"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
Un reconocimiento a Don Pedro Vallenari, hombre tradicionalista, defensor de las raíces gauchescas, hospitalario como su familia...descendientes de Italianos, y campesino entero por que vive en el campo Establecimiento "El Chúcaro" a 10 Kms. de Urdinarrain, en Entre Ríos - Argentina... y su estampa habla de un paisano decidor y amplio referente de nuestra Cultura....sin dudas que es orgullo de nuestro pago.
Con tientos del alma trenzé estas coplas, pa un noble paisano de esta región.
Don Pedro es el hombre, un gaucho campero, sencillo y entero como el pericón.
Su temple de criollo pa la gauchada, los brazos abiertos de corazón.
Con pilchas paisanas, pingo pintado, y bien plantado como un horcón.
Relatos de antaño con puestos viejos, con montas de potros y un redomón.
Con su lenguaje bien campechano: buen artesano a lonja y facón.
Don Pedro es orgullo del pago entrerriano, humilde paisano de este fogón.
Las pilchas del gaucho las lleva en el alma, envuelto en el poncho de la tradición.
El "Chúcaro" siempre recibe al amigo, ¡abájese y ate si gusta llegar!.
Es tibio y humildo su rancho y coplero, un nido de hornero con trino'e zorzal.
Se siente en el pecho porque el hombre es patria, junto a su familia, rancho y horcón.
Ha marcado un rumbo como el cencerro, con el Martín Fierro y una oración.
Palenque en el tiempo que han visto los años, yerras, jineteadas, estiba y galpón.
Gauchos como Pedro son hombres de gloria, honrando la historia de la tradición.
Don Pedro es orgullo del pago entrerriano, humilde paisano de este fogón.
Las pilchas del gaucho, las lleva en el alma, envuelta en el poncho de la tradición.
Corre el año treinta y nueve en un obraje del Chaco... Enero lo aviva al sol como apurando un churrasco y allí en el medio'el monte entre crujidos y hachazos, la gente distingue un ruido que no es común en el pago, es el ruido de un motor que está llegando a los saltos porque viene en la picada queriendo domar las huellas que le dejaron los carros.
El hachero que escuchó dejó amagado un hachazo y gritando de alegría se fue corriendo a los saltos porque ese ruido no es otro que el ruido claro del auto en el que llega el patrón con la plata del salario... por eso corren contentos, por eso van a esperarlo; todos quieren ser primeros en saber la hora del pago pa'dirse a lavar al rancho mientras tejen ilusiones y hacen planes pa'gastarlo...
-Yo voy a comprar ropa nueva. -No...Yo provista para rato. -Yo viá ver si llego al pueblo porque no fui en todo el año. Y otros entre truco y vino seguro han de liquidarlo.
Y así, entre la algarabía de prepararse pa'el pago, la gente olvida que un Dios les dio a todos un destino que es un camino marcao y que si alguno lo deja se ensume hasta las orejas en el charco del diablo... pero en eso naide piensa... y ya en el medio e'la siesta las guainas barren un patio le acomodan los asientos y cuelgan unos faroles pa'que sirva pa'la fiesta.
-Ya abrió la administración! -Gritó un hachero a la gente- y asomó un señor de lentes que le llaman "el contador", se escuda en un mostrador que encaja contra una puerta y allí pide las libretas pa'hacer la liquidación.
-A ver, Ramiro González... -¡Presente! -gritó un paisano que refregando sus manos se acerca hasta el mostrador. -Esto es lo que te sobró, son treinta y tres con noventa poné el dedo en el recibo aquí tenés tu libreta... y sí es que querés chupar pagá la caña al contado porque ya saben ustedes que para el chupi no hay cuenta.
-Ajá -le dijo González-, Traiga nomás esa caña Ya que es plata lo que suebra. Y se fue a esperar el baile Prendido de la botella.
Y así sigueron pasando los hacheros en cadena, cada hachero un eslabón cada eslabón una pena, penas que pronto olvidaron con esa caña que quema, porque todos se llevaron para el baile su botella...
