Un reconocimiento a Don Pedro Vallenari, hombre tradicionalista, defensor de las raíces gauchescas, hospitalario como su familia...descendientes de Italianos, y campesino entero por que vive en el campo Establecimiento "El Chúcaro" a 10 Kms. de Urdinarrain, en Entre Ríos - Argentina... y su estampa habla de un paisano decidor y amplio referente de nuestra Cultura....sin dudas que es orgullo de nuestro pago.
Con tientos del alma
trenzé estas coplas,
pa un noble paisano
de esta región.
Don Pedro es el hombre,
un gaucho campero,
sencillo y entero
como el pericón.
Su temple de criollo
pa la gauchada,
los brazos abiertos
de corazón.
Con pilchas paisanas,
pingo pintado,
y bien plantado
como un horcón.
Relatos de antaño
con puestos viejos,
con montas de potros
y un redomón.
Con su lenguaje
bien campechano:
buen artesano
a lonja y facón.
Don Pedro es orgullo
del pago entrerriano,
humilde paisano
de este fogón.
Las pilchas del gaucho
las lleva en el alma,
envuelto en el poncho
de la tradición.
El "Chúcaro" siempre
recibe al amigo,
¡abájese y ate
si gusta llegar!.
Es tibio y humildo
su rancho y coplero,
un nido de hornero
con trino'e zorzal.
Se siente en el pecho
porque el hombre es patria,
junto a su familia,
rancho y horcón.
Ha marcado un rumbo
como el cencerro,
con el Martín Fierro
y una oración.
Palenque en el tiempo
que han visto los años,
yerras, jineteadas,
estiba y galpón.
Gauchos como Pedro
son hombres de gloria,
honrando la historia
de la tradición.
Don Pedro es orgullo
del pago entrerriano,
humilde paisano
de este fogón.
Las pilchas del gaucho,
las lleva en el alma,
envuelta en el poncho
de la tradición.
"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Mi viejo
Sueño y mi mente despierta
al conjuro del recuerdo,
y se dibuja en el tiempo
la recia estampa del viejo.
Erguido como una roca,
centinela en el silencio,
oteando el mañana umbroso
sobre la carpa del cielo.
Poniéndole el pecho al mundo,
al sol, al agua y al viento;
y a la maldad que se esconde
a la vuelta del sendero.
Envuelto en la manta pampa,
tejida a cariño y besos,
se hiergue como un titán
la figura de mi viejo.
¡Mi viejo! creyendo
que me engañaba
ponía muy seria la cara
pa hacerme una represión.
¡Mi viejo! que cuando
algo le pedía
daba un portazo y salía
por no decirme que no.
¡Mi viejo! el cuco
con que mi mama
me asustaba
pa que obedeciera yo.
¡Mi viejo! ese viejo
querido que cuando
me dio un chirlo
le dolió en el corazón.
La vieja siempre es la vieja!
No la olvido y la mantengo
en el altar de mi pecho
y en todos mis pensamientos.
Pero es criminal olvido
dejar que transcurra el tiempo,
sin que se eleve una voz
en homenaje sincero.
¡Por eso hoy quiero cantarle
con toda la voz que tengo,
a ese, mi primer amigo;
ese amigo señero,
que me dio todo su nombre
y me enjoyó con su ejemplo
porque al cantarle a mi padre
le canto a todos los viejos!
Chaco
Chaco!...Provincia pujante
en la vida de la Patria,
tierra que antaño fuera
rugir de tigres y hachas,
de gente que por poblar
morían a punta de lanza,
porque el malón no perdona,
su defensa es la matanza.
Tierra de selvas tupidas
y también de extensas pampas,
de chacras entre los montes,
de mucho tiempo sin agua,
de cañadas y de esteros,
de bichos de toda laya,
de las mangas de langostas
matadoras de esperanzas.
Tierra de surcos rebeldes
que a veces no devolvían
lo que el hombre les prestaba;
de obrajes con jornaleros
que vuelcan su alma en el hacha,
sus vidas son de los montes,
de las miserias y farras.
Pero al telón de ese Chaco
el tiempo lo va cerrando
y donde el tigre rugía
hoy hay tractores arando.
Se acabaron los malones,
las tribus se han vuelto mansas
y están chuseando la tierra
con rejas en vez de lanzas.
Ramillete de indios fuertes
de melancólicas razas,
son también hijos del monte,
simbólicos como el hacha.
Y no es de menos valor
el gringo de tierra extraña
que se metió en nuestros montes
y luchó en pos de sus ansias.
Tuvo que afrontar mil contras,
ahuyentar penas que matan
y en la lucha por la vida
aprendió a querer mi Patria.
Ese puñado de cosas
más voluntad y esperanza
fueron levantando el Chaco
al nivel de sus hermanas.
Hoy sigue golpeando el hacha
y la reja no descansa
por eso los pueblos brotan
como por arte de magia.
Los caminos se hacen anchos,
se va agrandando la Patria
y el algodón de las chacras
va curando las heridas
de los quebrachos que sangran.
¡Chaco! Provincia querida
que al progreso se encamina,
hoy abraza a sus hermanas
de ésta, mi tierra argentina.
Hubo pago en el obraje
Corre el año treinta y nueve
en un obraje del Chaco...
Enero lo aviva al sol
como apurando un churrasco
y allí en el medio'el monte
entre crujidos y hachazos,
la gente distingue un ruido
que no es común en el pago,
es el ruido de un motor
que está llegando a los saltos
porque viene en la picada
queriendo domar las huellas
que le dejaron los carros.
