viernes, 18 de febrero de 2011

Arador de antes


Pa'l corral enderecé
aunque había una helada cruda,
elegí la mejor muda
y enseguida empecheré.
Ese día me apuré
pa'ganarle a los de Artola,
adelante até "La Chola",
"El Pobre", "El Indio" y "El Gato"
atrás "El Gaucho" y "El Pato",
"La Calandria" y "La Polola".

Ya el horizonte empezaba
a ponerse doradillo,
mientras perdiendo su brillo
el lucero se achicaba.
Alcé el látigo, que estaba
con la tapa'e los aperos,
para darle a los tronqueros
-si lerdiaban- dos azotes
y levanté unos cascotes
pa'apurar los cadeneros.

Y ya salí medio al trote
como arañando el pastito,
cantando medio bajito
y el látigo en el cogote,
me juí hasta el fondo del lote
pa'tirar la cabecera,
y agarrando la pollera
que les robé a las mujeres
junto al campo de los Pérez
juí y la puse de bandera.

Me le juí de un solo viaje
y un flor de hachazo tiré
y ya seguí dandolé
de comer al gaviotaje,
que con su blanco plumaje
se vino de cualquier lao
y volando alborotao
peliando por los bichitos
era una nube a los gritos
que iba siguiendo el arao.

Ya el sol repartía espejos
y subiendo parecía
un girasol que se cría
solito, por allá lejos,
entre sus tibios reflejos
todo el frío me saqué
dando unas güeltas de a pie
después de chairar un poco
porque yo siempre retoco
la melga, por bien que esté.

Se apareció el benteveo,
las calandrias, los horneros,
no voy a contar los teros
que hasta en el pueblo los veo.
Entre el ruidoso aleteo
se mezcló la cachilita
y no faltó la visita
de unas cuantas becacinas,
por ahí también las gallinas
se dieron una güeltita.

Desde los cuatro costaos
fueron cáindo pajaritos,
las bandadas de chorlitos
y los pechos coloraos.
Y, lo mismo que soldaos
que vinieron de avanzada,
descubrí una porretada
de perdices martinetas
que andaban a las gambetas
por sobre la tierra arada.

No sé de dónde salieron
tantos pájaros distintos,
con tordos negros retintos
los cuervos se confundieron.
Hasta unos patos cayeron
no sé si de carambola.
Andaba una garza sola
y dos cigüeñas grandotas:
yo pienso que las gaviotas
hicieron correr la bola...

Las gaviotas siempre han sido
pa'l sembrao un beneficio,
y como prestan servicio
matarlas está prohibido;
en el agua hacen el nido
y limpean el potrero,
por eso es que yo las quiero
a todas menos a una,
que si yo la agarro, ahijuna,
me paga la del sombrero.

Las Barracas


Barracas
nombre antiguo,
el desolado flanco de la pampa perdida;
primitivos galpones donde los vientos ácidos
arrancaban del cuero
el olor de la vida.
Allí parió la tierra
-al sol de la conquista-
la flor rudimentaria de una nueva riqueza:
la llanura sin oros
con tan sólo ese río nominado de plata,
dio al hombre -tajo en mano-
su primera faena:
derrumbarás la muerte del chúcaro ganado
sobre el ruedo sombrío de miles de cabezas.
Entonces
por el campo coloreaban las reses
tibias, despanzurradas;
mientras los cueros húmedos
oreaban los vapores turbios de la jornada.
Y aquellos hombres rudos
a facón y colmillo,
de pie sobre los charcos de sangre coagulada,
devoraban un poco - sólo un poco elegido-
de carne chamuscada.
Lo demás era fiesta lenta de los caranchos;
mientras en las barrancas
los cueros apilados
esperaban el viaje por el mar hacia el mundo
de remotos mercados.

Barracas: con el nombre
viene desde el pasado
el olor de la pampa sobre los vientos machos
de los cueros oreados.
El flanco de una tierra colonial y hechizada,
mansa testuz de reses
sobre el campo infecundo, tibias y desolladas.

Festín de caranchos
que a vuelo de la historia
disputaron su entraña virginal en el nombre
de la Cruz y la espada;
Patria,
tierra del cuero,
tus antiguas barrancas fueron como un destino:

como las reses chúcaras
sobre el suelo mezquino
yaces
sobre la entraña de simbólica plata
de tu nombre argentino.