Hasta que llegó la noche en aquel rancho de fiesta fiesta pobre del hachero que no sabe ni una letra y el que montao en sus sueños quiere escapar rienda suelta por el camino del vino hasta una vida más buena... Pero el vino es traicionero y lo aparta de esa huella él lo empuja desde adentro para que vuelva a la fiesta él lo invita que demuestre que es más hombre cualquiera, porque el vino manda fácil cuando el hombre es sin escuela.
Y así comienza la cosa, tal vez por una zoncera, empieza la discusión los ánimos se caldean y después de un empujón ya está lista de pelea.
Benítez quiso sacar a la novia de Cabrera y el novio en cuanto lo vio copó la banca en la fiesta.
-No chupe si es que no aguanta y conmigo no se meta no sea que lo planche de un cachetazo en la jeta.
Y ese fue todo el motivo que originó la tragedia. Benítez sacó el cuchillo, también lo sacó Cabrera.
Y al pobre viejo don Castro, cuando vino a separar, Benítez le erró un puntazo Que de darle lo bandea... Los cuchillos se encontraron se gatearon como fieras, Benítez perdió dos pasos que fue ganando Cabrera, se hicieron unos amagues como estudiando flaquezas, Benítez tanteó el destino dejando la guardia abierta y el otro que no era manco lo convirtió en osamenta.
...Y allí empezaron los gritos lamentaciones y quejas, el patrón vino corriendo se agarraba la cabeza y le echó mil maldiciones a los que hicieron la fiesta... Benitez era buen hachero y perderlo era una pena... el contador de los lentes que llegaba en camiseta, mirando dijo en voz alta sin reparo a que lo oyeran:
-Cuando nó, estos negros tapes no van a andar en pelea tienen plata y ya se chupan ¡más vale que ni nacieran!.
-No, mi amigo, no se pase que también es culpa nuestra -dijo el patrón en un tono como a callarlo sin seña. -Nosotros trajimos plata y vendemos ese vino que fue el que tomó Benítez y hecho sangre ahora chorrea.
Aunque de todas las culpas la mayor es la ignorancia de esta gente sin escuela, que se divierte a su modo ya que chupar es su fiesta.
No se divierten mejor porque nadie les enseña, lo mismo que el trabajar y ese vivir como bestias, o el de no saber firmar por no conocer las letras, fue por que nadie les dijo que en el pueblo hay una escuela, donde hay un director y tal vez una maestra, que ya hubieran evitado hace rato esta pelea, con esos dones de padres que brotan de su paciencia...
Pero ya no pudo hablar se hizo el duro a su manera y se corrió pa'lo oscuro disimulando su pena... Y en el medio de aquel patio como una muestra inservible de otro tipo de coraje se fue apagando Benítez tendido en un viejo catre...
La noche se hizo profunda, quedó en silencio el obraje, un hacha quedó sin dueño, un hijo quedó sin padre, y un cuzco pensó pa'dentro "si estaré solo en el rancho ya no hará falta que ladre".
Allí quedaba ese hachero personaje de una historia escrita en su propia sangre para carne de los chismes de las viejas del paraje o pa'que al llegar al pueblo en un cajón sin lustrarse la gente diga tristona "je...hubo pago en el obraje".
Va surgiendo de sus manos La jica que está tejiendo En los hilos vegetales Teñidos como sus sueños Sus ojos carbón le brillan Encendidos de misterios Porque no le importó a nadie Lo que a su pueblo le hicieron
Y lejano un chamamé En un lejano galopar Le llega en el viento Ella encorva su dolor y su juventud En los hilos tensos
Hasta cuándo hay que esperar Alguien tiene que escuchar No ha de terminar así Esa raza orgullo de sus abuelos
Qué emoción despertó La acordeona azul de aquel musiquero Hoy quisiera estar allí Por sentir la vida como esos puebleros
Pero no le va aflojar Ella siempre estuvo aquí Nunca van abandonar Los matacos son así
Les han quitado el espacio Le van ganando terreno Hilando el coraguata Ellas tejen en silencio
Los hombres al palo santo Lo talan y le dan vuelo Con esas armas combaten Ellos que fueron guerreros-
Sos el puntal de mi rancho
con la osamenta ladiada
y la achura más deseada
como el ojo pa'l carancho.
