"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
Trenza de ocho, tradición
que va entrando en la leyenda
con el tirador, la prienda,
el chiripá y el facón.
El anca del redomón
ya no siente tu caricia,
ni la china ¡esa delicia!
se acomoda sobre el rollo
con su carne de pimpollo
y sus ojos de malicia.
Por el triunfo de tu bando
estás ligao a la historia
que ande hubo que ganar gloria
siempre andabas culebriando.
Con Güemes estabas cuando
se le cuadró al poder real
y el emblema nacional
impuso a los chapetones,
tomándoles los cañones
por lujo y volcando un pial.
Zumbando en los entreveros
fuiste terror de la indiada
en esa época pasada
de malones traicioneros,
en los combates camperos
si alguna vez te ha apurao,
un salvaje retobao
que se vino sobre el lazo,
resonó su cimbronazo
como cordaje templao.
Ya ni es criollo el malacara,
ni te floriás en la yerra,
ya te vas lazo'e mi tierra,
ya te han dao vuelta la cara.
Entre orquetas de tacuara,
nuevito y bien jabonao,
vas a concluir estaquiao
junto al galpón de ladrillo,
secándole el calzoncillo
Mi china ya no me mira,
ha dejado de quererme.
Sus ojos ya no han de verme,
¡malaya con mi existencia!
Qu'el cielo me de conciencia...
d'amores como ei de hacerle
Mi china ya no me mira
ha dejado de quererme...
Los dos éramos felices
en nuestra humilde tapera,
en donde ya naide espera
a est' alma tan dolorida.
Mi santa madre querida,
¡que sea lo que Dios quiera!
Los dos éramos felices
en nuestra humilde tapera...
En ancas de mi caballo,
un alazán galopero,
al trotecito lijero
bajo un añil firmamento
no hubó ningún momento
que no dijera: "¡te quiero!"
Enancas de mi caballo,
un alazán galopero...
¿Por qué senderos de angustia
ai de volver algún día?
Que no hay pasión ni porfía
que eternamente redure.
Y espero que me murmure
temblando lo que sentía.
¡Por qué senderos de angustia...
ai de volver algún día!
Planta un árbol convencido, aunque el sitio en que lo plantes no sea tuyo y mueras antes de saberlo florecido,
que hará un pájaro su nido a su abrigo acojedor,
que a un hombre trabajador > será su sombra propicia,
y que siempre beneficia lo que se hace por amor.
Me enviaron a trabajar cuando aún era tan pequeño,
que hasta me parece un sueño que eso pudiese pasar,
jugar, no aprendí a jugar y aunque lo hubiese aprendido,
por la noche tan rendido me dejaban los recados,
que mis últimos bocados me los mascaba dormido.
Es cierto, mi vida nada tiene de particular,
monótono trabajar, jornada sobre jornada,
esta guitarra templada, alguno que otro soñar,
llorar cuando hay que llorar, reír si toca la risa,
vida que así se desliza, ¿a quién pude interesar?
Lucidez en el decir, transparente la intención,
piedad en el corazón, vivir y dejar vivir,
no ser lastre, no pedir, de recibir saber dar,
ofendido perdonar, o dar la ofensa al olvido,
hablar con hondo sentido, hablar y dejar hablar.
No caigas a la reunión con un jarro de agua helada
a destemplar la templada fe de ningún corazón,
que aunque te sobre razón y estar en lo cierto creas,
es imperioso que seas capaz de condescender,
una cosa es imponer, otra intercambiar ideas.
Verso que no hable de amor, o que al amor no recuerde,
es como una llama verde sin la gracia de una flor,
¿qué ha de cantar el cantor si no lo agita el querer?
¿Cómo habrá de convencer el ruido de su garganta,
cuando no canta el que canta pensando en una mujer?
Cuando clamo sólo estoy, miento, porque estoy con ella,
lazarillo de mi huella, por ella soy lo que soy,
como una criatura voy en pos de su claridad,
y es tanta la santidad del hondo amor que le tengo,
que a menudo me contengo por no llamarla 'mamá'.
En mi velorio quisiera que te hallaras tú presente,
cuatro velas, poca gente, y algún gracioso cualquiera
que contase o que dijera algo para entretener,
que es el último querer de un egoísmo postrero:
de morirme primero que el tenerte que perder.