PAMPAMERICA


Este es el canto
de una tierra yacente
casi desconocida.

La pampa fue un emblema.

Enhorquetada en él
trazó su historia.
Surcada de alaridos y clarines
gestó el alto desierto,
el cardo, el pajonal
y la cepa viril de los fortines.
De ella nos vino
el canto rudo, el duelo, la payada,
el espolón de hierro en los ijares,
la yerra,
el pial con su cimbrón
y la domada.

Era la pampa bárbara,
la pampa montaraz de los varones,
la cobertura dura y espinosa
de una historia gestada en los fogones.

Pero había otra pampa.

Yacente
en el terrón endurecido
bajo la paja brava.
Yacente
bajo la tumba pétrea de los médanos,
bajo los cangrejales,
bajo el alto pampero,
bajo los cascos tórridos
del malón agorero.
Yacente,
esperando el milagro de la luz
en su seno;
esperando los días
de las fértiles lluvias del invierno;
esperando las palas de la aurora
que cavan los cimientos
de una ciudad,
de un país,
de un destino tan alto como un sueño.

Esperando
los patios, las iglesias,
los puentes, las calientes sementeras,
el escuadrón azul de las guitarras,
el blanco palomar de las escuelas.

Pampamérica.

Yo quiero que ESA pampa
sea un emblema.

Yo quiero que su canto
suba desde el terrón donde yaciera
y que digan los niños de algún día:
la palabra esperanza es de mi tierra.
Pampamérica
dueña del desconsuelo y de la espera,
terrón del canto que se hará futuro.
Por el Sur de tu Sur
ya es primavera.

El diablo se confesó

(Dibujo: Pablo Solo Díaz)
http://pablosolo-payador.blogspot.com/
Glosa:
EL DIABLO SE CONFESÓ,
HOY ESTÁ HACIENDO ORACIÓN,
SUMAMENTE ARREPENTIDO
PIDE A DIOS LA SALVACIÓN.

El Diablo al verse ya anciano
Pensó que era conveniente
El hacerse penitente
Y católico romano.
En efecto, al Vaticano
Llorando se presentó,
Y triste al Papa rogó
Que sus culpas perdonara
Y de esta forma tan rara
EL DIABLO SE CONFESÓ.

Con mucho gusto -le dijo
El Papa- yo te confieso,
Y el Diablo haciéndose el leso
Se le humilló como hijo;
El Santo Padre bendijo
Al penitente en cuestión,
Y según una versión
Para tener más ejemplo
Dicen que el Diablo en el templo
HOY ESTÁ HACIENDO ORACIÓN.

De manera que el Infierno
Ha quedado por su cuenta,
Porque ya abrazar intenta
La cruz el rey del Averno;
Hoy clamando al Padre Eterno
Está el Demonio afligido,
Y por haber cometido
Tan grandísimos pecados
Liberó a los condenados
SUMAMENTE ARREPENTIDO.

En un convento de Roma
Se ha encerrado enhorabuena,
Jurando que no condena
Ni al mismísimo Mahoma.
Hoy sus narices no asoma
Ya por ninguna nación,
Por eso condenación
No hay, y vamos bailando
Porque el Demonio llorando
PIDE A DIOS LA SALVACIÓN.

Por fin que todos estamos
Libres de ser condenados,
Los diablos se han desertado
E infierno abierto no hallamos;
Por eso aunque nos muramos
Y aunque mal hayamos hecho,
Quedemos muy satisfechos
Pues no hay pecado ni muerte,
Y aunque muramos, por suerte,
Vamos al Cielo derecho!

Muy buena mano

(Pintura: Castells Capurro)
Bajo un añoso ucalito,
en cuya sombra se ampara
tuza un tostao malacara
el "pampa" Juan Gorosito.
Lo acomoda despacito
sin hallar ningún tropiezo,
y pa mostrar, a más de eso,
sus maneras delicadas
lo acaricia en las quijadas
y en la tabla del pescuezo.

