viernes, 2 de marzo de 2018

Al tañido del cencerro


(Pinturas: Aldo Chiappe)



1
De sol a sol galopando,
en mis camperas andanzas
aprendí las enseñanzas
que la huella me jué dando
y a medida que juí ahondando
el alma de mis baguales
vide que hay muchos más males
en la humana condición
al comprender la lección
que nos dan los animales.
2
El ser humano se cree
el animal superior
y puede qu’esté en error
tenerse tamaña fe
los misterios del por qué?
naides lo sabe a concencia
ni jamás podrá la cencia
decifrar el laberinto
si es mejor vivir a instinto
o vivir a inteligencia.
3
Cuando salgo a tropillar
con mis overos y bayos
como chicos mis caballos
se largan a retozar
mas si se empieza’alejar
la querencia preferida
como a señal convenida
s’entablan como hermanitos
y ansí marchan serenitos
por la huella de la vida.
4
La nobleza es condición
esencial del yeguarizo
es amoroso y sumiso
con el humano patrón
asustado es un ciclón
que no respeta barrera
y el que dominarlo quiera
con pasensia y suavidad
tuito lo conseguirá
si usa este modo y manera.
5
“Pena” se llama la “oscura”
madrina de mi tropilla
andariega como ardilla
y donosa en su figura
en la huella no se apura
ni se deja aventajar
como fiera entra a mojar
sus oreja’a los intrusos
hasta desfilar los chuzos
como cuentas de un collar.
6
Mi chiflido es como rienda
que la endilga y la sujeta
con un solo silbo se aquieta
como una mimosa prenda
y aunque la manea desprenda
nunca atina a disparar
dándome tiempo a montar
el más pronto aligerao
que ha de quedar sosegao
como santo en un altar.
7
Se celan por disputarse
el amor de la madrina
y para el lao que camina
porfían por atracarse
y no hacen más qu’estorbarse
por aparearse a la par
mas después de largo andar
amagando tarascones
establecen posiciones
que no han de modificar.
8
Mesmo entre los animales
domina el más prepotente
y el más bravo para el diente
se impone por sus cabales
si alguno de los baguales
intenta a otros vandear
ve dos patas levantar
como diciéndole el gesto:
“Camina a ocupar tu puesto
y dejate de embromar”.
9
Al llegar a un arroyito
entran recelando el barro
mientras que pito un cigarro
para dar un resuellito
me apeo y como un perrito
se viene el más regalón
como diciendo: “Patrón,
vengo buscando cariño
para que mi alma de niño
cobre guapeza de león”.
10
El que’s gaucho cuando arrea
va con atención prolija
y en los detalles se fija
por más mezquino que sea
no es raro que sepa y vea
al flete que se ha enfermau
si al trote despatarrau
va a los pujos y mosquiadas
con las orejas volcadas
en la cola rezagau.
11
A un charquito hay que arrimarlo
o echarlo a un corral de oveja
y hasta que orine lo deja
que’s cencia para curarlo
de la puntita del marlo
la cerda le arrancará
sus riñones palmeará
después de buena sangría
y verá con alegría
que su pingo sanará.
12
Hay que sujetar tranqueando
a las tranqueras que llega
para arrocinar la yegua
a no salir disparando
tranquilo podrá ir cinchando
sin andar con apurones
que siempre los mancarrones
se enloquecen de impacencia
cuando rumbo a la querencia
divisan las poblaciones.