A lo largo y a lo ancho
sos la luz de mi sendero,
y mi corazón matrero,
potro oscuro y bagualón,
de vos luce un patacón
que brilla como el lucero.
Como talón de angelito,
suave al suelo mojarrero;
para mi alma de hornero
pesca en los charcos barrito.
Sos oración de un bendito
en un altar agorero,
cuando repecha el pampero
tropilla de luces malas;
tu rezo el miedo apuntala
que brilla como el lucero.
En seca, el trueno machazo
que anuncea el temporal,
y sos como unto sin sal
pa la huella de los lazos.
Sos la estrella del picaso
en mis noches de resero,
el "Ciervo doce", puntero;
agua mansa de laguna,
sos mi cuajarón de luna
que brilla como un lucero.
De "Las Delicias", temprano, después de haber churrasqueao; salimos con el mandao como todo buen paisano. El hombre por ser baqueano lleva todo en el recao, a más un poncho encerao por si cae una garuga, ya estaba Pío Tazúa listo y firme a lo soldao.
Piola Pintos: capataz, ya dio las indicaciones; tomamos las posiciones alvertidos por demás. -"De adelante y por detrás que no se quede ninguno", el Toti ensilló un lobuno, un pingo de maravillas; por delante la tropilla con cuatrocientos vacunos.
Nunca falta en estos casos algún toro empacador, Carulo enseñó el rigor meta talero y pechazo. Mariano le puso el lazo y ahi terminó la contienda, miró buscando la hacienda, entendió y salió apurao: que ande hay un toro empacau hay gaucho pa que lo atiendan.
Pasamos San Juan de Quino, dejamo'atrás "La Costosa", como quien quiere la cosa ya habíamos cortao camino. Nuestro próximo destino era el puesto de Rolón, quedaba un trecho cortón; Carlitos aseguraba, y al rato, al sonar la aldaba, caimos a la oración.
Al otro día en Girivone, cruzamos otros arrieros; y entre saludos camperos me presenté: "soy Picone"... -"Si le he escuchao sus canciones y sus lindos bordoneos, perdone si curioseo: ¿de quién son esas que trae?" -"Marca de Roque Tolay, le dije, y van pa'l breceo.
Y ansí terminó la cosa, por fin pudimos llegar, la hacienda está en su lugar y siento que me retosa. En la pampa silenciosa del pecho mi corazón, y en cada palpitación yo pensaba pa mi mismo: en tiempo del modernismo sigue habiendo tradición.
Lunancos descansando en una pata,
soñando con cencerros y madrinas;
hay caballos atados al palenque
de la antigua y campera pulpería...
Está ansioso esperando en la botella,
el vino prisionero tras la reja;
que un borracho carcelero lo libere
a cambio del alivio de una pena...
Por una rubia flor, cabellos de oro,
en un rincón al lao de una ventana;
se han topao en la cancha de la mesa
el as de bastos con el as de espadas...
Como lágrima que cae de la cumbrera,
está triste esperando la guitarra,
que un resero soñador se fije en ella
y le deje unas caricias de pasada...
...................................
Yo no se qué tendrá la pulpería
si de noche parece que me llama;
después de trajinar a campo abierto
me gusta un trago'e vino y la baraja,
y como soy soñador y soy resero
acariciar a veces, la guitarra.
(Pintura: Carlos Montefusco)
Cuando la suerte le niega
al hombre la protección,
perderá su dirección
el que a renegar se entrega.
Tal como lo malo llega,
lo bueno alcanza al valiente;
de ahí que es mejor que no cuente
a naides cualquier trompieso,
tiene que aprender, con eso,
a mirar al sol de frente.
Nada ganará llorando,
lo que llaman desventura,
pues si su noche es oscura,
su esfuerzo lo irá aclarando.