El hachero que escuchó
dejó amagado un hachazo
y gritando de alegría
se fue corriendo a los saltos
porque ese ruido no es otro
que el ruido claro del auto
en el que llega el patrón
con la plata del salario...
por eso corren contentos,
por eso van a esperarlo;
todos quieren ser primeros
en saber la hora del pago
pa'dirse a lavar al rancho
mientras tejen ilusiones
y hacen planes pa'gastarlo...
-Yo voy a comprar ropa nueva.
-No...Yo provista para rato.
-Yo viá ver si llego al pueblo
porque no fui en todo el año.
Y otros entre truco y vino
seguro han de liquidarlo.
Y así, entre la algarabía
de prepararse pa'el pago,
la gente olvida que un Dios
les dio a todos un destino
que es un camino marcao
y que si alguno lo deja
se ensume hasta las orejas
en el charco del diablo...
pero en eso naide piensa...
y ya en el medio e'la siesta
las guainas barren un patio
le acomodan los asientos
y cuelgan unos faroles
pa'que sirva pa'la fiesta.
-Ya abrió la administración!
-Gritó un hachero a la gente-
y asomó un señor de lentes
que le llaman "el contador",
se escuda en un mostrador
que encaja contra una puerta
y allí pide las libretas
pa'hacer la liquidación.
-A ver, Ramiro González...
-¡Presente! -gritó un paisano
que refregando sus manos
se acerca hasta el mostrador.
-Esto es lo que te sobró,
son treinta y tres con noventa
poné el dedo en el recibo
aquí tenés tu libreta...
y sí es que querés chupar
pagá la caña al contado
porque ya saben ustedes
que para el chupi no hay cuenta.
-Ajá -le dijo González-,
Traiga nomás esa caña
Ya que es plata lo que suebra.
Y se fue a esperar el baile
Prendido de la botella.
Y así sigueron pasando
los hacheros en cadena,
cada hachero un eslabón
cada eslabón una pena,
penas que pronto olvidaron
con esa caña que quema,
porque todos se llevaron
para el baile su botella...
Hasta que llegó la noche
en aquel rancho de fiesta
fiesta pobre del hachero
que no sabe ni una letra
y el que montao en sus sueños
quiere escapar rienda suelta
por el camino del vino
hasta una vida más buena...
Pero el vino es traicionero
y lo aparta de esa huella
él lo empuja desde adentro
para que vuelva a la fiesta
él lo invita que demuestre
que es más hombre cualquiera,
porque el vino manda fácil
cuando el hombre es sin escuela.
Y así comienza la cosa,
tal vez por una zoncera,
empieza la discusión
los ánimos se caldean
y después de un empujón
ya está lista de pelea.
Benítez quiso sacar
a la novia de Cabrera
y el novio en cuanto lo vio
copó la banca en la fiesta.
-No chupe si es que no aguanta
y conmigo no se meta
no sea que lo planche
de un cachetazo en la jeta.
Y ese fue todo el motivo
que originó la tragedia.
Benítez sacó el cuchillo,
también lo sacó Cabrera.
Y al pobre viejo don Castro,
cuando vino a separar,
Benítez le erró un puntazo
Que de darle lo bandea...
Los cuchillos se encontraron
se gatearon como fieras,
Benítez perdió dos pasos
que fue ganando Cabrera,
se hicieron unos amagues
como estudiando flaquezas,
Benítez tanteó el destino
dejando la guardia abierta
y el otro que no era manco
lo convirtió en osamenta.
...Y allí empezaron los gritos
lamentaciones y quejas,
el patrón vino corriendo
se agarraba la cabeza
y le echó mil maldiciones
a los que hicieron la fiesta...
Benitez era buen hachero
y perderlo era una pena...
el contador de los lentes
que llegaba en camiseta,
mirando dijo en voz alta
sin reparo a que lo oyeran:
-Cuando nó, estos negros tapes
no van a andar en pelea
tienen plata y ya se chupan
¡más vale que ni nacieran!.
-No, mi amigo, no se pase
que también es culpa nuestra
-dijo el patrón en un tono
como a callarlo sin seña.
-Nosotros trajimos plata
y vendemos ese vino
que fue el que tomó Benítez
y hecho sangre ahora chorrea.
Aunque de todas las culpas
la mayor es la ignorancia
de esta gente sin escuela,
que se divierte a su modo
ya que chupar es su fiesta.
No se divierten mejor
porque nadie les enseña,
lo mismo que el trabajar
y ese vivir como bestias,
o el de no saber firmar
por no conocer las letras,
fue por que nadie les dijo
que en el pueblo hay una escuela,
donde hay un director
y tal vez una maestra,
que ya hubieran evitado
hace rato esta pelea,
con esos dones de padres
que brotan de su paciencia...
Pero ya no pudo hablar
se hizo el duro a su manera
y se corrió pa'lo oscuro
disimulando su pena...
Y en el medio de aquel patio
como una muestra inservible
de otro tipo de coraje
se fue apagando Benítez
tendido en un viejo catre...
La noche se hizo profunda,
quedó en silencio el obraje,
un hacha quedó sin dueño,
un hijo quedó sin padre,
y un cuzco pensó pa'dentro
"si estaré solo en el rancho
ya no hará falta que ladre".
Allí quedaba ese hachero
personaje de una historia
escrita en su propia sangre
para carne de los chismes
de las viejas del paraje
o pa'que al llegar al pueblo
en un cajón sin lustrarse
la gente diga tristona
"je...hubo pago en el obraje".
