"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
Descripción del film:
1. Primeros planos de un gaucho cabalgando por el campo.
2. Vistas generales de la pulpería "La Blanqueada".
3. Vistas de una fotografía con la imagen de Don Segundo Sombra.
4. Vistas generales de gauchos cabalgando por el campo.
5. Primeros planos de un alambre de púas marcando la división del campo.
6. Vistas generales de gauchos arreando ganado vacuno hasta corral.
7. Vistas generales de gauchos marcando el ganado y enlazando a los vacunos.
8. Primeros planos de una serpiente arrastrándose por el campo.
9. Primeros planos de un caballo atravesando un campo con fango.
10. Vistas generales de gauchos arreando ganado vacuno.
11. Vistas generales de un festival donde los gauchos doman a los potros.
12. Vistas generales de un gaucho sacando una caballada de potros del corral.
13. Primeros planos de una guitarra, un mate y varios facones apoyados sobre una mesa.
14. Primeros planos de un gaucho cerrando la tranquera de ingreso a la estancia.
15. Primeros planos de un gaucho encabezando la tropilla de caballos.
16. Primeros planos de un alambre de púas marcando la división del campo.
17. Primeros planos de una tranquera cerrada con una cadena y un candado.
18. Vistas generales de gauchos arreando una manada de caballos por el campo.
19. Primeros planos de la tumba de Ricardo Guiralde.
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Caracoleando andaba, en la mollera,
este canto que suelto, por una huella.
De Macachín arreando, traje una tropa,
de sueños cimarrones, pa’ Santa Rosa.
Andares que en la senda, dejó patente,
en los campos pampeanos, su linda suerte.
De tranquear escenarios criollos y d’eso,
que en esta pampa gaucha, visten campero.
Don Guillermo Fernández, en esa huella,
gaucha por la que anduvo, brilla una estrella.
Paisano en donde anida, amistad franca,
que se tiende a lo largo y ancho ‘e la palma.
Capataceando un tiempo, radio pampeana,
fogón al que por yesca, le puso el alma.
Cuando al aire surero, largó su voz,
por la tranquera abierta de tradición.
Esa que hizo ‘e cantores, criollas guitarras,
del bordonear campero, cantar La Pampa.
Don Guillermo Fernández, en esa huella, gaucha por la que anduvo, brilla una estrella.
Pareciera que se agacha la huella en el horizonte y uno se pierde en el monte hasta hallar una lomada; la tierra parece nada y en ella se afirma el hombre
Soy nativo de éstos pagos,
más que mestizo soy indio
y por no ser barbilindo
tengo que andar recelado.
Tan solo aquél que haya andado
emponchado de lejuras
sabe del amor que duda
y se ablanda de impaciencia
porque tan solo el que trenza
sabe qué son chapaduras.
El coya como el puneño se dan la mano de pobres, debe haber quien le sobre lo que ellos nunca han tenido, ¡qué mundo bien repartido: unos oro... y otros cobre!
Nadie aprende lo bastante
que pueda decir que sabe,
que allí ninguno se alabe
porque habemos ignorantes;
del señorón, sus desplantes,
hay quien aguanta y se calla
yo nunca jui de esa laya
y aunque me vean reculando:
me vuelvo toro topando
si me chucean las agallas.
Almas religiosas puras que la ambición no las tienta para morir se sustentan en ese sufrir callado, de un acullico apretado como cuero a la osamenta.
El que en hacer mal se ensaña
mis perdones yo le diera,
porque nunca comprendiera
es una elevación del alma.
De un dulce canto la calma
de un célico "venganos",
darse entero en copla y voz
como quien comparte el pan,
dos que enteniendo no dan que cosas podré dar yo.
Tal vez de dispacio que ando,
ninguno me ha visto andar...
tal vez de dispacio que ando,
ninguno me ha visto andar...
Yo ando p' hacerme de un aire,
en medio del vendaval,
yo ando p' hacerme de un aire,
en medio del vendaval.
A veces camino solo,
a veces en soledad...
a naides le dije nunca,
cómo me gusta marchar.
A naides le dije nunca
cómo me gusta marchar.
Alguna vez, andaremos
caminar por caminar,
con todas las leguas juntas,
sin importar pa ande van.
