jueves, 13 de agosto de 2015

El lazo (Estilo)



Trenza de ocho, tradición
que va entrando en la leyenda
con el tirador, la prienda,
el chiripá y el facón.
El anca del redomón
ya no siente tu caricia,
ni la china ¡esa delicia!
se acomoda sobre el rollo
con su carne de pimpollo
y sus ojos de malicia.

 Por el triunfo de tu bando
estás ligao a la historia
que ande hubo que ganar gloria
siempre andabas culebriando.
Con Güemes estabas cuando
se le cuadró al poder real
y el emblema nacional
impuso a los chapetones,
tomándoles los cañones
por lujo y volcando un pial.

 Zumbando en los entreveros
fuiste terror de la indiada
en esa época pasada
de malones traicioneros,
en los combates camperos
si alguna vez te ha apurao,
un salvaje retobao
que se vino sobre el lazo,
resonó su cimbronazo
como cordaje templao.

 Ya ni es criollo el malacara,
ni te floriás en la yerra,
ya te vas lazo'e mi tierra,
ya te han dao vuelta la cara.
Entre orquetas de tacuara,
nuevito y bien jabonao,
vas a concluir estaquiao
junto al galpón de ladrillo,
secándole el calzoncillo
algún 'nación' acriollao.

Año: 1926




Mi china ya no me mira (Estilo)



Mi china ya no me mira,
ha dejado de quererme.
Sus ojos ya no han de verme,
¡malaya con mi existencia!
Qu'el cielo me de conciencia...
d'amores como ei de hacerle
Mi china ya no me mira
ha dejado de quererme...

Los dos éramos felices
en nuestra humilde tapera,
en donde ya naide espera
a est' alma tan dolorida.
Mi santa madre querida,
¡que sea lo que Dios quiera!
Los dos éramos felices
en nuestra humilde tapera...

En ancas de mi caballo,
un alazán galopero,
al trotecito lijero
bajo un añil firmamento
no hubó ningún momento
que no dijera: "¡te quiero!"
Enancas de mi caballo,
un alazán galopero...

¿Por qué senderos de angustia
ai de volver algún día?
Que no hay pasión ni porfía
que eternamente redure.
Y espero que me murmure
temblando lo que sentía.
¡Por qué senderos de angustia...
ai de volver algún día!

miércoles, 5 de agosto de 2015

Décimas de don Antonio Gil



Planta un árbol convencido,
aunque el sitio en que lo plantes
no sea tuyo y mueras antes
de saberlo florecido,
que hará un pájaro su nido
a su abrigo acojedor,
que a un hombre trabajador >
será su sombra propicia,
y que siempre beneficia
 lo que se hace por amor.

Me enviaron a trabajar
cuando aún era tan pequeño,
que hasta me parece un sueño
que eso pudiese pasar,
jugar, no aprendí a jugar
y aunque lo hubiese aprendido,
por la noche tan rendido
me dejaban los recados,
que mis últimos bocados
 me los mascaba dormido.

Es cierto, mi vida
nada tiene de particular,
monótono trabajar,
jornada sobre jornada,
esta guitarra templada,
 alguno que otro soñar,
llorar cuando hay que llorar,
 reír si toca la risa,
vida que así se desliza,
¿a quién pude interesar?

Lucidez en el decir,
transparente la intención,
piedad en el corazón,
vivir y dejar vivir,
no ser lastre, no pedir,
de recibir saber dar,
ofendido perdonar,
o dar la ofensa al olvido,
hablar con hondo sentido,
hablar y dejar hablar.

No caigas a la reunión
con un jarro de agua helada
a destemplar la templada
fe de ningún corazón,
que aunque te sobre razón
 y estar en lo cierto creas,
es imperioso que seas
capaz de condescender,
una cosa es imponer,
otra intercambiar ideas.

Verso que no hable de amor,
o que al amor no recuerde,
es como una llama verde
sin la gracia de una flor,
¿qué ha de cantar el cantor
si no lo agita el querer?
¿Cómo habrá de convencer
el ruido de su garganta,
cuando no canta el que canta
pensando en una mujer?

Cuando clamo sólo estoy,
miento, porque estoy con ella,
lazarillo de mi huella,
por ella soy lo que soy,
como una criatura voy
en pos de su claridad,
y es tanta la santidad
del hondo amor que le tengo,
que a menudo me contengo
por no llamarla 'mamá'.

En mi velorio quisiera
que te hallaras tú presente,
cuatro velas, poca gente,
y algún gracioso cualquiera
que contase o que dijera
algo para entretener,
que es el último querer
de un egoísmo postrero:
de morirme primero
que el tenerte que perder.

No nací para enemigo,
y he tenido amigos buenos,
o fueron buenos al menos
al enfrentarse conmigo.
Porque coseché mi trigo
 sin molestar al lindero,
de la vida en el tablero
tuvo suerte mi ajedrez,
y hoy llego a la madurez
 consecuente y compañero.

Cuantas veces me consuelo,
eterno desconsolado,
ante un perro abandonado
hecho un ovillo en el suelo,
mi desvelo a su desvelo
pongo en línea de igualdad,
su orfandad con mi orfandad
mido, a silencio me llamo,
porque ese perro sin amo
humilla mi soledad.