Los Matacos son así
Va surgiendo de sus manos
La jica que está tejiendo
En los hilos vegetales
Teñidos como sus sueños
Sus ojos carbón le brillan
Encendidos de misterios
Porque no le importó a nadie
Lo que a su pueblo le hicieron
Y lejano un chamamé
En un lejano galopar
Le llega en el viento
Ella encorva su dolor y su juventud
En los hilos tensos
Hasta cuándo hay que esperar
Alguien tiene que escuchar
No ha de terminar así
Esa raza orgullo de sus abuelos
Qué emoción despertó
La acordeona azul
de aquel musiquero
Hoy quisiera estar allí
Por sentir la vida
como esos puebleros
Pero no le va aflojar
Ella siempre estuvo aquí
Nunca van abandonar
Los matacos son así
Les han quitado el espacio
Le van ganando terreno
Hilando el coraguata
Ellas tejen en silencio
Los hombres al palo santo
Lo talan y le dan vuelo
Con esas armas combaten
Ellos que fueron guerreros-
jueves, 16 de septiembre de 2010
Que brilla como el lucero (Estilo)
Sos el puntal de mi rancho
con la osamenta ladiada
y la achura más deseada
como el ojo pa'l carancho.
A lo largo y a lo ancho
sos la luz de mi sendero,
y mi corazón matrero,
potro oscuro y bagualón,
de vos luce un patacón
que brilla como el lucero.
Como talón de angelito,
suave al suelo mojarrero;
para mi alma de hornero
pesca en los charcos barrito.
Sos oración de un bendito
en un altar agorero,
cuando repecha el pampero
tropilla de luces malas;
tu rezo el miedo apuntala
que brilla como el lucero.
En seca, el trueno machazo
que anuncea el temporal,
y sos como unto sin sal
pa la huella de los lazos.
Sos la estrella del picaso
en mis noches de resero,
el "Ciervo doce", puntero;
agua mansa de laguna,
sos mi cuajarón de luna
que brilla como un lucero.
En tiempo del modernismo
De "Las Delicias", temprano,
después de haber churrasqueao;
salimos con el mandao
como todo buen paisano.
El hombre por ser baqueano
lleva todo en el recao,
a más un poncho encerao
por si cae una garuga,
ya estaba Pío Tazúa
listo y firme a lo soldao.
Piola Pintos: capataz,
ya dio las indicaciones;
tomamos las posiciones
alvertidos por demás.
-"De adelante y por detrás
que no se quede ninguno",
el Toti ensilló un lobuno,
un pingo de maravillas;
por delante la tropilla
con cuatrocientos vacunos.
Nunca falta en estos casos
algún toro empacador,
Carulo enseñó el rigor
meta talero y pechazo.
Mariano le puso el lazo
y ahi terminó la contienda,
miró buscando la hacienda,
entendió y salió apurao:
que ande hay un toro empacau
hay gaucho pa que lo atiendan.
Pasamos San Juan de Quino,
dejamo'atrás "La Costosa",
como quien quiere la cosa
ya habíamos cortao camino.
Nuestro próximo destino
era el puesto de Rolón,
quedaba un trecho cortón;
Carlitos aseguraba,
y al rato, al sonar la aldaba,
caimos a la oración.
Al otro día en Girivone,
cruzamos otros arrieros;
y entre saludos camperos
me presenté: "soy Picone"...
-"Si le he escuchao sus canciones
y sus lindos bordoneos,
perdone si curioseo:
¿de quién son esas que trae?"
-"Marca de Roque Tolay,
le dije, y van pa'l breceo.
Y ansí terminó la cosa,
por fin pudimos llegar,
la hacienda está en su lugar
y siento que me retosa.
En la pampa silenciosa
del pecho mi corazón,
y en cada palpitación
yo pensaba pa mi mismo:
en tiempo del modernismo
sigue habiendo tradición.
La pulpería
Lunancos descansando en una pata,
soñando con cencerros y madrinas;
hay caballos atados al palenque
de la antigua y campera pulpería...
Está ansioso esperando en la botella,
el vino prisionero tras la reja;
que un borracho carcelero lo libere
a cambio del alivio de una pena...
Por una rubia flor, cabellos de oro,
en un rincón al lao de una ventana;
se han topao en la cancha de la mesa
el as de bastos con el as de espadas...
Como lágrima que cae de la cumbrera,
está triste esperando la guitarra,
que un resero soñador se fije en ella
y le deje unas caricias de pasada...
...................................
Yo no se qué tendrá la pulpería
si de noche parece que me llama;
después de trajinar a campo abierto
me gusta un trago'e vino y la baraja,
y como soy soñador y soy resero
acariciar a veces, la guitarra.
No se achique
(Pintura: Carlos Montefusco)
Cuando la suerte le niega
al hombre la protección,
perderá su dirección
el que a renegar se entrega.
Tal como lo malo llega,
lo bueno alcanza al valiente;
de ahí que es mejor que no cuente
a naides cualquier trompieso,
tiene que aprender, con eso,
a mirar al sol de frente.
Nada ganará llorando,
lo que llaman desventura,
pues si su noche es oscura,
su esfuerzo lo irá aclarando.
Sin saber cómo ni cuándo,
con la esperanza se gana;
y hasta llegar la baquiana,
la que nos corta el resuello,
hay que pensar en aquello:
"La vida empieza mañana".
A veces, el encumbrao,
pierde pie y viene p'abajo;
y el cáido, con el trabajo
y la fe, se ha levantao.
No halla rumbo, el que entregao
anda como gallo juido,
el que parece dormido,
sin voluntad ni coraje,
como esperando el pasaje
pa los pagos del olvido.