13
En campo abierto o camino
el que ha resereao lo sabe
que la madrina es la llave
para llegar a un destino
hay que confiar en el tino
que’lla tiene pa’ rumbear
y el que se llegue a extraviar
en noche oscura o nieblina
siga el rumbo’e la madrina
que a las casas irá a dar.
14
Entre cerros o llanura
suelte su pingo confiao
que caballo amadrinao
con otro no se mistura
y en la noche más escura
a la tropilla sin yerro
la rastreará como perro
sin que lo engañe el oído
descubriendo en el tañido
el sonar de su cencerro.
15
Póngalo de cara al viento
si resuello quiere dar
la cincha debe aflojar
y con más brío y aliento
verá su pingo contento
pero en los días ventosos
cuidado con los nerviosos
y extreme las precauciones
que hasta los mesmos sobones
se embravecen de fogozos.
16
El manso hay que atar primero
y el arisco atar después,
pero aplíquelo al revés
este consejo campero
para desatar certero
no olvidando la lección
qu’esta falta’e precaución
puede tenerlo apurao
deje el mansito enganchau
y desate el ariscón.
17
Observándola tranquear
a una yegua con su cría
hasta el sexo se podría
del potrillo adivinar
la hembrita marcha a la par
o prendida a los garrones
los machos más cimarrones
encabritan su postura
como un grito de bravura:
de adelante los varones.
18
Ningún gaucho que se estime
anda en caballos matau
porque se esmera en cuidau
para que no se lastime
la cincha suave le oprime
si desvastado no está
y aguza prolijidad
con las jergas por blanduras
que sentarse en mataduras
es una infame crueldad.
19
Dende al alba tuito el día
sin el caballo mudar
muchos pingos vi guapiar
trabajados con maestría
y ansí el gaucho se lucía
demostrando su proeza
sin cometer la torpeza
de los tantos chapetones
que hoy matan los mancarrones
a golpes por la cabeza.
20
Basta mirarle el montau
la vestimenta, el apero
para que el juicio certero
de un hombre quede formau
si es mugriento y si es dejau
nada espere de su ruina
es un muerto que camina
y al ver su alma despreciada
como no halla amor en nada
solo maldades maquina.
21
El maturrango y chambón
dende lejo’es conocido
siempre el caballo exigido
lo acosa a lonja y talón
no le da alce una ocasión
aunque lo vea reventar
ignora que maltratar
a un pingo con el rebenque
es convertir en palenque
el chuzo más ejemplar.
22
El animal garroteau
ve en el hombre un enemigo
y jamás ya, se hace amigo
porque queda resabiau
el potro que’s amansau
a palos de redomón
será maniero y cansón
y el día que apurao esté
lo habrá de dejar d’apie
aunque lo clave a talón.
23
Hay que embromarse aparcero
y dar las extraordinarias
pa’ tratar con maquinarias
no hay como el hombre extranjero
mas no lo meta a resero
que al ñudo son los candiales
será para peor de males
que usté le dé el mejor pingo
no hay ser más torpe que el gringo
pa’ lidiar con animales.
24
Bajo el gran templo pampeano
que se extiende al infinito
moría el eco del grito
con mi oración de baquiano
sumido en profundo arcano
pensaba en la humanidad
que alardea su falsedad
de estarnos civilizando
mientras al mundo sangrando
lo enluta con su impiedad.
25
Y entre el polvo del camino
que envolvía mi existencia
rumiaba amarga experiencia
de nuestro humano destino
leyendo el libro divino
de la natura sagrada
vi más Dios en la mirada
de las bestias con el don
de saber por intuición
qu’en la vida ‘somos nada’.
26
Salí como a recorrer
el campo, y la vista extiendo
queda mucho lo comprendo
que investigar y aprender
d’un tirón no puede ser
qu’explaye mi observación
voy atracarme a un jogón
para liar otro embuchao
y aquí sofreno el montao
de mi gaucha inspiración.


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*Tomamos las 26 décimas de este verso del ejemplar N° 289 de la Revista "La Carreta" (Avellaneda).
Es fácil de verificar que carece de puntuación, como también de unificación de criterio en determinadas expresiones (de pronto se dice 'sosegao', y por ahí nomás 'rezagau').
Valga lo transcripto hasta que encontremos una versión más prolija.
Creemos que es un verso que vale conocer, sobre todo por quien fue su autor, "El Patriarca de los Gauchos".

*Anotación de don Carlos Raúl Risso.

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