Parece que el pingo entiende,
y mientras paciente espera
una tapa de arpillera
de la mosca lo defiende.
En el hombre me sorprende
su suelta serenidad,
y en su gaucha actividad
igual que los muy paisanos
sabe emplear las dos manos
con la misma habilidad.

Mira el tuse con esmero...
y al darle su aprobación
se dá un resuello cortón
pa que no lo crean mañero.
Y al observar a un hornero
sobre su nido de barro
toma agua fresca de un jarro,
se afloja un poco el pañuelo,
y allí sentao en el suelo
pita despacio un cigarro.

Al poco rato, el tostao,
-como su estampa se presta-
quedó como pa una fiesta
completamente arreglao.
La cola le ha emparejao,
y las patas bien peladas
quedaron como afeitadas,
porque en esto, les repito,
que el "pampa" Juan Gorosito
tiene sus mentas ganadas.

Gaucho mentao


Alcance amigo el porrón
pa mandarle un trago al buche,
y el que es gustoso, que escuche,
con la mayor atención.
Porque ya en la inspiración
las rimas me han rabalsao,
y como el caso se ha dao
en este verso campero
lo pinto de cuerpo entero
al gaucho Eduardo Bilbao.

Nacido allá en el Tandil
hace ya una punta de años
luce entre amigos y extraño
su estampa tan varonil.
Criollazo como el candil
sus virtudes enarbola,
y sin una faya sola
ha transcurrido su infancia
en una mentada estancia
que es de Pereyra Iraola.

Con sus maneras sencillas
es un jinete mentao,
domador acreditao
y entablador de tropillas,
Hizo en esto maravillas,
y enalteciendo a la raza
como Bilbao no fracasa
sacó en concursos habidos
catorce premios seguidos
con los bayos de Apaolaza.

La provincia toda entera
recorrió de punta a punta,
y su prestigio repunta
entre la gente de afuera.
En cualquier reunión campera
por lo buen zapateador
se luce como el mejor
y como le sobran rollos
estando en rueda de criollos
es guitarrero y cantor.

Su palabra es un consejo
y como es gaucho del Sud
tiene el don y la virtud
de ser un hombre parejo.
Y al hacerles un reflejo
de sus ciencias tan valiosas
con palabras amistosas
quiero dejar aclarao
que quien lo imite a Bilbao
ha de aprender muchas cosas.

El último malón

(Pintura: Francisco Madero Marenco)
En tiempos de mis mayores
-ande se borra el recuerdo-
hubo un malón de los grandes,
el último, asigún creo.
Po'esos años este pago
era en verdá un nombre cierto,
con grandísimas estancias
que iban cambiando el disierto;
la cosa estaba tranquila,
el indio se andaba inquieto
pa'el otro lao del Salao
ande'ra patrón y dueño.

Pero... ¿quién sabe el porqué?

Cosas del politiqueo
(de cabildantes, decían)
palabras que no son hechos,
tratao'que'ntran al olvido
o se echan un sueño lerdo
...y al final, un ruido sordo,
de tormenta rota en truenos
y alarido filoso
que'n el aire encuentra el eco,
y áhi estaban, de a cabayo
bajo el celeste del cielo
los antiguos pobladores,
los pampas de mirar seco,
echando fuego a los ranchos,
arriando la hacienda lejos,
y güeno, es cierto también
¡no perdonando ni un ruego!
y yevando las mujeres
pa'los aduares de adentro...

Mentan rilatos d'entonces
de que al frente y altaneros
Guayquitipay y Currel
diban de coraje yenos;
y mucha contra en verdá
no habían de hacer los puesteros,
pues los guardias militares
tenían al pago indefenso;
ayá por Luján y Lobos
tan lejos del pago nuestro.

Aquél malón de las lanzas
mucho tiempo estuvo fresco,
pero jué'n La Madalena
el último grande al menos.

La Historia

(Pinturas: Carlos Montefusco)
Y que diga la historia
lo que ella pueda.
Ahora
muchas voces han muerto;
esas que paladearon
el dolor
la impotencia
o la victoria.