El mundo por ser redondo,
rueda y rueda sin parar,
lo diferencia del hombre:
que no sabe recular.
Yo anduve por todo el mundo,
en este mismo lugar,
el sol me llevó el aliento
y lo llovió sin mirar,
de ande soplaban los vientos
y p'ande diba a agarrar.
Un poco... un poco de adentro mío
siempre fue pa los demás.
Yo anduve por todo el mundo,
en este mismo lugar,
tal vez de andar tan dispacio,
ninguno me ha visto andar.
El mundo tiene su tiempo,
y yo el mío y nada más,
el mundo tiene su tiempo,
y yo el mío y nada más.
Andándolo despacito
no parece que se va...
andándolo despacito
no parece que se va.
(En la foto de izq a der: Miguel Llobet, Emilio Pujol, Juan Carlos Anido, María Luisa Anido y Domingo Prat. Año 1918)
Carlos Roldán interpreta un Triste titulado "Ño Juan Carlos" que Justo Tomás Morales dedicara a Juan Carlos Anido, padre de María Luisa, la gran concertista y compositora Argentina.
Una huella dejaron
mis cuatro abuelos,
para que yo pudiera
ir sur adentro.
Un chingolito anuncia
viento surero,
cuanto más fuerte sople
más limpia el cielo.
A la huella, a la huella
cinchen parejo,
que donde acaba el barro
está lo seco.
A la huella, a la huella
si otros pasaron
no le tengamos miedo
aunque haya barro.
Cuando se nubla el cielo
todo está oscuro
Si la noche se alarga,
¿pa'qué el apuro?
A la huella, a la huella
de mis paisanos
que tomaban el agua
hasta en los charcos.
Huella de los arados
por donde quiera
lo que ayer fue desierto
hoy es pradera.
A la huella, a la huella
cinchen parejo,
que donde acaba el barro
está lo seco.
A la huella, a la huella
si otros pasaron
no le tengamos miedo
aunque haya barro.
Cuando se nubla el cielo
todo está oscuro
Si la noche se alarga,
¿pa'qué el apuro?
¡Volantín, volantinero!, tu pasado lisonjero,
los laureles, los aplausos, que lograras al pasar
con cabriolas, molinetes, trampolines, periquetes,
de la mira en el cordaje, voy tus horas a añorar.
Ya la murga con sus sones de platillos y trombones
circuló por todo el pueblo, pregonando por doquier,
e imprimiendo en cada nota esta frase como un dejo:
"Circo gaucho, circo viejo, te vas para no volver."
Volantín, volantinero, como un paria aventurero,
recorriste los confines, paso a paso sin cesar,
y el recuerdo que dejabas en los pueblos que pisabas
era toda una semblanza, imposible de olvidar.
De los pibes la algazara y el payaso con su cara
y sus locos cascabeles que va viendo enmudecer,
va expresando con la mueca de su labio y su entrecejo,
"Circo gaucho, circo viejo, te vas para no volver."
Volantín, volantinero, que mi canto lastimero
no te ofenda ni te dañe, tu dolor al evocar.
Es el eco de tu historia, es la endecha de tu gloria,
de tu gloria que se esfuma para nunca retornar.
Y tal vez cuando mañana, al cruzar tu caravana,
a lo lejos de un camino veas un triste atardecer,
estos últimos fulgores te dirán con tus reflejos:
"Circo gaucho, circo viejo, te vas para no volver."
El Teatro Nacional Cervantes puso en marcha en el marco de CERVANTES FEDERAL, el Programa nacional de giras a pueblos y a localidades adonde no llega el teatro institucional ni comercial, y donde probablemente no exista el teatro independiente. Para llevarlo adelante, partió de la idea de conformar un elenco de actores jóvenes que puedan dedicarse con exclusividad a la propuesta dado que las giras serán extensas y el objetivo a largo plazo es realizar funciones en todas las provincias argentinas. La obra que inicia esta experiencia es El Martín Fierro versión de Claudio Gallardou, sobre el poema gaucho de José Hernández -de cuya primera publicación (1870), vale agregar, se cumple este año (2010) el 140º aniversario- escrita para un elenco integrado por una actriz y tres actores.
