Igual que charco alazán
tu pelo sobre la almohada
que se me hacía bordada
con soles que ya se van.
De pico entreabierto están
los pichones de tus besos
y dos pimpollos traviesos
retozaban sin bozal,
perfumaba tu rosal
el ambiento de mis güesos...
Y los cisnes de tus brazos
derivan en lago tibio,
a media asta el alivio
entrecierran tus ojazos.
La luna que se va al mazo,
femenina y entendida
porque otra luna encendida
alumbraba el otro cielo,
después que tiró el anzuelo
luneaba la distraída...
Sabia, la naturaleza,
mezcla rosa con celeste
y aunque morir algo cueste,
continuar es la promesa.
Ya madura la cereza
de tu boca como miel,
descubre un país de piel
recorre los cuatro puntos;
nunca en la vida tan juntos
la paloma y el laurel.
Se me pusieron los pelos
cómo pa' enhebrar melones;
al brindar los corazones,
los pulsos y los anhelos.
De conjugar los desvelos
con nueve lunas de ensueño
ya firmaba a tu dueño,
inédita obra de amor;
cuando un gallo arruinador
(¡no va y canta!)...y adiós con el sueño.
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