Sin saber cómo ni cuándo,
con la esperanza se gana;
y hasta llegar la baquiana,
la que nos corta el resuello,
hay que pensar en aquello:
"La vida empieza mañana".
A veces, el encumbrao,
pierde pie y viene p'abajo;
y el cáido, con el trabajo
y la fe, se ha levantao.
No halla rumbo, el que entregao
anda como gallo juido,
el que parece dormido,
sin voluntad ni coraje,
como esperando el pasaje
pa los pagos del olvido.
El que ha juntao esperencia,
tiene hasta pa regalar,
porque no dejó apagar
la luz de la inteligencia.
Sabe orillar con pacencia
lo malo que se presente,
porque aprendió a ser prudente
y tiene bien comprendido,
que siempre es tiempo perdido,
nadar contra la corriente.
Hay que saber esperar
el cambio de la fortuna,
que, como el higo de tuna
suele a veces, espinar.
Con su esfuerozo ha de ayudar
al propio bien codiciao,
y no quedarse sentao
haciendo de limosnero,
sino luchar tesonero
pa no vivir de prestao.
Nunca envidie al luchador
porque aumenta su riqueza,
el que corre a la pereza
consigue vivir mejor.
Tenga un tranco seguidor
pa romper su mala suerte,
y podrá sentirse fuerte
y rico, porque trabaja.
Quien se achica, se rebaja,
y anda campiando a la muerte.
(Pintura: Carlos Montefusco) Creirás dejuramente que ser macho es pasarse la vida en las carpetas pa perderse las pilchas a una carta cualquiera, o jugarse a los tiros de una taba desde los cueros hasta las maletas, porque todos los días nace un sonzo pa correrlo del lao de la soncera...?
Salir enamorao de cualquier china que te salió, de fijo, changüicera, y que de a poco te jue dando piola y en la primera güelta te mezquinó el estribo, pa dejarte con una cuarta e'jeta, y como yegua que perdió el potrillo quedarte a los relinchos, atrás d'ella? ¡Tas loco...! Las mujeres son el diablo y andar como apestao, eso es soncera!
Prendiérsele a la caña, como gaucho a la teta, y en todos los boliches del camino sacudirse una tranca de las güenas, pa hacerse el puro gusto de perder el sentido'e la cabeza y dir en el matungo a barquinazos sin que vos mesmo te entendás la lengua...? ¡Eso es más pior toavía...! ¡Eso es más que soncera!
Ta bien que vos me digas pa entreverar tus cuentas, que la petiza baya es tentadora pa largarla clavada a un par de güeltas, y abrir dispués la boca del carpincho pa'cer dentrar las doradillas viejas que la suerte amontona y que el viento se lleva; o que aliegues que hallaste unos ojos pa encandilarte por la vida entera y sentir que en la achura del costao el amor se te hincó como una lezna; o pa olidarte de un estrago hecho te dite al trago sin medir tu juerza, y dispués, por el resto de tus días, ya redotao, seguir la mesma güeya... Tá bien: serán razones... Pero un rato comienza a echar peludos tu carreta y te vas desplumando, poco a poco, por dentro y por ajuera, hasta que te sentís que en este mundo sos lo mesmo que jerga, y jerga ajena, que se atraca sin miedo a cualquier lomo pa dir juntando marcas de basteras...!
Sos redomón y este vivir es largo. En la vida ai que hacer como en las yerrras, saber pialar hasta de rollo entero y aguantarse el tirón... ¡Esa es la cencia!
La noche le puso al viento negro chiripá de gaucho Un par de estrellas cayeron rodando sobre los pastos. Y así con magia de pampa, de galopes desatados, de arroyo, gramilla, trébol Y dura gracia de cardo, mirando la cruz del sur nació el Malambo.