Más de 400 jóvenes respondieron a la convocatoria que hizo el Teatro Cervantes para armar la pequeña compañía.. De las largas jornadas de audiciones quedaron preseleccionados 130 participantes, todos tenían que saber cantar, bailar, tocar instrumentos, y desde luego actuar. Finalmente quedaron seleccionados Carlos Scappatura que hará el personaje de Martín Fierro, Mercedes Torre como la dama joven, Hernán Lewkowicz el maestro de pista y Luciano Medina como el cómico.
En esta versión basada en el trabajo y la investigación sobre el Circo Criollo se utilizan los géneros y recursos artísticos de la época, como el recitado gauchesco, el humor de los Tonys, el melodrama, la destreza de espadas y los bailes folklóricos, con una estética caricaturesca basada en imágenes de Molina Campos. El espectáculo se jugará en un espacio que recordará las viejas arenas del circo criollo.
Esta compañía de payasos y actores trashumantes del Teatro Nacional Cervantes irá contando la gran epopeya del Gaucho perseguido, en un recorrido que comenzará en noviembre en la provincia de Entre Ríos, adonde el grupo permanecerá más de 40 días recorriendo pueblos con su arte, para retomar el año próximo en otra provincia.
Sobre el alero escarchao
encontré esta madrugada,
una palomita helada
que el viento la había extraviao.
Por ser tuya la he cuidao
con cariño y con desvelo
y la cinta color cielo
con que venía adornada,
al cuello la tengo atada
por ser cinta de tu pelo.
Triste está la palomita
ausente de su querencia
y yo sé que el mal de ausencia
es un mal que no se quita.
No hay más remedio, m’hijita,
para curar tu aflicción
que pagarme la pasión
con que siempre te he querido
y que hagan juntas el nido
las dos en mi corazón.
Allí vivirán seguras
como en maternal regazo
al amparo de mi brazo
y al calor de mis ternuras.
Yo tendré las amarguras,
tú, las glorias de la vida
y tu avecita querida
como nuestro amor sereno,
buscará asilo en tu seno
para quedarse dormida.
Si esta esperanza es un sueño
no me quites la ilusión,
que el bien de mi corazón
es soñar que soy tu dueño.
Podré alzar con vano empeño
mi ambición hasta esa gloria,
pero aunque sea ilusoria
la dicha que a Dios le pido,
quiero morir convencido
de que vivo en tu memoria.
......................................................
Este estilo es parte de la obra de teatro “La piedra de escándalo” de los hermanos Podestá y Martín Coronado que estrenaron a principios del siglo pasado. La cantaba mi madre a quien se la enseñó Mario Pardo. Mi madre y Mariano Villar Sáenz Peña cantaban sólo las tres primeras décimas.
(Tonito Rodríguez Villar)
.....................................................................
No te extrañe mi canto, buey barcino,
que pa’ burla ‘e mis penas yo lo suelto
pa’ que vague tristón como un lamento,
por estas soledades del camino.
La, la, la ra, la, la, la
la, la, la ra, la, la, la
la, la, la ra la, la, la, la, ra.
Huella, huella, huella, buey.
Es triste mi sufrir, mas no lo siento,
y si canto mi pena o mi alegría
ave soy que se queja con el día
pa’ olvidar en la noche su tormento.
Soy triste como vos, mi buey cansino,
y curtido a guascazos por la suerte
no me importa más la vida que la muerte
y me río también de mi destino.
Y la llevo prendida al alma mía
en el hondo recuerdo de mis penas.
¡Alabado el Señor! ¡Si era tan buena!
que la siento y la lloro todavía.
Era verdad con razón,
yo sentí cuando volvía,
de una pena negra y fría
me enlutaba el corazón.
Un Presagio de traición,
presentimiento sombrío,
anidó en el pecho mío
cuando al volver a sus brazos
sentí romperse en pedazos
al ver el rancho vacío.
El viento su nombre,
de nuevo decía
y me la llevaron
por llamarse mía;
dolió su recuerdo
igual que una herida,
lo mismo que un sueño
salió de mi vida.
Yo la adoré y se me fue
sin que yo supiera dónde,
la llamo y no me responde
la prenda que era mi fe;
ya nunca la encontraré
como la encontré aquél día
cuando sentí que venía
le abrí del rancho la puerta...
Ahura pa'mi es una muerta
yo una tapera vacía.
