Por los senderos del cielo
andaba criando el Criador:
hizo el frío y el calor,
la luz y la 'escuridad',
la sequía, la humedad,
el trueno, el rayo y el sol.
Para no mezclar los tantos
agua y tierra separó,
sobre una gota sopló
y el mar que estaba vacío,
al sentir el aire frío
de pescados se surtió.
Hizo brotar de las sierras
una aguita transparente
que rodó por la pendiente
y de la punta de un cerro,
tiró un puñado de berro
a la par de la vertiente.
Hacía aparecer los yuyos
en piedra, tierra o arena,
canchalagua, hierba buena,
menta, cedrón, peperina,
unos eran medicina
y otros eran quitapenas.
Cavilando en el arrope
hizo brotar los tunales,
chañares, algarrobales,
y pensando en orejones
pasas de higos y pelones
nos dió los árbol frutales.
Plantó árboles en la tierra
con hojas, frutas y flores,
hizo pájaros cantores
que aprendieron a anidar
y también echó a volar
mariposas de colores.
Hizo el tiempo y la distancia,
hizo el silencio y el ruido
y cuando ensayó un silbido
que en las piedras rebotó,
el crespín le contestó:
-"¡Señor!, ya estoy escondido!".
Llegó una langostita negra
con los ojos amarillos,
gritó desde un espinillo:
-"¡Cri-crí!¿qué bicho soy yo?"
y el Criador le contestó:
-"Vos vas a ser el grillo".
Un canto áspero salió
del tronco de una parra:
-"Vas a cantar sin guitarra,
y vas a vivir de fiesta,
vas a aturdir a la siesta
porque vos sos la chicharra".
También hizo bichos grandes:
caballos, pumas, ovejas
cebras, cuises, comadrejas
y con gran sabiduría
para que tuvieran cría
a todos les dió pareja.
Cada bicho y cada planta
cumplían alguna función,
las leyes de la creación
por el Señor promulgadas,
debían ser respetadas
bajo severa sanción.
Instruyó a los animales:
-"No tienen que dañinear,
solamente han de cazar
cuando se encuentren hambreaos,
porque el mundo ha sido criao
pa crecer y mejorar".
Habló también a las plantas:
-"Después de fructificar
el fruto lo han de dejar
al cuidado de la tierra,
la semilla que se entierra
volverá a germinar".
Después les dijo a las flores:
-"No solo hay que perfumar,
van a tener que confiar
en la pata de la verja
en la lana de la oveja
para poder semillar".
Subió a la punta del monte
al terminar el trabajo,
y cuando miró p'abajo
al ver tremenda creación,
dijo con satisfacción:
-"¡Qué cosa linda, carajo!"
"Pero algo me está faltando,
con ésto solo no alcanza",
y con amor y confianza
con todo su corazón,
hizo al rey de la creación
a imagen y semejanza.
-"Vas a correr con ventaja,
Yo te doy el pensamiento
el saber, el entendimiento,
vas a poder razonar
y además podrás amar;
¡esos serán tus talentos!".
"Eso si, tendrás que usarlos
con responsabilidad
para buscar la verdad
y elegir el buen camino,
Yo te doy un don divino
el don de la libertad.".
"Y pa que no andes tan solo
siempre te acompañará,
una mujer que será
sacada de tu costilla,
con ella serán semilla
de toda la humanidad".
"Compartan toda la vida,
la alegría y el dolor,
el coraje y el temor
y caminen con confianza
que no 'hay' faltarle esperanza
cuando les merme el valor".
"Les dejo también un rancho
y un caballo para andar,
el poncho los va a abrigar,
saquen vino de la parra,
y aquí tienen la guitarra
para que puedan cantar".
"No recarguen las alforjas
con pesos exajeraos
porque cuando hayan finao
nada será necesario:
¡todos irán al osario
con los huesitos pelaos!
"No contaminen la tierra,
los ríos ni las vertientes,
no llenen los continentes
con pañales descartables,
¡dejen el mundo habitable
que va a venir otra gente!"
"Cuiden el hueco de ozono,
¡no lo dejen agrandar!
no empiecen a jorobar
cambiando lo que está criao,
porque el mundo es delicao
y se les puede retobar".
Cuando estaba para d'irse
pa'las casas el Criador,
Adán le dijo: "¡Señor,
aunque estoy agradecido
de tanto que he recibido
¡quiero pedirte un favor!"
"Tengo mujer y caballo,
tengo rancho y tengo abrigo
y aunque Vos estés conmigo
y si pierdo todo algún día...
¿Quién me va a hacer compañía?
¿Dónde he de hayar un amigo?".
Dios sujetó su caballo
y le contestó: "Es verdad!
p'aliviar la soledad,
y compartir un dolor
no existe cosa mejor
que el calor de la amistad!"
Cortó una calabacita
y en la mano la calzó,
la punta le rebanó
y sin herir su corteza,
con habilidad y destreza
con el facón la vació.
Después le puso la yerba,
agua calentaba en el brasero
y metió por el ahujero
la bombilla, la bendijo:
-"Aquí tiene, ¡tenga m'hijo!
éste es su fiel compañero".