viernes, 30 de marzo de 2018

Vida Dolorosa (Evangelio criollo)


(Dibujos: Eleodoro Marenco)

Amó tanto Dios al mundo

que dió a su hijo Redentor:
si tanto amó al pecador
siendo entuavía enemigo,
no esiste mejor testigo
como prueba de su amor.

Que Dios es amor no hay duda
ni tampoco discusión;
si nosotros con pasión
amamos hasta la muerte,
¡cómo Dios no amará juerte,
si él nos hizo el corazón!

82. La traición de Judas

Dende entonces los caudillos
aguaitaron la ocasión
pa matarle de traición
cuando se diera un vislumbre,
y sin llamar la atención,
por miedo a la muchedumbre.

Estruía al pueblería
mientras el día duraba,
y la noche la pasaba
en un vecino olivar,
pa'escucharle dotrinar
todo el pueblo madrugaba.

Dentró satanás en Judas,
uno de sus doce amigos,
y aprovechando el abrigo
de una noche tenebrosa,
la traición más espantosa
le propuso al enemigo.

¿"Qué me quieren dar ustedes,
y se lo entrego"?, les dijo;
se alegraron esos hijos
del infierno, y la contrata
por treinta grullos de plata
le hicieron con regocijo.

Judas ajustó el negocio
de esa venta tan atroz;
pero pa'vender a Dios
quiso maniobrar oculto,
no juera a correr la voz
y se armara algún tumulto.

83. Preparación de la Pascua


Se llegaba ya la Pascua,
y entonces los aparceros
se acercaron y dijieron
a Jesús con alegría:
¿"Ande, Señor, gustaría
que le asemos el cordero?".

Mandó entonces al poblado
sólo a dos de la hermandá;
"Cuando lleguen les saldrá
a su paso un forastero
llevando un balde de cuero
con agua pa'la ciudá".

"Ustedes deben seguirlo,
porque les dará el lugar
ande deben preparar
los enseres pa'la fiesta,
y tener la mesa puesta
pa'la hora de cenar".

Y se jueron Pedro y Juan
siguiendo aquellos indicios,
sin que anduvieran de vicio;
porque se cumplió de modo
que encontraron lo propicio
pa'ultimar los acomodos.

84. Principio de la Cena


Cuando atardaba la noche
Jesús con sus doce amigos
se llegó sin más testigos
pa'comer la última cena,
mientras tanto el enemigo
preparaba su condena.

Se sirvió asiento a la mesa
y les dijo a los presentes:
"He desiado ardientemente
comer junto con ustedes
esta cena que precede
a mi muerte justamente".

"Les doy palabra de honor
- recalcó pa'su concuelo-,
que no probaré en el suelo
más vino, hasta que suceda
que con ustedes lo pueda
tomar de nuevo en los cielos".

85. Reyerta entre los Apóstoles

Se armó en eso la contienda
de quién sería el mayor;
y entonces dijo el Señor
que jueran como Él de modo
que, siendo el mayor de todos
se hacía como el menor.

"Mi Padre me hado el Reino
- decía a sus aparceros-,
y como ustedes sufrieron
las prubas junto conmigo,
también tendrán como amigos
este Reino verdadero".

86. Lavado de los pieses

Sabiendo, pues, que volvía
a su Padre Celestial
dejó el mundo terrenal
con su ponzoña de orgullo,
y habiendo amado a los suyos
los amó hasta el final.

Se levantó de la mesa
nuestro Señor, con lentura;
y pa'estar con más soltura
se sacó también el manto,
ciñéndose mientras tanto
con un lienzo en la cintura.

Después, echó agua en un balde
y, estando todos suspensos,
Jesús con amor inmenso
lavó los pieses a todos
y luego, del mesmo modo
se los secó con el lienzo.

Cuando le tocó a don Pedro,
se le sulevó al Señor;
no dentraba en su interior
que su Máistro Soberano
le lavara con las manos
sus pieses de pecador.

Pero Jesús le alvirtió
al ver que se resistía:
"¡Vea, amigo" - le decía-,
no se resista otra vez,
porque entenderá después
lo que no sabe entuavía".

Cabeza dura don Pedro
le retrucó pertinaz:
"Señor, no faltaba más
que usté me lave los pieses",
¡aunque me pida mil veces
no le lavaré jamás!".