El viento su nombre,
de nuevo decía
y me la llevaron
por llamarse mía;
dolió su recuerdo
igual que una herida,
lo mismo que un sueño
salió de mi vida.
Bebió su giniebra, templó su instrumento; y del viejo criollo se oyó este lamento:
"La carreta cabeciando,
de la tradición que pasa,
va llevando a nuestra raza
porque alguien la viene echando".
Rechine el eje salando
la plegaria del vencido;
mientras su poncho el olvido
tiende, rezando un adiós.
Tiempos del ayer
cuando el guitarrear
era suave melodía.
¡Quien pudiera oir
el contrapuntiar
en alguna pulpería!.
Ya no se escucha en los ranchos
los dulces vidalitas
hoy le graznan los caranchos
a el hombre del chiripá .
Alta el ala del sombrero
con la frente en las estrellas,
siguiendo quizás que güellas
se perdió por el sendero.
¡Al gaucho, lo había, el pampero,
del progreso desbocao;
arrancó del encordao
su vidalita postrera
y rumbiando campo afuera
entuavía no ha regresado!
Cayó como cain los fuertes
el tiempo aquel lo llevó la muerte,
se fue llevando en los tientos
su corazón por los cuatro vientos.
Dejó la vincha y el lazo;
y el mancarrón lo llevó al ocaso
y de dolor, como una protesta,
sobre un ombú, la luna lloró.
Tiempo del ayer,
cuando el guitarrear,
era suave melodía.
¡Quien pudiera oir
el contrapuntiar
en alguna pulpería !
Ya no se escuchan en los ranchos
la dulce vidalitá;
hoy le graznan los caranchos
Al hombre del chiripá".
----------------------------- Bebió su giniebra, templó su instrumento; y del viejo criollo se oyó este lamento.
Hay en la pampa dormida una flor,
que es causa de mi dolor.
Feliz quien pueda en su pecho anidar
para vivir y soñar.
Blanca azucena que un día
mi corazón te albergó
y en tus ojos luceros que son
encendiste mi pasión.
Con cuanto amor
suave y gentil
vengo a cantarte hasta aquí
para saciar la sed de amar,
que en la llanura sentí.
Tú eres mi sol, yo tu zorzal,
que en una aurora triunfal
doy mi plegaria de amor que hilvané
en mis trinos de dicha y placer.
Si tú quisieras, divina mujer,
flor que perfumas mi ser
yo tengo un nido celeste de amor
que nos espera a los dos.
Ven hacia mí ¡vida mía!
Ven a ocupar ese edén.
Que yo ser tuyo te juro y ser fiel
para que sueñes en él.
En la larga siembra de mis años,
medio indio pa' l querer,
siempre fui esquivando los zarpazos del amor,
pero en mi camino te cruzaste
y esa tarde, pa' dolor,
con tus ojos criollos me chusiaste.
Y al yugo del cariño
me fui de lleno,
chasquiándome por güeno,
confiau y noble,
sintiéndome más pobre
que las arañas
dispués que por tus mañas
caí bajo tu pial...
China cruel, ¿a qué has venido?
¿Qué buscás en este rancho?
Si pa' mí fuiste al olvido
y vive ya más ancho
mi gaucho corazón
y esa flor que mi cuchillo
te marcó bien merecida,
la llevarás, luciendo en el carriyo
pa' que nunca en la vida
olvides tu traición.
En el viejo pértigo de mi alma
no te vengas a enredar.
Tenés contramarca. Sos ajena a este corral.
Con que andá apurándote las tabas
pa' tu bien o pa' tu mal
y perdete en el potrero donde estabas.
Con un botón pa' muestra
tengo bastante
y soy de mucho aguante
pa' caer de nuevo.
De juro, te lo ruego,
que al lau del tigre
es fácil que peligren
las zorras como vos.
China cruel, ¿a qué has venido?
¿Qué buscás en este rancho?
Si pa' mí fuiste al olvido
y vive ya más ancho
mi gaucho corazón
y esa flor que mi cuchillo
te marcó bien merecida,
la llevarás, luciendo en el carriyo
pa' que nunca en la vida
olvides tu traición.
Me retiro, no hay que ver,
al ñudo son sus halagos,
estos ya no son mis pagos,
los pagos que dejé ayer.