Espuelas de plata pura con más cantos que un verano Espuelas llenas de pinchos, terror de los potros bravos. Espuelas de fierro dulce del que nunca tuvo rancho. Todas, siquiera una vez en un domingo paisano rayaron los patios criollos, Malambeando. ¿Qué es la espuela? Es una estrella copiando el sonido exacto de los galopes tendidos a lo largo y a lo ancho. O galopeando en silencio cuando el caballo va al tranco sin apuro, en un regreso sin por qué, dónde, ni cuándo
¿Que es la espuela? Luz de luna que una vez se hizo pedazos por besar una guitarra que entre las manos de un gaucho se durmió en un solo ritmo, Malambeando… La guitarra suena, suena. De su brocal embrujado salen los tonos precisos en tres acordes rasgueados ¡Sírvase algo el guitarrero. Y siga con el Malambo!
Un forastero se allega y prudente se abre paso: Si me permite la gente voy a pedir un barato ¡Yo soy de Saldungaray, y cuando estoy mudancenado bailo mirando de frente, mientras tengo preparado mi caballo, rienda arriba, y el poncho envuelto en el brazo!
En las guitarras del sur la pampa esta malambeando con viento, arroyo y estrella, con cardo, gramilla y árbol. Con sus eneros quemantes y sus junios escarchados. Y con las huellas tendidas a lo largo de los llanos. Rancho, estancia, pulpería ¡Allá van, de pago en pago las guitarras de la pampa, Malambeando…!
Sobre las criollas vihuelas galopando, galopando la pampa llegó a la fiesta: “¡Güenas tardes amigazos! Con su permiso señores, ponga una güelta. Yo pago ¡A la salú de la moza! ¡Guitarrero, cántese algo!”
La pampa bebió ginebra y hablo de potros y pastos, de bueyes y carretones, de cañadones y vados. Habló de lanzas de ponchos, de rodeos y de lazos ¡Y ajustándose el barbijo como pa montar un bravo, se metió en los corazones Malambenado!
El Malambo es el guardián de una tropilla de cantos que andan por la tierra nuestra marcaos, y siempre orejanos. ¡No morirán las vidalas, Las chacareras, ni el gato, Ni la Huella, ni la Zamba, Los estilos ni los huáinos, mientras retumbe la tierra en los domingos del campo, y se haga astillas un criollo Malambeando! ¡Malambeando!
(Pintura: Castells Capurro)La historia que aquí comento sucedió hace muchos años: se trata de un desengaño que generó un sufrimiento, dejando un rancho desierto y convertido en tapera. Un hombre entre reja espera, la justicia con tesón por degollar al patrón que robó su compañera.
Juan Dominguez el paisano que como todo rural, trabajaba de mensual en la estancia "El Orejano". Con el sudor de sus manos armó un rancho con adobes donde cubierto de flores taba el jardin preparau, porque hace un mes se a casau con Marta Elisa Rigones.
Los días iban pasando, muy felices por supuesto, él temprano deja el puesto para salir recorriendo. Con un beso va diciendo: -"te juro que soy sincero mas que a nadie yo te quiero!" Y avisa sin mas hablar que vuelve para matear antes que se haga el puchero.
Ella queda allí madraza realizando los trabajos: limpia, lava, pica ajos, recorre las batarazas. Como buena ama de casa porque tiene condición le sobra buena intención, pero hoy sufre ella muy sola; el diablo metió la cola y el ojo le hecho al patrón.
Desde entonces muy astutos disimulan la pasión; pa verse en cualquier rincón y de amar, sacarse el gusto. Ella espera el punto justo que Juan se pierde en la loma, atrás del rancho se asoma y con un gesto ensayau llama al patrón que apurau entre sus brazos la toma.
Como un puñal en el alma de Juan las dudas se clavan y pa saber lo q traman simula una falsa calma. De un salto deja la cama se viste y habla resuelto, al ver q estan muy hambrientos dice con otras intenciones -"Via`llevar los redomones pa`lagarlo a campo abierto".
Como un actor preparau embozala los overos, al zaino le hecha los cueros y pa no ser delatau al cusco dejo encerrau` por si quisiera ladrar; porque él piensa llegar escondido entre las matas sin ruido y moviendo a gatas pa ver que puede encontrar.