"¡Está bien! - dijo Jesús-;
pero tenga en cuenta, amigo,
que si pronto no consigo
que usté se deje lavar,
ya se puede concetuar
sin nada que ver conmigo".

No atinaba aquél paisano
qué disculpas presentar;
y áhi nomás sin titubiar;
"¡Señor! -dijo con firmeza-,
¡las manos y la cabeza
también me puede lavar!".

"¡No es pa'tanto! - le dijo Él-,
los pieses sólo es urgente;
aunque todos los oyentes
no andan tan limpios sin duda";
esto lo dijo por Judas
que estaba también presente.

Después volvió a la mesa
su Divina Majestá,
les hizo ver la verdá
del lavados de los pieses,
pa'que ellos también siguiesen
ese ejemplo de humildá.

87. Denuncia del traidor

Y mientras juntos comían
se puso triste el Señor;
pues allí estaba el traidor
sentado a la mesma mesa
ande haría la promesa
más divina de su amor.

"Uno de ustedes -les dijo-,
ha de ser el traicionero".
Entonces los aparceros
"¿Seré yo?", le preguntaban
mientras tanto se miraban
afligidos y sinceros.

"Se ha de dir el Hijo del Hombre
conforme a lo establecido;
pero tengan bien sabido
- dijo hablando del traidor-
que le sería mejor
ni siquiera haber nacido".

Con mesejante noticia
la gente se quedó muda;
pa'sacarlos de esa duda
que los tenía alelados,
entonces tomó un bocado
y se lo presentó a Judas.

Sólo Juan y Pedro vieron
porqué se lo había dado,
pues le habían preguntado
el nombre de aquél traidor,
y sin nombrarlo el Señor
les dió por seña el bocado.

En cuanto lo comió Judas
se le dentró Satanás;
resabiado y contumaz
entonces se levantó,
y en la noche se perdió
pa'no regresar jamás.

88. La Eucaristía

Y mientras salía Judas
a ejecutar su desmán,
Jesús con divino plan,
juntando su amor y cencia,
nos dejó su rial presencia
en el milagro del pan.

Tomando Jesús un pan
lo bendijo y lo partió,
y después lo repartió
pa'que todos lo comieran,
esa noche traicionera
cuando Judas lo entregó.

Tomando Jesús un vaso
lleno de vino en sus manos,
lo bendijo de antemano
y, de la mesma manera,
se lo dió pa'que bebieran
esos humildes paisanos.

"Este es mi Cuero y mi Sangre",
dijo Jesús con amor.
Y el pan y vino anterior
dejan de ser pan y vino,
pa'ser el Cuerpo Divino
y la Sangre del Señor".

Y hablando de nuevo dijo:
"Hagan esto en mi memoria,
pa'que repitan la historia
de mi muerte y mi pasión,
mientras llegue la ocasión
que regrese de mi gloria".

Como el pan se hace de granos
teniendo el mesmo sabor,
en este pan del amor
ansina, del mesmo modo,
como granos somos todos
y todos en el Señor.

El Señor quiso dejarnos
memoria de su Pasión,
y con divina invención
supo quedarse presente,
repitiendo el permanente
amor de la Redención.

Pa repetir el milagro
al hombre le dió poder;
y ansí podemos tener,
en la tierra del dolor,
la presencia de su amor
y el sostén de nuestro ser.

Es la Santa Eucaristía
un misterio de piedá;
la señal de la unidá
de todos con el Señor,
y la atadura de amor
de Dios con la humanidá.

El pan hecho Dios me cambia
a otra vida santa y güena,
como el soplo de una quena
se cambia en música y copla,
porque es Dios mesmo que sopla
su propio aliento en mis venas.

89. El Nuevo Mandato

"Les doy un nuevo mandato
como testamento urgente:
que se quieran mutuamente
como Yo mesmo los quiero;
que en esto verán patente
de que son mis apareceros".

Ser cristiano es sólo amar
como el Padre Celestial;
y Él nos dió, como señal
que nos amaba, a Jesús,
quien hizo de amor y cruz
una mesma cosa igual.

