!
…y habré de toparlo, luego…

                    (23/07/2001)