El que ha juntao esperencia,
tiene hasta pa regalar,
porque no dejó apagar
la luz de la inteligencia.
Sabe orillar con pacencia
lo malo que se presente,
porque aprendió a ser prudente
y tiene bien comprendido,
que siempre es tiempo perdido,
nadar contra la corriente.
Hay que saber esperar
el cambio de la fortuna,
que, como el higo de tuna
suele a veces, espinar.
Con su esfuerozo ha de ayudar
al propio bien codiciao,
y no quedarse sentao
haciendo de limosnero,
sino luchar tesonero
pa no vivir de prestao.
Nunca envidie al luchador
porque aumenta su riqueza,
el que corre a la pereza
consigue vivir mejor.
Tenga un tranco seguidor
pa romper su mala suerte,
y podrá sentirse fuerte
y rico, porque trabaja.
Quien se achica, se rebaja,
y anda campiando a la muerte.
Cuando la suerte le niega
al hombre la protección,
perderá su dirección
el que a renegar se entrega.
Tal como lo malo llega,
lo bueno alcanza al valiente;
de ahí que es mejor que no cuente
a naides cualquier trompieso,
tiene que aprender, con eso,
a mirar al sol de frente.
Nada ganará llorando,
lo que llaman desventura,
pues si su noche es oscura,
su esfuerzo lo irá aclarando.
Sin saber cómo ni cuándo,
con la esperanza se gana;
y hasta llegar la baquiana,
la que nos corta el resuello,
hay que pensar en aquello:
"La vida empieza mañana".
A veces, el encumbrao,
pierde pie y viene p'abajo;
y el cáido, con el trabajo
y la fe, se ha levantao.
No halla rumbo, el que entregao
anda como gallo juido,
el que parece dormido,
sin voluntad ni coraje,
como esperando el pasaje
pa los pagos del olvido.
El que ha juntao esperencia,
tiene hasta pa regalar,
porque no dejó apagar
la luz de la inteligencia.
Sabe orillar con pacencia
lo malo que se presente,
porque aprendió a ser prudente
y tiene bien comprendido,
que siempre es tiempo perdido,
nadar contra la corriente.
Hay que saber esperar
el cambio de la fortuna,
que, como el higo de tuna
suele a veces, espinar.
Con su esfuerozo ha de ayudar
al propio bien codiciao,
y no quedarse sentao
haciendo de limosnero,
sino luchar tesonero
pa no vivir de prestao.
Nunca envidie al luchador
porque aumenta su riqueza,
el que corre a la pereza
consigue vivir mejor.
Tenga un tranco seguidor
pa romper su mala suerte,
y podrá sentirse fuerte
y rico, porque trabaja.
Quien se achica, se rebaja,
y anda campiando a la muerte.
Soncera
(Pintura: Carlos Montefusco)
Creirás dejuramente que ser macho
es pasarse la vida en las carpetas
pa perderse las pilchas
a una carta cualquiera,
o jugarse a los tiros de una taba
desde los cueros hasta las maletas,
porque todos los días nace un sonzo
pa correrlo del lao de la soncera...?
Salir enamorao de cualquier china
que te salió, de fijo, changüicera,
y que de a poco te jue dando piola
y en la primera güelta
te mezquinó el estribo, pa dejarte
con una cuarta e'jeta,
y como yegua que perdió el potrillo
quedarte a los relinchos, atrás d'ella?
¡Tas loco...! Las mujeres son el diablo
y andar como apestao, eso es soncera!
Prendiérsele a la caña,
como gaucho a la teta,
y en todos los boliches del camino
sacudirse una tranca de las güenas,
pa hacerse el puro gusto
de perder el sentido'e la cabeza
y dir en el matungo a barquinazos
sin que vos mesmo te entendás la lengua...?
¡Eso es más pior toavía...!
¡Eso es más que soncera!
Ta bien que vos me digas
pa entreverar tus cuentas,
que la petiza baya es tentadora
pa largarla clavada a un par de güeltas,
y abrir dispués la boca del carpincho
pa'cer dentrar las doradillas viejas
que la suerte amontona
y que el viento se lleva;
o que aliegues que hallaste unos ojos
pa encandilarte por la vida entera
y sentir que en la achura del costao
el amor se te hincó como una lezna;
o pa olidarte de un estrago hecho
te dite al trago sin medir tu juerza,
y dispués, por el resto de tus días,
ya redotao, seguir la mesma güeya...
Tá bien: serán razones... Pero un rato
comienza a echar peludos tu carreta
y te vas desplumando, poco a poco,
por dentro y por ajuera,
hasta que te sentís que en este mundo
sos lo mesmo que jerga, y jerga ajena,
que se atraca sin miedo a cualquier lomo
pa dir juntando marcas de basteras...!
Sos redomón y este vivir es largo.
En la vida ai que hacer como en las yerrras,
saber pialar hasta de rollo entero
y aguantarse el tirón... ¡Esa es la cencia!
Creirás dejuramente que ser macho
es pasarse la vida en las carpetas
pa perderse las pilchas
a una carta cualquiera,
o jugarse a los tiros de una taba
desde los cueros hasta las maletas,
porque todos los días nace un sonzo
pa correrlo del lao de la soncera...?
Salir enamorao de cualquier china
que te salió, de fijo, changüicera,
y que de a poco te jue dando piola
y en la primera güelta
te mezquinó el estribo, pa dejarte
con una cuarta e'jeta,
y como yegua que perdió el potrillo
quedarte a los relinchos, atrás d'ella?
¡Tas loco...! Las mujeres son el diablo
y andar como apestao, eso es soncera!