Ansiaba, amigo, golver
pa’ ver mis viejas taperas,
y me hayo con puras eras,
y puras tierras aradas,
y paisanas remangadas
cuidando las sementeras.
¡La gran flauta, que dolor
ver negrear esas cuchiyas
ande antes vide tropiyas
de baguales de mi flor,
hoy solo el guay arador,
el mancarrón aguatero,
el criollito… majorero
que come gofio a puñaos,
y chanchos enchiqueraos
que jieden de lo más fiero.
Los que fueron gramiyales
que daban gusto a los ojos,
se han convertido en rastrojos
tuitos yenos de abrojales;
no hay mangueras ni corrales,
pero no falta el chiquero,
ni el galpón, ni el gayinero,
ni siyas en las cocinas,
porque, ¡ahijuna! hasta las chinas
cambiaron de asentadero.
¿Chinas dije? pues reculo
la espresión; aura el embraje
ha cambiao hasta el pelaje
con ladino disimulo;
¡compañero, hay cada rulo!
¡cada frente de cuajada!
¡cada megiya rosada
como pintada por Dios
con carmín, polvos de arroz
y cebo de riñonada!...
Nada, ¡a volar, a volar!
ni estos mis pagos han sido,
ni el que como yo los vido
los golverá a ricordar.
Voy ande pueda pulpiar
y amañar un redomón,
ande alegren un jogón
gauchos que digan primores,
y hembras que envidien amores
al cebar un cimarrón.
Nací como los pumas en los pajales
... me crié campiando rumbos de loma en loma
y le robé los trinos a los zorzales
enredaos en cimbrones de las bordonas.
Las rosadas auroras de cada día
adornaron mis sueños desde muchacho
y escribí las primeras estrofas mías
a facón en el tronco de los lapachos.
Muy temprano por cierto me despertaron
los gritos de mandato de mi destino
y locas inquietudes que me tentaron
a pisar las culebras de los caminos.
Y enristrando mi pluma como una lanza
a corazón y brazo me abrí salida
y en el criollo incansable de mi esperanza
en busca de horizontes dientré en la vida.
Y en la vida, mis sueños dejé dispersos
a cambio de experiencias y de dolores,
dolores que en mi pecho se hicieron versos,
y versos que en mis labios se hicieron flores.
Y adorné mi guitarra con mis quereres
y la cinta sonora de su armonía
y libé en los pimpollos de las mujeres
pal camoatí sabroso de mi poesía.
He rendido a mis sueños caro tributo;
aura que nu'hay remedio lo he comprendido...
cultivé mi cerebro pa dar su fruto
y aprendí los caminos pa'andar perdido.
Aura que el desengaño corrió la venda
que apretaba mis ojos como una garra
veo sólo seis cuerdas como seis sendas
que me guían al fondo de mi guitarra.
¡Ahí van mis riales, pulpero,
eche giñebra hasta el borde;
tengo algo en el garguero
y pa que el maula no estorbe
al que llevo en el costao,
quiero ahogarlo con giñebra...
Es mi dolor de una hebra,
que sólo duerme ¡mamao!
¡No me mamé, madre mía!
cuando la perdí a usté,
ni tampoco me mamé
al dirse mi china un día!
Pero hoy sí, quiero curarme
con esa agüita que quema;
pa que ella pueda pialarme
del alma esta honda pena.
..........................................
Corrió mi flete el domingo,
¡Jué luz en el entrevero!
Pero Mandinga, ¡aparcero!
lo hizo rodar a mi pingo.
Quedó arrollao en el suelo
el crédito'e la cuadrera...
Demás se me hizo el consuelo
de tanta gente pueblera.
Lléneme otra vez el vaso
que este zonzo e' corazón
quiere pialar la intención
de llorar por mi ¡Picazo!
¡Pobrecito! ¡Si aún lo veo
diciéndome con los ojos:
"¡Velay que he rodao feo
pa'cáir entre los abrojos!"
..............................................
¡Cuánto dolor pa' un momento!
Yo lo mandé a despenar;
y un facón logró apagar
su tremendo sufrimiento!
Es por eso que hoy me mamo...
Sirva giñebra hasta el borde,
pa'que el corazón no estorbe
queriéndome armar la mano.