Si es lo mesmo amor y cruz,
no hay nada que discutir:
el cristiano ha de vivir
muriendo por sus hermanos,
pues vivir como cristianos
es amar hasta morir.

miércoles, 28 de marzo de 2018

Pa'el herrero (Milonga)

(Pinturas: Vasco Machado)


Pa'l que usa bien la gubia
o maneja el desvasador,
y qu´herra como el mejor
haya viento, sol o lluvia;
al que en una polla turbia
acomoda a un parejero,
él pone todo su esmero
cuando va a destalonar
si es preciso acomodar
a un petiso que es ligero.

Sabe usar un maniador
si es ligero pa'la pata
y ningún chuzo lo achata
aunque sea pateador;
él es muy o'servador,
corrige cualquier defecto:
tengalé fe que es correcto
y le va a buscar aplomo,
pa'que no sufra del lomo
se lo va a dejar perfecto.

Él trabaja con unción
pa'el problema de una cuerda,
sabe porqué de una cerda
si la ve atada a un garrón
y siente satisfacción
cuando acomoda una mano;
por criollo, por veterano
herra cualquier mancarrón,
lo deja de exposición
porque el hombre es muy baqueano.

Trata el problema de un vaso
aunque lo note afiebrao,
ahi nomás lo ha acomodao
y su condición le taso:
por ahi ha notao del paso
que en otro hubo hormiguero,
le pone todo su esmero
y le coloca una chapa
que ha hecho en forma de tapa
entre el candao y el ahujero.

Si le pide agarradera
o liviano se lo ha herrao,
le pone mucho cuidao
porque es de él la manera.
Pienso: no es pa'cualquiera
¡que oficio de tradición!,
y lo nombro en la ocasión
como fiándole un pucho
por campero y por ducho
orgullo pa'mi nación.





miércoles, 7 de marzo de 2018

L'alborada

(Pintura: Silvia Arambarri)


La sombra como asustada
se escondió entre el pajonal,
esquivándosele  al pial
que le tiró l’alborada;
en un charco reflejada
se miró la última estrella
y al verla plateada y bella
a l’agua de la laguna
parecía que la luna
se estaba bañando en ella.

El lucero’e la mañana
se perdió rumbo al poniente,
y el sol asomó su frente,
roja, ardiente, soberana;
sus vivos tintes de grana
cargó en unos nubarrones:
en los camperos fogones
quedó solo el bracerío
e hinchando su lomo el río
se hundió en unos cañadones.

Volvió el bullicio y asombra
al quebrar con gran derroche
el silencio de la noche
que huyó junto con la sombra;
sobre la mullida alfombra
que se tiende en la llanura,
ha engarzado con figura
el rocío, sus brillantes,
cual lagrimones de amantes
arrancaos por l’amargura.

Es la hora fresca y serena
en que la pena se olvida,
y amamos más a la vida
pues la sentimos más buena.
Y todo nos encadena
a las cosas de este suelo,
alcanzando un gran consuelo
pa’ la mayor aflición:
¡cómo si su bendición
nos la diera el Dios del cielo!

viernes, 2 de marzo de 2018

Al tañido del cencerro


(Pinturas: Aldo Chiappe)