Prendiérsele a la caña,
como gaucho a la teta,
y en todos los boliches del camino
sacudirse una tranca de las güenas,
pa hacerse el puro gusto
de perder el sentido'e la cabeza
y dir en el matungo a barquinazos
sin que vos mesmo te entendás la lengua...?
¡Eso es más pior toavía...!
¡Eso es más que soncera!
Ta bien que vos me digas
pa entreverar tus cuentas,
que la petiza baya es tentadora
pa largarla clavada a un par de güeltas,
y abrir dispués la boca del carpincho
pa'cer dentrar las doradillas viejas
que la suerte amontona
y que el viento se lleva;
o que aliegues que hallaste unos ojos
pa encandilarte por la vida entera
y sentir que en la achura del costao
el amor se te hincó como una lezna;
o pa olidarte de un estrago hecho
te dite al trago sin medir tu juerza,
y dispués, por el resto de tus días,
ya redotao, seguir la mesma güeya...
Tá bien: serán razones... Pero un rato
comienza a echar peludos tu carreta
y te vas desplumando, poco a poco,
por dentro y por ajuera,
hasta que te sentís que en este mundo
sos lo mesmo que jerga, y jerga ajena,
que se atraca sin miedo a cualquier lomo
pa dir juntando marcas de basteras...!
Sos redomón y este vivir es largo.
En la vida ai que hacer como en las yerrras,
saber pialar hasta de rollo entero
y aguantarse el tirón... ¡Esa es la cencia!
Malambo
La noche le puso al viento
negro chiripá de gaucho
Un par de estrellas cayeron
rodando sobre los pastos.
Y así con magia de pampa,
de galopes desatados,
de arroyo, gramilla, trébol
Y dura gracia de cardo,
mirando la cruz del sur
nació el Malambo.
Espuelas de plata pura
con más cantos que un verano
Espuelas llenas de pinchos,
terror de los potros bravos.
Espuelas de fierro dulce
del que nunca tuvo rancho.
Todas, siquiera una vez
en un domingo paisano
rayaron los patios criollos,
Malambeando.
¿Qué es la espuela? Es una estrella
copiando el sonido exacto
de los galopes tendidos
a lo largo y a lo ancho.
O galopeando en silencio
cuando el caballo va al tranco
sin apuro, en un regreso
sin por qué, dónde, ni cuándo
¿Que es la espuela? Luz de luna
que una vez se hizo pedazos
por besar una guitarra
que entre las manos de un gaucho
se durmió en un solo ritmo,
Malambeando…
La guitarra suena, suena.
De su brocal embrujado
salen los tonos precisos
en tres acordes rasgueados
¡Sírvase algo el guitarrero.
Y siga con el Malambo!
Un forastero se allega
y prudente se abre paso:
Si me permite la gente
voy a pedir un barato
¡Yo soy de Saldungaray,
y cuando estoy mudancenado
bailo mirando de frente,
mientras tengo preparado
mi caballo, rienda arriba,
y el poncho envuelto en el brazo!
En las guitarras del sur
la pampa esta malambeando
con viento, arroyo y estrella,
con cardo, gramilla y árbol.
Con sus eneros quemantes
y sus junios escarchados.
Y con las huellas tendidas
a lo largo de los llanos.
Rancho, estancia, pulpería
¡Allá van, de pago en pago
las guitarras de la pampa,
Malambeando…!
Sobre las criollas vihuelas
galopando, galopando
la pampa llegó a la fiesta:
“¡Güenas tardes amigazos!
Con su permiso señores,
ponga una güelta. Yo pago
¡A la salú de la moza!
¡Guitarrero, cántese algo!”
La pampa bebió ginebra
y hablo de potros y pastos,
de bueyes y carretones,
de cañadones y vados.
Habló de lanzas de ponchos,
de rodeos y de lazos
¡Y ajustándose el barbijo
como pa montar un bravo,
se metió en los corazones
Malambenado!
El Malambo es el guardián
de una tropilla de cantos
que andan por la tierra nuestra
marcaos, y siempre orejanos.
¡No morirán las vidalas,
Las chacareras, ni el gato,
Ni la Huella, ni la Zamba,
Los estilos ni los huáinos,
mientras retumbe la tierra
en los domingos del campo,
y se haga astillas un criollo
Malambeando! ¡Malambeando!
Por engaño
(Pintura: Castells Capurro)La historia que aquí comento
sucedió hace muchos años:
se trata de un desengaño
que generó un sufrimiento,
dejando un rancho desierto
y convertido en tapera.
Un hombre entre reja espera,
la justicia con tesón
por degollar al patrón
que robó su compañera.
Juan Dominguez el paisano
que como todo rural,
trabajaba de mensual
en la estancia "El Orejano".
Con el sudor de sus manos
armó un rancho con adobes
donde cubierto de flores
taba el jardin preparau,
porque hace un mes se a casau
con Marta Elisa Rigones.
Los días iban pasando,
muy felices por supuesto,
él temprano deja el puesto
para salir recorriendo.
Con un beso va diciendo:
-"te juro que soy sincero
mas que a nadie yo te quiero!"
Y avisa sin mas hablar
que vuelve para matear
antes que se haga el puchero.
Ella queda allí madraza
realizando los trabajos:
limpia, lava, pica ajos,
recorre las batarazas.
Como buena ama de casa
porque tiene condición
le sobra buena intención,
pero hoy sufre ella muy sola;
el diablo metió la cola
y el ojo le hecho al patrón.
Desde entonces muy astutos
disimulan la pasión;
pa verse en cualquier rincón
y de amar, sacarse el gusto.