No nací para enemigo, y he tenido amigos buenos,
o fueron buenos al menos al enfrentarse conmigo.
Porque coseché mi trigo sin molestar al lindero,
de la vida en el tablero tuvo suerte mi ajedrez,
y hoy llego a la madurez consecuente y compañero.
Cuantas veces me consuelo, eterno desconsolado,
ante un perro abandonado hecho un ovillo en el suelo,
mi desvelo a su desvelo pongo en línea de igualdad,
su orfandad con mi orfandad mido, a silencio me llamo,
porque ese perro sin amo humilla mi soledad.
Tiende tu mano al vecino porque sí, por elegancia,
que no todo sea ganancia a lo largo del camino,
cambia de sabor el vino cuando no hay con quien brindar,
¿qué harás con atesorar y ser opulento en bienes,
si entre tus bienes no tienes el bien supremo de dar?
A dos excelsos José invoca mi corazón
para imantar su emoción y purificar su fe,
uno extraordinario fue arquetipo paladín,
fustigó el otro lo ruin con los azotes más grandes,
son dos José: José Hernández y José de San Martín.
blanco y celeste también.
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(Estos versos que canta don Víctor Velázquez son solo un fragmento del poema completo que andamos buscando... digo: 'por si las moscas' alguno lee esto y tenga el resto del poema... me lo manda y le mando de regalo un dulce de leche casero...!) Priujujuu!
Para el libro "Las Hazañas 'e Don Goyo Cardoso", de Carlos Echazarreta
Haciendo rueda al fogón
(ese clú sin reglamento
ande dentra y toma asiento
dende el mensual al patrón),
estábamos de riunión
en aquel día lluvioso,
cuando, sumando alborozo
a nuestra justa alegría,
chorreando su picardía
cayó don Goyo Cardoso…
Dentró, según lo presumo,
punteando sus intenciones,
medio a los atropeyones
y echando la culpa al humo…;
pero con cuidado sumo,
y dispués de saludar,
se jué derecho a sentar
en un banco mecedor,
muy cerca del asador
donde había un costillar.
Se riyeron los paisanos
como buscando su enojo,
mirándose de reojo
y en malicia soberanos;
él se refregó las manos,
sacó luego su petaca,
miró el costillar de vaca
con ojo experto y sereno,
y empezó a tascar el freno
como su pingo en la estaca…
Pero no pudo aguantar
el vicio de la palabra-
con él su alegría labra
el gaucho más ejemplar;-
comenzó a desenrrollar
sus curiosos abigeatos,
y así, suspensa en los gratos
episodios de su vida,
la tarde quedó prendida
como abrojo en sus relatos!
Pocas veces en la historia
de nuestras ruedas camperas,
mentiras tan hechiceras
pusieron su ejecutoria;
y han quedao en la memoria
pa’ ejemplar recordación,
porque un bravo mocetón,
Don Carlos Echazarreta,
los envainó en su maleta
sin quitarles emoción.
Aquí están, en el rodeo
parejo de este corral,
ande no se ha errao un pial
ni se ha cortao un sobeo;
sabrosas como un deseo,
valientes como una lanza,
lindas como la añoranza
de nuestras verdes cuchillas
flotan como las golillas
de una risueña esperanza.
Dicen que tiempo y olvido
Se precisan mutuamente
Que si hay un recuerdo ausente
Hay un tiempo transcurrido
Traté pero no he podido
Dejando el tiempo pasar
Más te vuelvo a recordar
Y como lo presentía
Se desangra el alma mía
Porque no aprendió a olvidar…
Dicen que tiempo y olvido
Se hermanan en el sendero
Donde uno pasa primero
Siempre el otro lo ha seguido
Yo voy a un recuerdo asido
Y el tiempo pasa de largo
Tu recuerdo se hace amargo
O dulce según la hora
Mientras lento y sin demora
El transcurre sin embargo…
Dicen que tiempo y olvido
Se desafían muchas veces
Y un recuerdo permanece
Sobre el tiempo suspendido
Caprichoso y decidido
Tu recuerdo es una espina
Que junto al tiempo camina
A la par mía callado
Y he de llevarlo guardado
Como nadie se imagina…..
Con la silente luz de la mañana
Se despereza el día en su bosquejo
Y a penitas se escucha desde lejos
Que un badajo en el bronce....... toca diana.