1
De sol a sol galopando,
en mis camperas andanzas
aprendí las enseñanzas
que la huella me jué dando
y a medida que juí ahondando
el alma de mis baguales
vide que hay muchos más males
en la humana condición
al comprender la lección
que nos dan los animales.
2
El ser humano se cree
el animal superior
y puede qu’esté en error
tenerse tamaña fe
los misterios del por qué?
naides lo sabe a concencia
ni jamás podrá la cencia
decifrar el laberinto
si es mejor vivir a instinto
o vivir a inteligencia.
3
Cuando salgo a tropillar
con mis overos y bayos
como chicos mis caballos
se largan a retozar
mas si se empieza’alejar
la querencia preferida
como a señal convenida
s’entablan como hermanitos
y ansí marchan serenitos
por la huella de la vida.
4
La nobleza es condición
esencial del yeguarizo
es amoroso y sumiso
con el humano patrón
asustado es un ciclón
que no respeta barrera
y el que dominarlo quiera
con pasensia y suavidad
tuito lo conseguirá
si usa este modo y manera.
5
“Pena” se llama la “oscura”
madrina de mi tropilla
andariega como ardilla
y donosa en su figura
en la huella no se apura
ni se deja aventajar
como fiera entra a mojar
sus oreja’a los intrusos
hasta desfilar los chuzos
como cuentas de un collar.
6
Mi chiflido es como rienda
que la endilga y la sujeta
con un solo silbo se aquieta
como una mimosa prenda
y aunque la manea desprenda
nunca atina a disparar
dándome tiempo a montar
el más pronto aligerao
que ha de quedar sosegao
como santo en un altar.
7
Se celan por disputarse
el amor de la madrina
y para el lao que camina
porfían por atracarse
y no hacen más qu’estorbarse
por aparearse a la par
mas después de largo andar
amagando tarascones
establecen posiciones
que no han de modificar.
8
Mesmo entre los animales
domina el más prepotente
y el más bravo para el diente
se impone por sus cabales
si alguno de los baguales
intenta a otros vandear
ve dos patas levantar
como diciéndole el gesto:
“Camina a ocupar tu puesto
y dejate de embromar”.
9
Al llegar a un arroyito
entran recelando el barro
mientras que pito un cigarro
para dar un resuellito
me apeo y como un perrito
se viene el más regalón
como diciendo: “Patrón,
vengo buscando cariño
para que mi alma de niño
cobre guapeza de león”.
10
El que’s gaucho cuando arrea
va con atención prolija
y en los detalles se fija
por más mezquino que sea
no es raro que sepa y vea
al flete que se ha enfermau
si al trote despatarrau
va a los pujos y mosquiadas
con las orejas volcadas
en la cola rezagau.
11
A un charquito hay que arrimarlo
o echarlo a un corral de oveja
y hasta que orine lo deja
que’s cencia para curarlo
de la puntita del marlo
la cerda le arrancará
sus riñones palmeará
después de buena sangría
y verá con alegría
que su pingo sanará.
12
Hay que sujetar tranqueando
a las tranqueras que llega
para arrocinar la yegua
a no salir disparando
tranquilo podrá ir cinchando
sin andar con apurones
que siempre los mancarrones
se enloquecen de impacencia
cuando rumbo a la querencia
divisan las poblaciones.


13
En campo abierto o camino
el que ha resereao lo sabe
que la madrina es la llave
para llegar a un destino
hay que confiar en el tino
que’lla tiene pa’ rumbear
y el que se llegue a extraviar
en noche oscura o nieblina
siga el rumbo’e la madrina
que a las casas irá a dar.
14
Entre cerros o llanura
suelte su pingo confiao
que caballo amadrinao
con otro no se mistura
y en la noche más escura
a la tropilla sin yerro
la rastreará como perro
sin que lo engañe el oído
descubriendo en el tañido
el sonar de su cencerro.
15
Póngalo de cara al viento
si resuello quiere dar
la cincha debe aflojar
y con más brío y aliento
verá su pingo contento
pero en los días ventosos
cuidado con los nerviosos
y extreme las precauciones
que hasta los mesmos sobones
se embravecen de fogozos.
16
El manso hay que atar primero
y el arisco atar después,
pero aplíquelo al revés
este consejo campero
para desatar certero
no olvidando la lección
qu’esta falta’e precaución
puede tenerlo apurao
deje el mansito enganchau
y desate el ariscón.
17
Observándola tranquear
a una yegua con su cría
hasta el sexo se podría
del potrillo adivinar
la hembrita marcha a la par
o prendida a los garrones
los machos más cimarrones
encabritan su postura
como un grito de bravura:
de adelante los varones.
18
Ningún gaucho que se estime
anda en caballos matau
porque se esmera en cuidau
para que no se lastime
la cincha suave le oprime
si desvastado no está
y aguza prolijidad
con las jergas por blanduras
que sentarse en mataduras
es una infame crueldad.
19
Dende al alba tuito el día
sin el caballo mudar
muchos pingos vi guapiar
trabajados con maestría
y ansí el gaucho se lucía
demostrando su proeza
sin cometer la torpeza
de los tantos chapetones
que hoy matan los mancarrones
a golpes por la cabeza.
20
Basta mirarle el montau
la vestimenta, el apero
para que el juicio certero
de un hombre quede formau
si es mugriento y si es dejau
nada espere de su ruina
es un muerto que camina
y al ver su alma despreciada
como no halla amor en nada
solo maldades maquina.
21
El maturrango y chambón
dende lejo’es conocido
siempre el caballo exigido
lo acosa a lonja y talón
no le da alce una ocasión
aunque lo vea reventar
ignora que maltratar
a un pingo con el rebenque
es convertir en palenque
el chuzo más ejemplar.
22
El animal garroteau
ve en el hombre un enemigo
y jamás ya, se hace amigo
porque queda resabiau
el potro que’s amansau
a palos de redomón
será maniero y cansón
y el día que apurao esté
lo habrá de dejar d’apie
aunque lo clave a talón.
23
Hay que embromarse aparcero
y dar las extraordinarias
pa’ tratar con maquinarias
no hay como el hombre extranjero
mas no lo meta a resero
que al ñudo son los candiales
será para peor de males
que usté le dé el mejor pingo
no hay ser más torpe que el gringo
pa’ lidiar con animales.
24
Bajo el gran templo pampeano
que se extiende al infinito
moría el eco del grito
con mi oración de baquiano
sumido en profundo arcano
pensaba en la humanidad
que alardea su falsedad
de estarnos civilizando
mientras al mundo sangrando
lo enluta con su impiedad.
25
Y entre el polvo del camino
que envolvía mi existencia
rumiaba amarga experiencia
de nuestro humano destino
leyendo el libro divino
de la natura sagrada
vi más Dios en la mirada
de las bestias con el don
de saber por intuición
qu’en la vida ‘somos nada’.
26
Salí como a recorrer
el campo, y la vista extiendo
queda mucho lo comprendo
que investigar y aprender
d’un tirón no puede ser
qu’explaye mi observación
voy atracarme a un jogón
para liar otro embuchao
y aquí sofreno el montao
de mi gaucha inspiración.