Tiende tu mano al vecino
porque sí, por elegancia,
que no todo sea ganancia
a lo largo del camino,
cambia de sabor el vino
cuando no hay con quien brindar,
¿qué harás con atesorar
y ser opulento en bienes,
si entre tus bienes no tienes
el bien supremo de dar?

A dos excelsos José
invoca mi corazón
para imantar su emoción
y purificar su fe,
uno extraordinario fue
arquetipo paladín,
fustigó el otro lo ruin
con los azotes más grandes,
son dos José:
José Hernández
y José de San Martín.

Señor de Montiel (Milonga)


(Milonga homenaje al Dr. don Delio Panizza)


Partió con el alba
en brioso corcel,
guitarras y lanzas...
guitarras y lanzas
galopan con él.

Lo llora Entre Ríos
al amanecer,
y aquí en la otra Banda...
y aquí en la otra Banda
lo lloran también.

Poeta montonero,
señor de Montiel,
se quedó en su pluma...
se quedó en su pluma
sangrando un laurel.

Los talas del monte,
el rojo clavel,
beben de su canto,
beben de su canto
rocíos de miel.

Y en los espinillos
se ojala la piel
cuando grita el viento,
cuando grita el viento:
"don Delio se fue".

Poeta montonero,
señor de Montiel,
se quedó en su pluma...
se quedó en su pluma
sangrando un laurel.

En décimas suyas
vibra el Uruguay,
los hijos de Artigas...
los hijos de Artigas
no lo olvidarán.

Y allá en su Entre Ríos
siempre vivirá
con don Martiniano...
con don Martiniano,
dos glorias serán.

Poeta montonero,
señor de Montiel,
se quedó en su pluma...
se quedó en su pluma
sangrando un laurel.

El poncho blanco (Cifra)



El poncho que me regala
en traducción de una idea, 
sobre mi espalda flamea
y se agita como un ala;
será mi prenda de gala
en toda fiesta mayor
y la luciré en su honor, 
en romancesco bautismo
en las lides del lirismo
o en los lances del valor.

Me veo envuelto por él
y siento arder en su trama
como una viviente llama
de las gestas de Montiel;
a mis tradición es fiel, 
pienso gustando su abrigo, 
que tal vez será testigo
de sinsabores y asombros
porque irá sobre mis hombros
como obligando a su amigo.

El alma vibra tan viva, 
bajo el calor de su timbre, 
como si la fina urdimbre
fuera de fibra nativa;
es una lumbre votiva
para sus sendas cansinas
pues colmando las divinas
ilusiones de su veste, 
tiene la boca celeste 
y dos franjas Argentinas.

Volviendo a tiempos modernos
en los cuales la hidalguía
probó que la valentía
es de perfiles eternos, 
sobre los pagos eternos, 
casi diría 'recién';
cual tocando a sotamen
en alarde gentilicio
era el poncho de Aparicio
blanco y celeste también.
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(Estos versos que canta don Víctor Velázquez son solo un fragmento del poema completo que andamos buscando... digo: 'por si las moscas' alguno lee esto y  tenga el resto del poema... me lo manda y le mando de regalo un dulce de leche casero...!) Priujujuu!



Apadrinando


(Pintura: Julián Althabe)



Para el libro "Las Hazañas 'e Don Goyo Cardoso",

de Carlos Echazarreta

Haciendo rueda al fogón
(ese clú sin reglamento
ande dentra y toma asiento
dende el mensual al patrón),
estábamos de riunión
en aquel día lluvioso,
cuando, sumando alborozo
a nuestra justa alegría,
chorreando su picardía
cayó don Goyo Cardoso…

Dentró, según lo presumo,
punteando sus intenciones,
medio a los atropeyones
y echando la culpa al humo…;
pero con cuidado sumo,
y dispués de saludar,
se jué derecho a sentar
en un banco mecedor,
muy cerca del asador
donde había un costillar.

Se riyeron los paisanos
como buscando su enojo,
mirándose de reojo
y en malicia soberanos;
él se refregó las manos,
sacó luego su petaca,
miró el costillar de vaca
con ojo experto y sereno,
y empezó a tascar el freno
como su pingo en la estaca…

Pero no pudo aguantar
el vicio de la palabra-
con él su alegría labra
el gaucho más ejemplar;-
comenzó a desenrrollar
sus curiosos abigeatos,
y así, suspensa en los gratos
episodios de su vida,
la tarde quedó prendida
como abrojo en sus relatos!

Pocas veces en la historia
de nuestras ruedas camperas,
mentiras tan hechiceras
pusieron su ejecutoria;
y han quedao en la memoria
pa’ ejemplar recordación,
porque un bravo mocetón,
Don Carlos Echazarreta,
los envainó en su maleta
sin quitarles emoción.

Aquí están, en el rodeo
parejo de este corral,
ande no se ha errao un pial
ni se ha cortao un sobeo;
sabrosas como un deseo,
valientes como una lanza,
lindas como la añoranza
de nuestras verdes cuchillas
flotan como las golillas
de una risueña esperanza.

