(Pintura: Aldo Chiappe)
Creo que fue por un cobro,
cuando anduve de resero,
o un cambio, nomás que hice
al capataz, don Tadeo,
de un potrillo pico blanco
que tiraba a zaino negro
por ese gateao ruano,
que aunque medio sancochao,
a mi me gustaba el pelo,
motivo para este cuento.
Y como dicen algunos,
y debe nomas ser cierto,
que un animal se aquerencia,
a aquel que le tiene apego
salimos siendo amigazos,
de entrada nomas al vernos!...
En èl anduve caminos
en mis tiempos de resero
y muchas veces rondando,
fue igual que cama, pa'un sueño.
Despues cansao de las huellas,
tal vez pasaos de lo mesmo,
entramos en una estancia
y fuimos juntos pa un puesto;
ahí... lidió al lado mío,
con la majada... güen tiempo,
no aflojándole ni un "geme"
a las heladas de invierno,
ni a esos días de verano
cuando el sol quema el pellejo;
y justo para ese entonces,
tengo patente el recuerdo,
que me puse fastidioso
de andar solo entre los perros,
cuando una noche me trajo
de un galope y sin resuello,
¡con una china en el anca
que habia engualichao mis sueños!
Después... cuando ya quisimos
ser más de dos los que semos,
apurao... a una comadre
tuve que pelearlo al tiempo...
¡Éll la llevo a la María
a la cincha sobre un cuero,
por que no estaba pa'l el anca
¡El Gateao cumplió lo mesmo!
Después, ya se hicimos tres,
(una familia...yo pienso)
y anduvo pisando el barro,
pa' agrandar el rancho viejo,
pa' que'l gurí tenga nido,
mesmo que pichon de hornero.
Ya se notaba en la boca
que no era caballo nuevo,
pero flete porfiadón;
pa todo servía lo mesmo!
...que salir de recorrida,
arrastrar ramas pa'l fuego,
tirar agua del jagüel,
o traer los vicios del pueblo,...
Ya andaba en los veintidos,
con destino pa nochero,
pero entoavía le daba
para aguantar un repecho...
¡Y ahí le sirvió al muchachito
pa'ir juntos al colegio...
Fue tal vez, hasta ahí nomas,
que yo le pedí un esfuerzo.
Y cuando ya bichocón,
entró a perder brillo el pelo,
se conformaba de andar,
de vicio... por el potrero
que estaba cerca 'e las casas
buscando algun pasto tierno...
Yo lo dejaba nomás...
como acostumbrao a verlo,
si total... no molestaba
¡y supo saber ser bueno!
...pero un día ¡fíjese!
¡qué destino'e no creerlo!,
se desató en medio' el campo,
algo terrible, ¡un incendio!
que amagando pa' este lao,
se vino por culpa el viento;
y al ser costumbre campera,
rayar a la orilla el fuego,
con un caballo a la cincha
abierto de medio a medio,
no hubo que pensarlo mas...!
¡el Gateao...! ¡no hay mas remedio!
Un vecino se animó...
y yo llorando por dentro,
pensé ¡que triste destino!
O ha de ser tal vez.... un premio...
...y se cortaron las llamas,
cuando arrastrando su cuerpo,
d'iba apretando los pastos
y asi apagando aquél fuego...
¡Pobre mi viejo gateao!
salió tan parejo y güeno
que hasta nos vino a servir
tan luego...después de muerto.