Asi es que a la hora justa llega Juan desconsolau, ya que todo ha divisau y la rabia lo despunta. - "A vos no te hago difunta porque mucho yo te he amau, pero el rico condenau... va a morir como un novillo! En la punta del cuchillo pienso dejarlo estaquiau"...
"-¡Para juan!" gritaba ella, queriendo calmar su esposo, pero el cuchillo filoso sale mostrando una mella. Pega un salto y atropella sin titubiar muy lijero dice "-¡Muera el estanciero!" y con un fuerte chusazo, en un tajo machazo en dos le cortó el garguero.
"Aqui todo ha terminau, mala mujer traicionera, andar buscar quien te quiera..." dice alzando su recau. "Si siempre tube engañau ciego por tus sonrisas, me repugnan tus caricias"... dice, tranquiando hasta el brete, tranquilo ensilló su flete pa entregarse a la justicia. ........................... Un hombre entre reja espera que llegue el juicio temido, sin plata no es defendido y la cosa va a ser fiera. Ta cerrada la tranquera, con candau está el galpón. Como sabe la reunión, dejó el hecho doloroso: una mujer sin esposo y una estancia sin patrón.
(Pintura: Molina Campos)Taba el baile que ardía! Y, ridepente, Pa’anunciarnos la pieza, el guitarrero, Dijo atando un pañuelo al clavijero: “Polca e’damas”, pa’tuitos los presientes.
Hubo cierto murmuyo entre las mozas Y enseguida domás, vide a las viejas, Arrimarse la trompa a las orejas Pa’decirse en secreto algunas cosas…
Nos paramos los mozos, por si acaso, Y, ni bien arrancó, la “seguidora”. Ya puertiaron las chinas como loras Que las corren del nido a cascotazos!
¡Pucha! A mi me toco una alazancita Que, altenderle la sarpa en los matambres, S’hizo un arco lo mesmo que un alambre Y se vino, golosa, más cerquita!
Dispués vino lo güeno; pa’los “dentres” Sofrenó l’acordion, y el bastonero, Dijo haciendole seña a los primeros “A ver la rilación; ¡Salgan pal frente!”
Y hay domás, un mocito forastero Que cayó a la oración con la tropiya Dijo, echando pa´un hombro la goliya, Del pañuelo bordao con tuito esmero:
“Aqu’istoy pa decirle, güena moza. Que a diez leguas di aquí, pu el lau de Pila, Teng’ un rancho sin dueña, ande tranquila Viviría feliz… si es qu’es gustosa!”
Lo aplaudimos al gaucho y a “la güelta”, Le habló ansina la moza entusiasmada: “Yo no sé de rilación, pero… no es nada; Si me quiere yevar… ¡Estoy risuelta!”
Y otra vez festejamos la ocurrencia, Pero, al rato dispués, ya no jué broma: La tropiya, el paisano y la paloma… ‘Se’bian hecho perdiz pa’otra querencia!
(Pintura: Carlos Montefusco) Cuando el sol dora el maizal y hace arder los pajonales yo me voy con mis baguales en dirección pal corral. Es la tropilla sin par del pelaje mas variado alli un bayo, un tostao un colorao sangre e´toro; un picaso con un moro y un overito rosao.
Van en sus vivos reflejos los colores mas variaos: un parejero gatiao, un cebruno, un azulejo un redomón lunarejo que se va abriendo camino; en la tropa un rosarino que va llevando a su flanco a un señuelo pico blanco cortito y de remo fino.
Mas afuera y retrasao cabrestiándole a un lobuno viene un pingo cual ninguno el mejor de mi tropilla. Un pangare testerilla y apariándolo a un tordillo un zaino oscuro potrillo un yaguané y un tobiano, un picaso contra un ruano repechando a un doradillo.
Ya en el famoso corral, de palo a pique cerrado, vi entrar al ensabanao de mi tropillita real. Un malacara bagual, yeguarizo bien formao, de galope amartillao que va con sus patas blancas llevando pegao al anca a un pingo oscuro tapao.