Ella espera el punto justo
que Juan se pierde en la loma,
atrás del rancho se asoma
y con un gesto ensayau
llama al patrón que apurau
entre sus brazos la toma.
Como un puñal en el alma
de Juan las dudas se clavan
y pa saber lo q traman
simula una falsa calma.
De un salto deja la cama
se viste y habla resuelto,
al ver q estan muy hambrientos
dice con otras intenciones
-"Via`llevar los redomones
pa`lagarlo a campo abierto".
Como un actor preparau
embozala los overos,
al zaino le hecha los cueros
y pa no ser delatau
al cusco dejo encerrau`
por si quisiera ladrar;
porque él piensa llegar
escondido entre las matas
sin ruido y moviendo a gatas
pa ver que puede encontrar.
Asi es que a la hora justa
llega Juan desconsolau,
ya que todo ha divisau
y la rabia lo despunta.
- "A vos no te hago difunta
porque mucho yo te he amau,
pero el rico condenau...
va a morir como un novillo!
En la punta del cuchillo
pienso dejarlo estaquiau"...
"-¡Para juan!" gritaba ella,
queriendo calmar su esposo,
pero el cuchillo filoso
sale mostrando una mella.
Pega un salto y atropella
sin titubiar muy lijero
dice "-¡Muera el estanciero!"
y con un fuerte chusazo,
en un tajo machazo
en dos le cortó el garguero.
"Aqui todo ha terminau,
mala mujer traicionera,
andar buscar quien te quiera..."
dice alzando su recau.
"Si siempre tube engañau
ciego por tus sonrisas,
me repugnan tus caricias"...
dice, tranquiando hasta el brete,
tranquilo ensilló su flete
pa entregarse a la justicia.
...........................
Un hombre entre reja espera
que llegue el juicio temido,
sin plata no es defendido
y la cosa va a ser fiera.
Ta cerrada la tranquera,
con candau está el galpón.
Como sabe la reunión,
dejó el hecho doloroso:
una mujer sin esposo
y una estancia sin patrón.
sucedió hace muchos años:
se trata de un desengaño
que generó un sufrimiento,
dejando un rancho desierto
y convertido en tapera.
Un hombre entre reja espera,
la justicia con tesón
por degollar al patrón
que robó su compañera.
Juan Dominguez el paisano
que como todo rural,
trabajaba de mensual
en la estancia "El Orejano".
Con el sudor de sus manos
armó un rancho con adobes
donde cubierto de flores
taba el jardin preparau,
porque hace un mes se a casau
con Marta Elisa Rigones.
Los días iban pasando,
muy felices por supuesto,
él temprano deja el puesto
para salir recorriendo.
Con un beso va diciendo:
-"te juro que soy sincero
mas que a nadie yo te quiero!"
Y avisa sin mas hablar
que vuelve para matear
antes que se haga el puchero.
Ella queda allí madraza
realizando los trabajos:
limpia, lava, pica ajos,
recorre las batarazas.
Como buena ama de casa
porque tiene condición
le sobra buena intención,
pero hoy sufre ella muy sola;
el diablo metió la cola
y el ojo le hecho al patrón.
Desde entonces muy astutos
disimulan la pasión;
pa verse en cualquier rincón
y de amar, sacarse el gusto.
Ella espera el punto justo
que Juan se pierde en la loma,
atrás del rancho se asoma
y con un gesto ensayau
llama al patrón que apurau
entre sus brazos la toma.
Como un puñal en el alma
de Juan las dudas se clavan
y pa saber lo q traman
simula una falsa calma.
De un salto deja la cama
se viste y habla resuelto,
al ver q estan muy hambrientos
dice con otras intenciones
-"Via`llevar los redomones
pa`lagarlo a campo abierto".
Como un actor preparau
embozala los overos,
al zaino le hecha los cueros
y pa no ser delatau
al cusco dejo encerrau`
por si quisiera ladrar;
porque él piensa llegar
escondido entre las matas
sin ruido y moviendo a gatas
pa ver que puede encontrar.
Asi es que a la hora justa
llega Juan desconsolau,
ya que todo ha divisau
y la rabia lo despunta.
- "A vos no te hago difunta
porque mucho yo te he amau,
pero el rico condenau...
va a morir como un novillo!
En la punta del cuchillo
pienso dejarlo estaquiau"...
"-¡Para juan!" gritaba ella,
queriendo calmar su esposo,
pero el cuchillo filoso
sale mostrando una mella.
Pega un salto y atropella
sin titubiar muy lijero
dice "-¡Muera el estanciero!"
y con un fuerte chusazo,
en un tajo machazo
en dos le cortó el garguero.
"Aqui todo ha terminau,
mala mujer traicionera,
andar buscar quien te quiera..."
dice alzando su recau.
"Si siempre tube engañau
ciego por tus sonrisas,
me repugnan tus caricias"...
dice, tranquiando hasta el brete,
tranquilo ensilló su flete
pa entregarse a la justicia.
...........................
Un hombre entre reja espera
que llegue el juicio temido,
sin plata no es defendido
y la cosa va a ser fiera.
Ta cerrada la tranquera,
con candau está el galpón.
Como sabe la reunión,
dejó el hecho doloroso:
una mujer sin esposo
y una estancia sin patrón.
Polca e' damas
(Pintura: Molina Campos)Taba el baile que ardía! Y, ridepente,
Pa’anunciarnos la pieza, el guitarrero,
Dijo atando un pañuelo al clavijero:
“Polca e’damas”, pa’tuitos los presientes.