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*Tomamos las 26 décimas de este verso del ejemplar N° 289 de la Revista "La Carreta" (Avellaneda).
Es fácil de verificar que carece de puntuación, como también de unificación de criterio en determinadas expresiones (de pronto se dice 'sosegao', y por ahí nomás 'rezagau').
Valga lo transcripto hasta que encontremos una versión más prolija.
Creemos que es un verso que vale conocer, sobre todo por quien fue su autor, "El Patriarca de los Gauchos".

*Anotación de don Carlos Raúl Risso.

jueves, 1 de marzo de 2018

Malaya hubiera un camino


(Foto: Celine Frers)



¡Malaya hubiera un camino
que nunca y nunca bajase!
como pa' medir la vida
que me queda por delante.

Pura piedra y cuesta arriba
calor como pa' secarse,
¡Malaya hubiera un camino
que nunca y nunca bajase!

Pura piedra y cuesta arriba,
calor como pa' secarse...
Pura piedra y cuesta arriba
yo, mi caballo y más naides...
¡Malaya hubiera un camino
que nunca y nunca bajase!
Como pa' medir la vida
Que me queda por delante

Al cielo no llegaría
pero cerquita, ¿quien sabe?
¡Malaya hubiera un camino
que nunca y nunca bajase!


Romance de la copla perdida


(Foto de 'Tatatío' Lino y dibujos de Guantay, tomados del CD "Agua'i sido" de Valentín Chocobar)


La copla se hace redonda
para dormirse en el pecho,
 y la despiertan de noche
los alaridos del viento.

Manadas de azules sombras
apuñalan al silencio,
y en el rodar de los ríos
se pone a llorar el cerro.

En las espuelas del gaucho
una canción va naciendo.
La noche va por los campos
con una humedad de besos.

La copla mueve sus alas
para lanzarse a los vientos.
Y el hombre se queda solo,
parado frente a un recuerdo

No te vayas canto mío;
sigue durmiendo en mi pecho.
Te están aullando en la noche
todos los lobos del viento.

Mi corazón te acunaba
para siempre y desde lejos,
para que en noches oscuras
le dieras luz a los sueños.

Para qué despedazarte
por el breñal de los cerros,
si ya están llenas las sendas
de ausencias que fueron versos.

Golpeando los guardamontes
voy espantando silencios.
No quiero quedarme solo
parado frente a un recuerdo.