Antes que empiece a aclarar
y mateando un buen rato,
pasamo'un momento grato,
meta bolaso, al viajar;
mas cuando quiso pintar
un nuevo día, el Divino,
ladeándonos del camino
llegamos a lo de Sequeira,
junto con Oscar Pereyra
p'arreglarles un molino.
Saludamos al puestero
de la estancia "La Tormenta",
bajando las herramientas,
despacito "el pocero".
Varias llaves, compañero,
que utiliza al trabajar,
ni bien pudo acomodar
las sogas en la roldana,
se preparó un alma humana
en la hamaca pa'bajar.
Y ya en la boca del pozo,
decidido a comenzar
suele su vida arriesgar
en su trabajo riesgoso;
sabe que es muy peligroso
y toma la precaución,
necesaria en la ocasión
pues al hacerlo, paisano,
deja su vida en las manos
de quien lo baja, su peón.
Llega al fondo y del morral,
saca una llave de boca
aunque la distancia es poca,
al agua, desarma igual.
Casi todo está normal
y el hombre conocedor
al cilindro sin error
lo comienza a levantar,
para la suela cambiar
y limpiar el chupador.
Bajó, armó nuevamente,
y lista la cañería
subió y "hasta otro día"
se despidió muy sonriente.
No lo borro de mi mente
pues lo almiré como peón,
fue mi maestro y patrón,
fue mi guía en mis inicios,
y hoy recorro con mi oficio
de pocero, la región.
Bandera de mi argentina,
Bandera celeste y blanca
desde el llano a la sierra,
de los andes hasta el plata.
Bandera sos sur y norte
sos la nieve y sos la Quiaca;
en Misiones, yerbatales
ríos selvas, cataratas,
el chamamé correntino,
la chamarrita entreriana.
Bandera flameás tan linda
en Salta, en Catamarca,
Córdoba, Jujuy, La Rioja,
Tucumán: ingenio y chayas;
chacarera de Santiago,
Chaco: algodón y hachas,
indios tobas en Formosa,
Santa Fe: leche y vacas,
San Juan, San Luis y Mendoza,
con buen vino y tonadas.
Bandera sos Río Negro,
que'l valle regando pasa,
Neuquén en la cordillera
nieves, piñones,montañas,
la patagonia meseta,
vientos coirones y lanas,
Tierra del Fuego y Chubut,
Santa Cruz, chorrillos canta,
flameas tan linda Bandera
en la Antártida helada.
Bandera sos la milonga
de Buenos Aires y La Pampa,
sos corcovo , sos chasquido
sos triunfo y sos payada
sos la sangre que en Malvinas,
un Argentino dejara,
en un pedazo de tierra
de nuestra gloriosa patria;
por vos ofrezco mi vida
BANDERA CELESTE Y BLANCA.
Casilla que entre corrales
te levantás imponente
y guardás hasta el presente
recuerdos tradicionales;
sentastes aquí tus reales
allá por el novecientos
cuando de los cuatros vientos
llegaban a Mataderos
los abnegados reseros
fieles a su cumplimiento.
Eras como un hospedaje
de escasa comodidá
porque a tu lado… es verdá
que albergastes al gauchaje,
que después del largo viaje
y cumplida su misión
hacía rueda en el fogón
reunido con los de acá
trenzándose una amistá
sincera y de corazón.
A tu lado trabajaron
reseros que ya se han ido
y el recuerdo merecido
por Mataderos dejaron;
otros ya se retiraron
del oficio, a descansar,
pero otros se ven andar
todavía bien montaos
que con años encimaos
no se quieren entregar.
A tu lao pasó el pilchaje
de plata y de soguerío,
ponchos de lana pa´l frío
y encerao, bajo el cueraje,
y de distintos pelajes
tropillas bien entabladas
con madrinas enseñadas
por los hombres domadores
y cencerros tañidores
marca “Ciervo” registrada.
A tu lao se oyó gritar
¡tropa… tropa!, en la embretada,
se vio alguna costalada
y flor de parada echar,
como se sintió balar
desesperado al vacaje,
como se vio al terneraje
buscar la madre afligida…
¡Cómo ha cambiado la vida…!
¡Cómo cambió este paraje…!