Esas que trasudaron
el olor de la pólvora,
el miedo,
el clima, el tiempo,
esa irrecuperable pauta vital
que ha muerto.
Ahora
sólo los documentos
apilados, inanimados,
en altas bibliotecas posteriores
con sus sellos de lacre
inviolables,
violados;
con sus páginas rotas
fragmentadas, vetadas,
corregidas con mil enmiendas invisibles,
suturadas con goma
con saliva,
con lágrimas.
Ahora
sólo los que se busquen
en la sangre heredada;
sólo los que atraviesen el presente
como expulsados del seno de su ayer
desconocidos;
los que quieran saber cómo éramos
y qué somos
ahora;
qué somos;
esto
que ha masticado lenta, pacientemente,
la mentira sutil;
el tiempo madurado a máquina,
la venganza infinita,
el anatema pretorial
la historia.
Sólo los que hayan comprendido
que los hechos,
la vida fundamental
no testimonia;
vive su doloroso acontecer de ahora
y muere
irremediablemente
en las bocas anónimas
de los que la vivieron
sin gestarla;
de los que no fueron héroes,
ni caudillos, ni próceres, ni nada;
de los que no supieron
que ELLOS eran la historia
y se murieron
sin poder contarla.

A Manuel Dorrego


Manuel Dorrego (Parte 1)
Cargado por elortiba. - Programas de ayer por la noche y clásicos de TV, online.
Argentino, Americano,
En la idea y en los hechos
Impulsivo y corajudo,
En los embates guerreros
Recibió sendas heridas,
En Sansana y Nazareno
Y le pidió a sus soldados
Para seguir combatiendo
Lo alzaran sobre el caballo,
Así fue Manuel Dorrego.

Temperamental en todo,
Bromista en los campamentos,
Pudo hasta indisciplinarse
Pero puesto en el gobierno
Supo muy bien dónde iba
En defensa de su pueblo
Ni emperador del Brasil,
Ni centralismo porteño,
Entreveraron las huellas
Que marcó Manuel Dorrego,

Cada vez que algún retazo
Perteneciente a este suelo
De las Provincias Unidas
Anduvo corriendo un riesgo,
Se alzó con su voz valiente
Reclamando ese derecho
Y por la soberanía
Él supo jugarse entero.
Así cruzó por la vida
Luchando Manuel Dorrego.

Por una América Unida,,
Compartía el alto sueño
Que tuvo Simón Bolívar
Desencontrado en el tiempo
Por intereses extraños
Ajenos al sentimiento.
De los hombres que lucharon
Y que hasta su sangre dieron
A veces incomprendidos,
Como fue Manuel Dorrego

Allá por el veintiséis
Diputado en el Congreso,
Defendía el derecho cívico
De los empleados a sueldo,
Excluidos de votar
Con el absurdo pretexto
Que el depender de un patrón
Ataría su pensamiento.
En defensa del humilde
Se alzó el verbo de Dorrego.

Del veintisiete al veintiocho
En su gestión de gobierno
Propulsó el federalismo
Que siempre fuera su credo.
Y cayó buscando luz
Entre las sombras envuelto;
No pudo montar de vuelta
Como lo hizo en Nazareno
Y en un trece de diciembre
Se apagó Manuel Dorrego.

Allí en la Estancia de Almeida
Se ordenó el fusilamiento,
Con un pañuelo amarillo
Sus ojos enceguecieron.
Cuando el padre Juan José
Lo acompañaba en silencio
Sonaron ocho disparos
Y quedó escrito en un pliego:
Besos para esposa e hija,
Que Dios proteja mi suelo,
Ahorren sangre de venganza...
Firmao' Manuel Dorrego.

Manuel Dorrego (Parte 2)
Cargado por elortiba. - Programas de ayer por la noche y clásicos de TV, online.

Al sur del canto



Porque el canto también es geografía
-la imagen del país que llevo adentro-
tengo esta pampa musical que es mía
y tengo un pago al Sur para el encuentro.

Por ese pago, donde algunos sueñan
con encender las márgenes del fuego
que alimenta las lámparas sureñas
que guarda el bronce de Manuel Dorrego.

Por este sur del canto, habrá algún día
el sol, de un surco virgen todavía
que nos dará el laurel que nos destina.

Por este Sur transitarás mañana
cuando se echen a vuelo tus campanas
y para siempre cantes, Argentina.