                          (Montiel, 11/1941)

lunes, 3 de agosto de 2015

En Vos, Señor, me refugio (Salmo criollo: 30/31)


(Pintura: Carlos Montefusco)




1
En Vos, Señor, me refugio,
no me hagás pasar vergüenza
librame vos que sos justo,
apurate en mi defensa.

2
Sos mi roca de refugio,
el fortín que me cobija;
mi guarida es tu lealtá,
que tu Nombre me dirija.

3
Vení, sacame del pozo,
me han pialado por detrás,
a Vos te encomiendo mi alma,
sé que vos la salvarás.

4
Yo no creo en los conjuros,
ni en payé ni yerbas santas,
yo espero sólo en tu ciencia
que ha formao todas las plantas.

5
Miraste mi embichadura,
las angustias de mi alma,
desataste mis maneas
y me has devuelto la calma.

6
Mirame con compasión,
ando demás de angustiao,
tengo los ojos resecos
y todo el cuerpo estaquiao.

7
Mi vida se va en suspiros,
mis días como el oleaje,
los años me traen miseria
y me despluman coraje.

8
Me cuerean las comadres,
soy el pavote del pago,
el cuco pa los gurises,
y pal amigo un mal trago.

9
Si me encuentran en su huella
me miran como animal,
me han patiao hacia el olvido
como lata al basural.

10
Les oigo sus cuchicheos,
y ya dentro a tiritar;
se juntan pa señalarme,
conviersan para mi mal.

11
Pero en Vos tengo confianza
y digo: "Vos sos mi Dios".
Mi destino está en tus manos
y me ha de librar tu amor.

12
Que brille tu hermoso rostro,
salvame por tu piedá,
no me hagás pasar vergüenza
por confiar en tu lealtá.

13
Tapale, Señor, la boca
al de labios mentirosos,
que cierren al fin el pico
esa manga de orgullosos.

14
¡Qué grande que es tu bondá!
Pa tus fieles la reservas
y la das al que te busca
ante el mundo que lo observa.

15
Por él vos sacás la cara
pa librarlo de la intriga,
y lo salvás en tu rancho
de las lenguas enemigas.

16
¡Bendito el Dios poderoso
que de mi tuvo piedá!
¡Yo que lo creí ausente,
en medio de mi ansiedá!

17
Pero escuchó mi plegaria
cuando su ayuda pedí,
¡es protección pa los suyos
como el tunal para el cuis!

18
El que soberbio atropelle
ha de probar sus espinas.
¡Tengan firme el corazón;
la salvación se avecina!





miércoles, 15 de julio de 2015

Tiempo y olvido




Dicen que tiempo y olvido
Se precisan mutuamente
Que si hay un recuerdo ausente
Hay un tiempo transcurrido
Traté pero no he podido
Dejando el tiempo pasar
Más te vuelvo a recordar
Y como lo presentía
Se desangra el alma mía
Porque no aprendió a olvidar…

Dicen que tiempo y olvido
Se hermanan en el sendero
Donde uno pasa primero
Siempre el otro lo ha seguido
Yo voy a un recuerdo asido
Y el tiempo pasa de largo
Tu recuerdo se hace amargo
O dulce según la hora
Mientras lento y sin demora
El transcurre sin embargo…

Dicen que tiempo y olvido
Se desafían muchas veces
Y un recuerdo permanece
Sobre el tiempo suspendido
Caprichoso y decidido
Tu recuerdo es una espina
Que junto al tiempo camina
A la par mía callado
Y he de llevarlo guardado
Como nadie se imagina…..

Badajo



(Foto: Guido)


Con la silente luz de la mañana
Se despereza el día en su bosquejo
Y a penitas se escucha desde lejos
Que un badajo en el bronce....... toca diana.

Amanece en la estancia y es arcana
La rutina tan agreste y natural
Mientras se escucha un tropel en el corral
Que un badajo en el bronce....... toca diana.

Volverá a caer la tarde limpia y ruana
Sobre el campo sereno, húmedo y frío
Para esperar paciente el tiempo umbrío
Que el badajo en el bronce....... toque diana.


domingo, 5 de julio de 2015

Tu huella (Huella)

Cuando el sol ilumina
sobre las aguas,
un incendio de angustias
me quema el alma.

Y en las rubias arenas
busco tu huella,
cuando el mar con su espuma
la playa besa.

Voy dejando la huella
que tú dejaste,
mi corazón herido
sale a buscarte...

A la huella a la huella
de los recuerdos
y un castillo de arena
que borró el tiempo.
A la huella a la huella
de los recuerdos,
que me endulcen el alma
como tus besos.

El verdor de tus ojos
en la distancia
me mantienen cautiva
de tu mirada,

Si a mi grito callado
lo lleva el viento,
él habrá de contarte
¡cuánto te quiero!

Voy dejando la huella
que tú dejaste,
mi corazón herido
sale a buscarte...

A la huella a la huella
de los recuerdos
y un castillo de arena
que borró el tiempo.
A la huella a la huella
de los recuerdos,
que me endulcen el alma
como tus besos.