Me gusta ver un paisano
echar un pial puerta’fuera
que barra con la clinera
cuando le juntan las manos,
y a un jinete veterano
que se siente sobre’l pial,
sin riendas y sin bozal
sobre’l bruto bien en pelo,
y que no se venga al suelo
así se parta el bagual.
Me gusta si un reservao
cuando no puede voltiar
quiere al público encarar
y un paisano bien montao,
pronto lo saque calzao
y si el peligro es al frente
le de un rumbo diferente
y le manoteé una oreja,
pa’ que no vengan con quejas
que no evitó el acidente.
Me gusta si un reservao
se le cae o se bolea,
el gaucho parador sea
y siempre salga parao,
y si de nuevo ha montao
y se sale haciendo ovillo
le haga andar fuerte el tobillo
y si se vuelve a boliar
nunca se deje apretar
como sapo en un ladrillo.
Me gusta la verdadera,
la natural jinetiada,
¡no películas pintadas
que trái la gente estranjera;
con mis paisano quisiera
juntarlo’a ver si dan algo,
ya de la vaina me salgo
por verlos, y estoy seguro:
se han de ver en más apuro
que avestruz delante’un galgo.
(Pintura: Rodolfo Ramos) ...Continuamos con los mensajes para el hombre de campo: "Se comunica a Zenón Martinez de estancia "El Tero", puesto "La Vasca", que en ésta ciudad su esposa ha dado a luz a un hermoso varoncito! Tanto la madre como el hijo se encuentran en perfecto estado de salud... Y debido al temporal se recomienda "NO VIAJAR"... Repito: se recomienda "NO... VIAJAR".
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Poncho de lona encerado,
No me abandones ahora,
Que está nevando tupido
Y el viento sopla escarchado;
Se me hace largo el camino
Por la noticia en la radio:
Mi hijo nació en el pueblo,
Los dos me están esperando...
Apure zaino ese tranco
Mientras se vea la huella
Que ha llegao el hijo mío
Y ha llegao el hijo de ella,
Si el cielo está encapotado
Igual me llueven estrellas
Aunque no sienta las manos
Pa'acariciar la más bella.
Cómo no voy a llegar
Virgencita de la huella,
No ha dejado de nevar
Y el sueño blanco me acecha
Siento en el pecho un dolor
Que me hiere como una flecha
Ansias de mi corazón
Por ver al hijo y a ella.
Cómo no voy a llegar,
Si habré aguantao temporales,
Un hijo es algo vital
Como el agua como el aire.
Ya no puedo respirar
Tal vez mi aliento se escarche
No me vayas a fallar
Zaino seguí pa'delante.
¡La pucha que está nevando!
Tanta nieve no me acuerdo,
desde un puesto cercano
me están ladrando unos perros..
¡Campanas debieran ser
o por lo menos, cencerros!
Para anunciar que mi hijo
me está esperando en el pueblo.
Hoy le preparé en el rancho
un quillango de chulengo,
para abrigar su cuerpito,
solcito de los inviernos,
ya no serás como antes:
cañadón de los silencios,
la risa de mi muchacho
te hará canción en el viento.
Cómo no voy a llegar
Virgencita de la huella,
No ha dejado de nevar
Y el sueño blanco me acecha
Siento en el pecho un dolor
Que me hiere como una flecha
Ansias de mi corazón
Por ver al hijo y a ella.
Cómo no voy a llegar,
Si habré aguantao temporales,
Un hijo es algo vital
Como el agua como el aire.
Ya no puedo respirar
Tal vez mi aliento se escarche
No me vayas a fallar Zaino seguí pa'delante.
La tropilla de gateados
era orgullo de mi abuelo,
fueron nobles y en el vuelo
de la huella y los arados;
fueron pingos bien plantados
que el cuidaba con esmero
trabajaba en el potrero
con el bozal en el palenque
y jamás usó rebenque
pa' sacar un pingo entero.
Cada gateado tenia,
un buen nombre que él le daba
y solo él los agarraba
si el valle se metía
a la madrina traía,
y en una sola carrera
toda la tropilla entera
se venía hasta su mano
y en el secreto del llano
su tarea era certera.
Así contaba mi padre
en la rueda fogonera
y yo estaba en la matera
deslumbrao por ese encuadre,
se me hace ver donde cuadre
a ese criolla en la tarea
armando lazos, maneas,
cincha, bozal y cabresto
cuando el bozal en el puesto
de nieve todo blanquea.