Solo me falta el rosillo que en el palenque maneado ha sido bien desvasado todo a punta de cuchillo. Y en el riendaje sencillo donde hace juego el bozal, la baquía sin igual del cuero crudo sobado, bien parejo y bien trenzado como lazo de corral.
En los montes del Tordillo y ya olvidao de la edad, vivía su soledad un gaucho noble y sencillo. Como cortada a cuchillo parecía su melena; y en su mirada serena, su mansedumbre asomaba, pa decirnos que allí estaba enterrao por una pena.
Y me contó su pasao que jué como yel, amargo, haciendo como un descargo de su espíritu cansao. Era rico; había heredao de su padre una fortuna, hamacao en limpia cuna, jué mimoso y regalón y estaba en su situación mesmo que en corral de tuna.
Había formao un hogar que jué toda su esperanza, el cariño hizo una alianza que nada podía aflojar. Pero una vez al pasar, sin poderse desprender, se atravesó otro querer y el hombre se vio perdido, y lo dejaron rendido los besos de otra mujer.
Con semejante carrera por los enredos que andaba, despacito se alejaba de su buena compañera. Le cerraron la tranquera, los hijos cuando crecieron y a la madre protejieron cumpliendo con un deber, dentrando su padecer al ver la cosa tan fiera.
La de los besos matreros, después de romper el nido, dejó al pobre dolorido pa buscar otros senderos. Él tuvo mil entreveros, pa olvidarse lo pasao, pero al fin arrocinao por su vejez, achacoso, dentró en el monte espinoso ande vivió abandonao.
Perdió su herencia, su hogar, y hasta los seres queridos, que iban en su alma prendidos sin poderlos olvidar. Por no saber gambetear, con tiempo a la tentación, cayó al fondo del zanjón, ande lo hallé abandonao, y allí murió el desgraciao como cualquier mancarrón.
Criao entre las sombras, había formado nido, lo mesmo que un mueble, consiguió mujer; pasaron los años, llegaron los hijos, y dentró el cansancio; aflojó el querer, pa que se perdieran respeto y cariño, pa que se olvidaran los días de ayer, cuando él se ofrecía, pa ser su marido, pa darle su amparo, pa darle placer.
Los dos eran pobres: ella fabriquera, dende chiquilina ganaba el jornal, y él allá en la estancia, en lucha campera, lo mesmo que esclavo, era peón mensual. Y se propusieron juntar dos miserias, sin saber que en ello, buscaban un mal, pues no habiendo plata, se acaba la juerza, y lo alegre, se hace tristeza al final. ...............................................
La mujer, -la pobre, -como la lechuza, que hace a sus pichones, nido de plumón, a sus chiquilines, les jue haciendo "cujas" porque eran pedazos de su corazón. Y el hombre, tiraba las monedas suyas, jugando a los naipes en el bodegón, pa decir más tarde, que la ley no es justa, cuando a su protesta, no le da razón.
El hombre, ya no era, aquel mozo fuerte; como con cenizas, blanquiaban su sien, el tiempo que avanza, que no se detiene, le puso estas marcas; y él supo recién, que un asunto serio, ha exijirle viene, cuando menos piensa, que cumpla un deber: los muchachos crecen, y los padres tienen, que pagar las fallas que hicieron ayer...
Ha quedao la madre, sola con sus hijos, porque su marido se le jué cansao; pide a la justicia, que hallen al perdido, y, -aunque no lo obliguen volver a su lao-, que de lo que gane le alcanza un auxilio, pa criar los muchachos que el padre ha dejao, pues, sola no puede mantener el nido... y por eso el hombre, protesta enojao. Le sacan del sueldo los pesos perdidos, pues la ley lo tiene, pa el caso obligao!
Ya sentís, que los años, se te vienen encima, y buscás escribano, para hacer testamento, con la idea, de que al dirte, al dejar esta vida, los parientes, te guarden, aunque sea en el recuerdo... Yo, que soy un pariente, sin pedirte permiso, quiero darte un consejo.