Amanece en la estancia y es arcana
La rutina tan agreste y natural
Mientras se escucha un tropel en el corral
Que un badajo en el bronce....... toca diana.
Volverá a caer la tarde limpia y ruana
Sobre el campo sereno, húmedo y frío
Para esperar paciente el tiempo umbrío
Que el badajo en el bronce....... toque diana.
Cuando el sol ilumina
sobre las aguas,
un incendio de angustias
me quema el alma.
Y en las rubias arenas
busco tu huella,
cuando el mar con su espuma
la playa besa.
Voy dejando la huella
que tú dejaste,
mi corazón herido
sale a buscarte...
A la huella a la huella
de los recuerdos
y un castillo de arena
que borró el tiempo.
A la huella a la huella
de los recuerdos,
que me endulcen el alma
como tus besos.
El verdor de tus ojos
en la distancia
me mantienen cautiva
de tu mirada,
Si a mi grito callado
lo lleva el viento,
él habrá de contarte
¡cuánto te quiero!
Voy dejando la huella
que tú dejaste,
mi corazón herido
sale a buscarte...
A la huella a la huella
de los recuerdos
y un castillo de arena
que borró el tiempo.
A la huella a la huella
de los recuerdos,
que me endulcen el alma
como tus besos.
"Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música..." Jorge Luis Borges
"La pampa, señor, es como la serpiente..., lo magnetiza al hombre, lo encanta y lo adormece, y al fin se lo devora". (G.E. Hudson)
Visite al Gauchoguacho en...
Estancia "La Brava"
Pampa
Madre. Horizonte. Soledad. Llanura franca al sol que sólo sabe de tu curva...Cuna, sepulcro y sustento. Creadora del gaucho afirmativo, del caballo amigo de la distancia, del puma escondido y del chajá ascendente. Pretexto de vagabundas ansias de partir sin meta...¡Tú que das resignación al pequeño, empampado de infinito! Ricardo Güiraldes.
El hombre nacido en la pampa tiene todo el cielo y todas las estrellas que parece que se le vienen encima. Tiene las primeras luces del sol a la mañana y las últimas del anochecer. El horizonte es la primera abstracción para el hombre, ya que es una línea que se ve pero que no existe, porque en la medida que avanza, se aleja más. Nunca va a encontrar el horizonte, sin embargo está ahí. Entonces el canto de ese hombre es reflexivo, intimista, profundo, como asombrado por la grandeza de la inmensidad. (Suma Paz)
"La pampa con su mutismo imponente y su monotonía tan característicos, predisponían poco a la locuacidad. -'El campo es tan lindo, me decía cierta vez un gaucho, que no dan ganas de hablar" Leopoldo Lugones
Paisajes
Pareciera que se agacha la huella del horizonte, y uno se pierde en el monte hasta hallar una lomada. La tierra parece nada y en ella se afirma el hombre.
Presentación
De n'antes
De ranchos y taperas
Pa'la moza
Sucedidos
Oficios
Nuestros paisanos los indios
Cosas del campo
Baguales
Jenofonte dice que al andar a caballo se siente la necesidad de que a uno le crezcan alas... Así el caballo resulta no sólo maestro del músculo sino también del alma... El caballo educa, rige al hombre y le da una filosofía propia. La filosofía de un jinete es distinta a la de un caminador...En el caballo se aprende la vida. Sobre su cabeza nace la lejanía y entre sus cascos se fatiga la tierra. A todo el que va jinete en su caballo su soledad lo acompaña. (Eduardo Jorge Bosco). ..................................................................................
A un domador de caballos
"Cuatro elementos en guerra forman el caballo salvaje. Domar un potro es ordenar la fuerza y el peso y la medida: Es abatir la vertical del fuego y enaltecer la horizontal del agua: poner un freno al aire, dos alas a la tierra..." (Leopoldo Marechal)
Juiiira perro
Bichos de mi tierra
De chacota.
Canto con jundamento
Viva la Patria
Aquí me pongo a cantar
Cruz diablo
"He dicho muchas veces que aquí recibí mis primeras lecciones de abismo y de absoluto.
El cielo me las dió, me las dió la llanura abierta y desmesurada. (Olga Orozco).
Pero yo he vivido libre
y sin depender de naides
siempre he cruzao a los aires
como el pájaro sin nido,
cuanto sé lo he aprendido
porque me lo enseñó un "flaire".