Y en el agua los metía,
pa' sacarle las cosquillas
lo veo y qué maravilla
revivir aquellos días
de antigua sabiduría
legada de sus mayores,
de los dueños, si señores,
nativas formas indianas
les habla en las mañanas
les quitaba los temores.
Hecho de campo y auroras,
paciencia, caricia, esmero;
si los metió en el potrero,
supo apresurar las horas
en mañanas cansadoras
y en noche con luna altivo
el pingo es mas receptivo
pa referescar lo enseñao
busca quedarse a su lao,
a lograo su o'jetivo.
Y son cosas del pasao,
del oficio de mi abuelo
que vivió bajo este cielo
y el silencio lo ha tapado,
en este verso he tratado
de volcar la inspiración
por despertar la emoción
de su nieto guitarrero
que lleva de parejero
este gaucho corazón.
Ayer en las madrugadas
dejó sus huellas mi abuelo
y hoy por su ausencia en el cielo
hay otra estrella colgada,
veo el alba más callada
hasta llegar la oración
porque no hay ni un redomón
de esa entablada sencilla
que haga domar la tropilla que él dejo en mi corazón.
"Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música..." Jorge Luis Borges
"La pampa, señor, es como la serpiente..., lo magnetiza al hombre, lo encanta y lo adormece, y al fin se lo devora". (G.E. Hudson)
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Estancia "La Brava"
Pampa
Madre. Horizonte. Soledad. Llanura franca al sol que sólo sabe de tu curva...Cuna, sepulcro y sustento. Creadora del gaucho afirmativo, del caballo amigo de la distancia, del puma escondido y del chajá ascendente. Pretexto de vagabundas ansias de partir sin meta...¡Tú que das resignación al pequeño, empampado de infinito! Ricardo Güiraldes.
El hombre nacido en la pampa tiene todo el cielo y todas las estrellas que parece que se le vienen encima. Tiene las primeras luces del sol a la mañana y las últimas del anochecer. El horizonte es la primera abstracción para el hombre, ya que es una línea que se ve pero que no existe, porque en la medida que avanza, se aleja más. Nunca va a encontrar el horizonte, sin embargo está ahí. Entonces el canto de ese hombre es reflexivo, intimista, profundo, como asombrado por la grandeza de la inmensidad. (Suma Paz)
"La pampa con su mutismo imponente y su monotonía tan característicos, predisponían poco a la locuacidad. -'El campo es tan lindo, me decía cierta vez un gaucho, que no dan ganas de hablar" Leopoldo Lugones
Paisajes
Pareciera que se agacha la huella del horizonte, y uno se pierde en el monte hasta hallar una lomada. La tierra parece nada y en ella se afirma el hombre.
Presentación
De n'antes
De ranchos y taperas
Pa'la moza
Sucedidos
Oficios
Nuestros paisanos los indios
Cosas del campo
Baguales
Jenofonte dice que al andar a caballo se siente la necesidad de que a uno le crezcan alas... Así el caballo resulta no sólo maestro del músculo sino también del alma... El caballo educa, rige al hombre y le da una filosofía propia. La filosofía de un jinete es distinta a la de un caminador...En el caballo se aprende la vida. Sobre su cabeza nace la lejanía y entre sus cascos se fatiga la tierra. A todo el que va jinete en su caballo su soledad lo acompaña. (Eduardo Jorge Bosco). ..................................................................................
A un domador de caballos
"Cuatro elementos en guerra forman el caballo salvaje. Domar un potro es ordenar la fuerza y el peso y la medida: Es abatir la vertical del fuego y enaltecer la horizontal del agua: poner un freno al aire, dos alas a la tierra..." (Leopoldo Marechal)
Juiiira perro
Bichos de mi tierra
De chacota.
Canto con jundamento
Viva la Patria
Aquí me pongo a cantar
Cruz diablo
"He dicho muchas veces que aquí recibí mis primeras lecciones de abismo y de absoluto.
El cielo me las dió, me las dió la llanura abierta y desmesurada. (Olga Orozco).
Pero yo he vivido libre
y sin depender de naides
siempre he cruzao a los aires
como el pájaro sin nido,
cuanto sé lo he aprendido
porque me lo enseñó un "flaire".