Hubo cierto murmuyo entre las mozas
Y enseguida domás, vide a las viejas,
Arrimarse la trompa a las orejas
Pa’decirse en secreto algunas cosas…
Nos paramos los mozos, por si acaso,
Y, ni bien arrancó, la “seguidora”.
Ya puertiaron las chinas como loras
Que las corren del nido a cascotazos!
¡Pucha! A mi me toco una alazancita
Que, altenderle la sarpa en los matambres,
S’hizo un arco lo mesmo que un alambre
Y se vino, golosa, más cerquita!
Dispués vino lo güeno; pa’los “dentres”
Sofrenó l’acordion, y el bastonero,
Dijo haciendole seña a los primeros
“A ver la rilación; ¡Salgan pal frente!”
Y hay domás, un mocito forastero
Que cayó a la oración con la tropiya
Dijo, echando pa´un hombro la goliya,
Del pañuelo bordao con tuito esmero:
“Aqu’istoy pa decirle, güena moza.
Que a diez leguas di aquí, pu el lau de Pila,
Teng’ un rancho sin dueña, ande tranquila
Viviría feliz… si es qu’es gustosa!”
Lo aplaudimos al gaucho y a “la güelta”,
Le habló ansina la moza entusiasmada:
“Yo no sé de rilación, pero… no es nada;
Si me quiere yevar… ¡Estoy risuelta!”
Y otra vez festejamos la ocurrencia,
Pero, al rato dispués, ya no jué broma:
La tropiya, el paisano y la paloma…
‘Se’bian hecho perdiz pa’otra querencia!
Pa’anunciarnos la pieza, el guitarrero,
Dijo atando un pañuelo al clavijero:
“Polca e’damas”, pa’tuitos los presientes.
Hubo cierto murmuyo entre las mozas
Y enseguida domás, vide a las viejas,
Arrimarse la trompa a las orejas
Pa’decirse en secreto algunas cosas…
Nos paramos los mozos, por si acaso,
Y, ni bien arrancó, la “seguidora”.
Ya puertiaron las chinas como loras
Que las corren del nido a cascotazos!
¡Pucha! A mi me toco una alazancita
Que, altenderle la sarpa en los matambres,
S’hizo un arco lo mesmo que un alambre
Y se vino, golosa, más cerquita!
Dispués vino lo güeno; pa’los “dentres”
Sofrenó l’acordion, y el bastonero,
Dijo haciendole seña a los primeros
“A ver la rilación; ¡Salgan pal frente!”
Y hay domás, un mocito forastero
Que cayó a la oración con la tropiya
Dijo, echando pa´un hombro la goliya,
Del pañuelo bordao con tuito esmero:
“Aqu’istoy pa decirle, güena moza.
Que a diez leguas di aquí, pu el lau de Pila,
Teng’ un rancho sin dueña, ande tranquila
Viviría feliz… si es qu’es gustosa!”
Lo aplaudimos al gaucho y a “la güelta”,
Le habló ansina la moza entusiasmada:
“Yo no sé de rilación, pero… no es nada;
Si me quiere yevar… ¡Estoy risuelta!”
Y otra vez festejamos la ocurrencia,
Pero, al rato dispués, ya no jué broma:
La tropiya, el paisano y la paloma…
‘Se’bian hecho perdiz pa’otra querencia!
De todos los pelos
(Pintura: Carlos Montefusco)
Cuando el sol dora el maizal
y hace arder los pajonales
yo me voy con mis baguales
en dirección pal corral.
Es la tropilla sin par
del pelaje mas variado
alli un bayo, un tostao
un colorao sangre e´toro;
un picaso con un moro
y un overito rosao.
Van en sus vivos reflejos
los colores mas variaos:
un parejero gatiao,
un cebruno, un azulejo
un redomón lunarejo
que se va abriendo camino;
en la tropa un rosarino
que va llevando a su flanco
a un señuelo pico blanco
cortito y de remo fino.
Mas afuera y retrasao
cabrestiándole a un lobuno
viene un pingo cual ninguno
el mejor de mi tropilla.
Un pangare testerilla
y apariándolo a un tordillo
un zaino oscuro potrillo
un yaguané y un tobiano,
un picaso contra un ruano
repechando a un doradillo.
Ya en el famoso corral,
de palo a pique cerrado,
vi entrar al ensabanao
de mi tropillita real.
Un malacara bagual,
yeguarizo bien formao,
de galope amartillao
que va con sus patas blancas
llevando pegao al anca
a un pingo oscuro tapao.
Solo me falta el rosillo
que en el palenque maneado
ha sido bien desvasado
todo a punta de cuchillo.
Y en el riendaje sencillo
donde hace juego el bozal,
la baquía sin igual
del cuero crudo sobado,
bien parejo y bien trenzado
como lazo de corral.
Cuando el sol dora el maizal
y hace arder los pajonales
yo me voy con mis baguales
en dirección pal corral.
Es la tropilla sin par
del pelaje mas variado
alli un bayo, un tostao
un colorao sangre e´toro;
un picaso con un moro
y un overito rosao.
Van en sus vivos reflejos
los colores mas variaos:
un parejero gatiao,
un cebruno, un azulejo
un redomón lunarejo
que se va abriendo camino;
en la tropa un rosarino
que va llevando a su flanco
a un señuelo pico blanco
cortito y de remo fino.
Mas afuera y retrasao
cabrestiándole a un lobuno
viene un pingo cual ninguno
el mejor de mi tropilla.
Un pangare testerilla
y apariándolo a un tordillo
un zaino oscuro potrillo
un yaguané y un tobiano,
un picaso contra un ruano
repechando a un doradillo.