Mi canto estaba dormido
acurrucado en el tiempo,
pensando en auroras nuevas
yo lo traje desde lejos.

Floreció en mi soledad
para endulzar el silencio
hasta que lo despertaron
los alaridos del viento.

Qué adorno pondré a mi rancho
para alegrar mi regreso,
si mi copla se ha fugado
con el aire bandolero.

Entre la noche y el alba
la vida se nos va yendo.
Entre el ayer y el mañana
se nos muere el mejor sueño.

Mi copla se fue de noche
por los caminos del cerro.
Y yo me he quedado solo;
parado frente al recuerdo.

El descolgao


(Pintura: Gustavo Solari)



Anda solo por el pago
ya naides sabe si existe...
Anda solo por el pago
ya naides sabe si existe,
fue blanco pa' todo chiste
y a veces pa' algún pechazo
cuando llegaba de paso…
a entibarse con alpiste.

Cuantos años han pasao,
más de treinta si no le erro,
su llegada era un cencerro
que alborotaba al gentío
en medio del tierrerío
y el ladrido de los perros.

Hombre de plata, hijo 'e rico,
traiba tela que era un lujo
pa' fantasear era un brujo
sacaba de cualquier lao:
verde, marrón, colorao
y nunca se fue en reflujo.

Andaba en un auto grande
y empilchaba que era un rey,
era amigo de la ley
y en la misa era una estampa
y usaba un cabo de guampa…
como pa' afeitar a un guey.

Una vez, porque Dios quiso,
la cosa se puso fiera,
se aflojaron las tranqueras
y el ganao dentró a marchar
y todo fue a terminar…
como quiera y pa' ande quiera.

A medida que el viandazo
se ponía mas cargoso
supo andar medio sarnoso
jetiando algún kerosen,
de ese que dicen también
que es vino envasao "en coso".

Pasó de estanciero a croto
sin que ni cuenta se diera,
de un chapiao a una bajera,
de un tirador a un piolín
y de un pingo saltarín
a las patas en salmuera.

Anduvo vendiendo leche
y cortando paja brava,
alguna vez conversaba
con el sauce del molino
de las cosas que el destino
sin compasión…le apilaba.

Padre rico, madre rica
pero pobres pa' la rienda,
lo mandaban pa que aprienda
con un maestro pagao
y ansí vivió descolgao
con menos amor que hacienda.

Cada remate era un toco
que ni él siquiera tocaba,
siempre le daba la taba
la parte menos prolija:
no hay infeliz que de fija
apriete cuando otro clava.

De todo supo tener
menos mujer pa' querer,
nunca se arriesgó a perder
en cosas del corazón
y aura está medio viejón
y no se anima a poder.

Todo es negro en la razón
cuando se pierde a destajo,
de tanto mirar pa' abajo
se pierde hasta la noción
y hasta suele el corazón
andar jineteando al cuajo.

Meter la vida en un tacho
como si fuera basura
es negarle al mundo anchura,
es renegar del creador,
es arrancar una flor
pensando en la sepultura.

Tantos años han pasao,
tanta nada en su existencia,
cuanto estudirá la cencia
pa saber que hay mas allá
y algunos de tan acá
no tienen ni providencia.

Alambrao que no se cuida
se viene abajo de a poco,
cualquier matungo bichoco
se da el lujo de bandearlo:
a los años hay que andarlos
ni muy quedao…ni a lo loco.

-“Pobre hombre”, dicen algunos,
-“Que reviente” dicen otros
y cado uno muenta el potro
que más fácil le parece
pero que mucho nos pese:
cada “aquel” es un “nosotros”.

Que poco valen las cosas
cuando el sol no está en la mente;
la vida es un de repente
que nos da y nos quita todo
y cuando nos tapa el lodo
no sirve aprietar los dientes.

Anda solo por el pago
ya naides sabe si existe
fue blanco pa' todo chiste
y a veces pa' algún pechazo
cuando llegaba de paso
a entibiarse con alpiste.