Vos, al mundo viniste, como yo, como todos; trabajaste con suerte, y te abriste camino; tal vez juera viveza, o no juiste como otros, que aunque vivan cien años, nunca forman el nido... Lo que ganan, no alcanza, pa guardar, porque viven, enredaos por los vicios.
Cuando muere un cristiano, lo que lleva, es el cuero, y si deja fortuna, al tallar los parientes, se han de rair del que en vida, jué juntando los pesos, que ellos tiran en farras, porque así se divierten... Vos gastaste lo tuyo, si pensás que te viene, garroneando la muerte...
Si tenés tus cariños, en aquellos que quedan, regalales en vida, pa que así lo aprovechen, viendo como disfrutan sin desearte que mueras, los que tienen apuro, que la herencia prefieren... Porque a veces los buenos, son los que andan deseando, que mandinga te lleve...
"Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música..." Jorge Luis Borges
"La pampa, señor, es como la serpiente..., lo magnetiza al hombre, lo encanta y lo adormece, y al fin se lo devora". (G.E. Hudson)
Visite al Gauchoguacho en...
Estancia "La Brava"
Pampa
Madre. Horizonte. Soledad. Llanura franca al sol que sólo sabe de tu curva...Cuna, sepulcro y sustento. Creadora del gaucho afirmativo, del caballo amigo de la distancia, del puma escondido y del chajá ascendente. Pretexto de vagabundas ansias de partir sin meta...¡Tú que das resignación al pequeño, empampado de infinito! Ricardo Güiraldes.
El hombre nacido en la pampa tiene todo el cielo y todas las estrellas que parece que se le vienen encima. Tiene las primeras luces del sol a la mañana y las últimas del anochecer. El horizonte es la primera abstracción para el hombre, ya que es una línea que se ve pero que no existe, porque en la medida que avanza, se aleja más. Nunca va a encontrar el horizonte, sin embargo está ahí. Entonces el canto de ese hombre es reflexivo, intimista, profundo, como asombrado por la grandeza de la inmensidad. (Suma Paz)
"La pampa con su mutismo imponente y su monotonía tan característicos, predisponían poco a la locuacidad. -'El campo es tan lindo, me decía cierta vez un gaucho, que no dan ganas de hablar" Leopoldo Lugones
Paisajes
Pareciera que se agacha la huella del horizonte, y uno se pierde en el monte hasta hallar una lomada. La tierra parece nada y en ella se afirma el hombre.
Presentación
De n'antes
De ranchos y taperas
Pa'la moza
Sucedidos
Oficios
Nuestros paisanos los indios
Cosas del campo
Baguales
Jenofonte dice que al andar a caballo se siente la necesidad de que a uno le crezcan alas... Así el caballo resulta no sólo maestro del músculo sino también del alma... El caballo educa, rige al hombre y le da una filosofía propia. La filosofía de un jinete es distinta a la de un caminador...En el caballo se aprende la vida. Sobre su cabeza nace la lejanía y entre sus cascos se fatiga la tierra. A todo el que va jinete en su caballo su soledad lo acompaña. (Eduardo Jorge Bosco). ..................................................................................
A un domador de caballos
"Cuatro elementos en guerra forman el caballo salvaje. Domar un potro es ordenar la fuerza y el peso y la medida: Es abatir la vertical del fuego y enaltecer la horizontal del agua: poner un freno al aire, dos alas a la tierra..." (Leopoldo Marechal)
Juiiira perro
Bichos de mi tierra
De chacota.
Canto con jundamento
Viva la Patria
Aquí me pongo a cantar
Cruz diablo
"He dicho muchas veces que aquí recibí mis primeras lecciones de abismo y de absoluto.
El cielo me las dió, me las dió la llanura abierta y desmesurada. (Olga Orozco).
Pero yo he vivido libre
y sin depender de naides
siempre he cruzao a los aires
como el pájaro sin nido,
cuanto sé lo he aprendido
porque me lo enseñó un "flaire".