Ya en el famoso corral,
de palo a pique cerrado,
vi entrar al ensabanao
de mi tropillita real.
Un malacara bagual,
yeguarizo bien formao,
de galope amartillao
que va con sus patas blancas
llevando pegao al anca
a un pingo oscuro tapao.
Solo me falta el rosillo
que en el palenque maneado
ha sido bien desvasado
todo a punta de cuchillo.
Y en el riendaje sencillo
donde hace juego el bozal,
la baquía sin igual
del cuero crudo sobado,
bien parejo y bien trenzado
como lazo de corral.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Cansao
En los montes del Tordillo
y ya olvidao de la edad,
vivía su soledad
un gaucho noble y sencillo.
Como cortada a cuchillo
parecía su melena;
y en su mirada serena,
su mansedumbre asomaba,
pa decirnos que allí estaba
enterrao por una pena.
Y me contó su pasao
que jué como yel, amargo,
haciendo como un descargo
de su espíritu cansao.
Era rico; había heredao
de su padre una fortuna,
hamacao en limpia cuna,
jué mimoso y regalón
y estaba en su situación
mesmo que en corral de tuna.
Había formao un hogar
que jué toda su esperanza,
el cariño hizo una alianza
que nada podía aflojar.
Pero una vez al pasar,
sin poderse desprender,
se atravesó otro querer
y el hombre se vio perdido,
y lo dejaron rendido
los besos de otra mujer.
Con semejante carrera
por los enredos que andaba,
despacito se alejaba
de su buena compañera.
Le cerraron la tranquera,
los hijos cuando crecieron
y a la madre protejieron
cumpliendo con un deber,
dentrando su padecer
al ver la cosa tan fiera.
La de los besos matreros,
después de romper el nido,
dejó al pobre dolorido
pa buscar otros senderos.
Él tuvo mil entreveros,
pa olvidarse lo pasao,
pero al fin arrocinao
por su vejez, achacoso,
dentró en el monte espinoso
ande vivió abandonao.
Perdió su herencia, su hogar,
y hasta los seres queridos,
que iban en su alma prendidos
sin poderlos olvidar.
Por no saber gambetear,
con tiempo a la tentación,
cayó al fondo del zanjón,
ande lo hallé abandonao,
y allí murió el desgraciao
como cualquier mancarrón.
Asunto viejo
Criao entre las sombras, había formado nido,
lo mesmo que un mueble, consiguió mujer;
pasaron los años, llegaron los hijos,
y dentró el cansancio; aflojó el querer,
pa que se perdieran respeto y cariño,
pa que se olvidaran los días de ayer,
cuando él se ofrecía, pa ser su marido,
pa darle su amparo, pa darle placer.
Los dos eran pobres: ella fabriquera,
dende chiquilina ganaba el jornal,
y él allá en la estancia, en lucha campera,
lo mesmo que esclavo, era peón mensual.
Y se propusieron juntar dos miserias,
sin saber que en ello, buscaban un mal,
pues no habiendo plata, se acaba la juerza,
y lo alegre, se hace tristeza al final.
...............................................
La mujer, -la pobre, -como la lechuza,
que hace a sus pichones, nido de plumón,
a sus chiquilines, les jue haciendo "cujas"
porque eran pedazos de su corazón.
Y el hombre, tiraba las monedas suyas,
jugando a los naipes en el bodegón,
pa decir más tarde, que la ley no es justa,
cuando a su protesta, no le da razón.
El hombre, ya no era, aquel mozo fuerte;
como con cenizas, blanquiaban su sien,
el tiempo que avanza, que no se detiene,
le puso estas marcas; y él supo recién,
que un asunto serio, ha exijirle viene,
cuando menos piensa, que cumpla un deber:
los muchachos crecen, y los padres tienen,
que pagar las fallas que hicieron ayer...
Ha quedao la madre, sola con sus hijos,
porque su marido se le jué cansao;
pide a la justicia, que hallen al perdido,
y, -aunque no lo obliguen volver a su lao-,
que de lo que gane le alcanza un auxilio,
pa criar los muchachos que el padre ha dejao,
pues, sola no puede mantener el nido...
y por eso el hombre, protesta enojao.
Le sacan del sueldo los pesos perdidos,
pues la ley lo tiene, pa el caso obligao!
Tu herencia
Ya sentís, que los años,
se te vienen encima,
y buscás escribano,
para hacer testamento,
con la idea, de que al dirte,
al dejar esta vida,
los parientes, te guarden,
aunque sea en el recuerdo...
Yo, que soy un pariente,
sin pedirte permiso,
quiero darte un consejo.
Vos, al mundo viniste,
como yo, como todos;
trabajaste con suerte,
y te abriste camino;
tal vez juera viveza,
o no juiste como otros,
que aunque vivan cien años,
nunca forman el nido...
Lo que ganan, no alcanza,
pa guardar, porque viven,
enredaos por los vicios.
Cuando muere un cristiano,
lo que lleva, es el cuero,
y si deja fortuna,
al tallar los parientes,
se han de rair del que en vida,
jué juntando los pesos,
que ellos tiran en farras,
porque así se divierten...
Vos gastaste lo tuyo,
si pensás que te viene,
garroneando la muerte...
Si tenés tus cariños,
en aquellos que quedan,
regalales en vida,
pa que así lo aprovechen,
viendo como disfrutan
sin desearte que mueras,
los que tienen apuro,
que la herencia prefieren...
Porque a veces los buenos,
son los que andan deseando,
que mandinga te lleve...