Fragmento de Catalino Paredes

(Pintura: Juan Léon Palliere)




Estos fragmentos de Catalino Paredes, 
aclaro que es nombre imaginario
por simple respeto a su verdadero nombre y memoria...
Son alguna de unas cuantas cuartetas más
que cada tanto me aparecen
recordando a aquellos hombres 
que hicieron la época anterior a la que yo vivo
y que por suerte conocí a alguno de ellos.

Tal vez porque en los pueblos de campaña o del interior,
como se suele decir,
tardan más en perder los recuerdos 
y los ayeres están mas cerca que en las grandes ciudades.
El tiempo alcanza para cada cosa
y dentro de esas cosas
está el tiempo que el hombre
se toma para que su tiempo
no se le pierda en un tiempo demasiado próximo.

Yo creo que hay hombres que se mueren para siempre y otros no,
creo que se muere para siempre el que quiere vivir para siempre
y creo que el apuro es una de las formas de morir para siempre...
No se le pueden ver los ojos a un niño que pasa corriendo frente a nosotros:
por eso mismo creo que un hombre que pasa corriendo delante de todo
no tiene tiempo para hacer algo tan importante
como la vida que derrocha y es una forma de morir para siempre.

A su manera y sin mucho apuro
don Catalino Paredes fue en el pueblo
un escalón mas de los que tantos hombres como él fueron, 
para que los demás pudiéramos ver desde un poco
mas arriba lo que nos mantenía un poco mas abajo
El sabía darle una mano a cualquiera
cualquiera fuera la divisa del que pedía,
la suya era la única que sirve, la de gaucho argentino.
Siempre tuvo poco para dar, y lo dio.

Él, Don Catalino, como casi todos los de esa época,
solía mostrar por sobre el borde de la faja
el cabo de plata del cuchillo o la culata del 38 lechucero
pero él, como casi todos, jamás le apagó un chumbo a nada que no fuera un gato 
o algún cordero de origen dudoso
pero era de hombres el andar calzao
y más cuando se era medio dueño de casa en el comité.
Él se encargaba de prepararle el terreno 
a los que venía de otros pueblos a decir el discurso principal.

En todos los actos estaba el mismo público,
era algo así como un entretenimiento gratis
como ir a la estación a ver el tren cuando le tocaba
si mal no recuerdo, los pares al sur y los nones para adentro...
ya no corren más los trenes tampoco.
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Si yo no lo hubiera visto,
diría que esto es un cuento,
un bolazo nada más
pa´ hacer reir un momento,
que uno a veces dice cosas
de a dieces como de a cientos
y ande quiere fantasiar
le va poniendo el acento.

Por eso si no lo veo
no lo hubiera imaginao
Don Catalino Paredes,
el del poncho colorao..
Me dijeron que da risa,
y que siempre anda mamao
amontonando miseria,
rotoso y amugrientao,
que se mete en el boliche
y que se duerme sentao
que habla solo, y que de a ratos
hasta parece un finao.

Don Catalino Paredes,
el del poncho colorado,
si yo no lo hubiera visto
no lo hubiera imaginao.

Viene de lejos la cosa,
y otra cosa era el poblao:
políticos, comiteses,
matones y matoniao,
cuartos oscuros pa' algunos,
pa´ otros iluminao,
promesas medias chupadas,
taba cargada y asao;
canana con dos pistolas
plomo Dum Dum o Cruzao,
era la ley del caudillo
aunque no fuera votao.
Él siempre arregló la cosa
y el caso mas embrollao
fue amigo del intendente,
del dotor y el diputao
pero nunca negó una gauchada
ni al pobre mas disgraciao.
Don Catalino Paredes,
el del poncho colorao...

Él hablaba en las estancia,
en la plaza, y el tablao:
del hospital, de la escuela
y del poncho colorao.
Decía que la injusticia
era un paquete heredáo
y que el que la apadrinaba
tenía todo estudiáo,
que si ganaban ya naides
iba andar desamparáo
por la patria y la bandera...
y el ponchito colorao.

Por eso, si no lo veo,
no lo hubiera imaginao:
amontonando miseria,
solo, triste y aporreao;
él, que bancó la parada
del tirador más mentao
hoy ya ni pisa la taba
por miedo a echar una blanquiao
¡que santo andará esperando
su corazón acabáo,
viejo pedazo de tierra
que nunca tuvo candáo
Don Catalino Paredes,
el del poncho colorao!