"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
Querido Niño Jesús,
te he venido a saludar,
hoy he querido acallar
todas las voces de ajuera,
pa' que tengamos siquiera
un rato pa' conversar,
El pesebre está muy solo,
todos andan ocupados,
no es que te haigan olvidado
ni es que no piensen en vos,
solamente Niño Dios
andan medios preocupados.
Es por eso que he venido
a visitarte un ratito…
y a traer estos huevitos
que esta mañana he juntado,
y este pan recién horneado
y este cuero de cabrito…
A la orilla del aljibe
dejaré mis alpargatas…
No quiero pedirte plata,
quiero pedirte trabajo,
estoy muy pobre caracho,
los chicos andan en patas.
Según el cura me ha dicho,
no hay que sentarse a esperar.
También se debe pechar,
de mientras se va rezando,
por eso vengo pechando
pa' ver si puedo arrancar,
Ahora que estamos solos,
quiero pedirte un favor,
cuando me llegue el dolor,
la vejez, la enfermedad
o la mesma soledad,
no me abandones Señor.
Te propongo Niño Dios
equilibrar la balanza,
yo voy a tener confianza
en que me vas a cuidar
y vos me vas a alumbrar
con la luz de la esperanza.
Nací en el campo y me crié
igual que el “cardo castilla”,
y los males en tropilla
desde chico soporté,
y sin más motivo qué
mostrarme alegre y contento
le canto a los cuatro vientos
en los fogones rurales
mezclao entre los mensuales
y peones de campamentos.
Aunque de hazañas no hay nada
si voy a contar mi vida
yo contaré las perdidas
que otro cuente las ganadas;
me mido en la atropellada
cuando hay que salvar escollos,
en esta razón de apoyo
y perdón si me equivoco,
prefiero pialar con poco
que errarle con muchos rollos.
Soy, pa’ ser más caballero,
buen perdedor cuando pierdo,
me gusta más si es por lerdo
que por demasiao ligero,
sentador y pescuecero
a las mala’ y sus embates
y aunque disimular trate
los desengaños me han hecho
tremendo cayo en el pecho
como al avestrú’en el mate.
Detesto la fantasía
y por gusto de florearme
no me verán adornarme
con plumas que no son mías,
y no aprendí todavía
a mentir como a porfiar,
soy cuero sin macetear,
me sobó la mala suerte,
rústico pero más fuerte
que bozal de palenquear.
Soy tronco de árbol añoso
sasonao por una serie
de inviernos a la intemperie
y veranos calurosos;
precavido, respetuoso,
modesto, más bien callao,
y si pretende un mal criao
sobrarme con sus diabluras
¡qué no se cargue de achuras
porque el mondongo es pesao!
Yo tengo un hijar mediano,
que anduvo pegao al basto
y acolchonando los pastos
para dormir en verano.
En parte medio tobiano
por los rigores del uso,
vaya a saber en qué chuzo
supo andar como pellejo,
a mí me lo trajo un viejo
que lo llamaban “El Ruso”.
Me contaron que este cuero
que denota poca cosa
también acampó en la choza
guareciente del matrero,
galopó con el resero
por el desierto pampeano,
fue el amparo soberano
de la gente en las boleadas,
y de noches resabiadas
en los sueños del baquiano.
El paisano precavido
en aguacero y helada
en las pajas coloradas
hizo un hueco protegido,
arriba puso tendido
el cuero pelaje afuera
y pa’ que no se moviera
con hueso o alguna guampa,
le puso una estaca pampa
con tientos de la encimera.
No confundir al hijar
con la parte de la ijada,
son dos cosas separadas
ni siquiera similar,
un caballo al realizar
una tarea pesada
aumenta la resollada
y entre costilla y cadera
fíjese de que manera
hace temblar las ijadas.
Diferencias sustancial
que le recalco mi amigo,
uno, hecho para abrigo
el otro, vida animal
al invento original
de variada aplicación
lo mantengo en el galpón
aparcereando un estribo
porque olfateando percibo
perfume de tradición.
La estrella del poniente
me va alumbrando
por esta huella larga
que voy andando.
Me apuran la nostalgia
tal vez por eso
se estiran la distancia
en el regreso.
No afloje mi estrellero
que su alegría
venteándolo al pampero
también es mía
Voy galopeando pampa
por trebolares
que cerca estoy del pago
no hay quién me pare,
larairalarailaila,larairalarailaila,
que cerca estoy del pago
no hay quién me pare.
Rodé por muchas huellas
tras mi destino
como los cardos rusos
por los caminos.
Y vuelvo a la querencia
marchita el alma
igual que pasto puna
por la heladas.
No afloje mi estrellero
que su alegría
venteándolo al pampero
también es mía
voy galopeando pampa
por trebolares
,qué cerca estoy del pago
no hay quién me pare,
larairalarailaila,larairalarailaila,
qué cerca estoy del pago no hay quién me pare.
Se oye cantar un hornero
desde el filo de una rama
y con su silbido llama,
a lo lejos a otro hornero.
El sol ya se viene entero
asomando desde el alba
y se extiende como el agua
sobre su cauce infinito,
mi canto parece un grito
al azul de la mañana.
Ya levantando el rocío,
desde los pastos mojados
el cielo, antes estrellado,
se ha perdido en el camino.
El día es el peregrino
que el tiempo dejó olvidado
y en un andar trasnochado
de penas y desventuras,
y todas sus amarguras,
las lleva desconsolado.
Luego, en la siesta cansada
el día pierde su brillo;
el sol parece un membrillo
de semillas coloradas.
Las horas, como si nada,
borran su tinte amarillo
y se oye el canto de un grillo
que en la noche va a esparcirse;
su canto, es el canto triste,
de algún paisano sencillo.
De pronto, ya todo es calma,
solo el silencio se siente
y en un gemido creciente,
se oye hasta el latir del alma.
La noche, como una palma,
abre su mano doliente
y se encienden nuevamente
las estrellas silenciosas;
cansao, el día reposa,
su sueño de amor ausente.
Atención pongan si quieren,
Que vi'a a pintar de ande vengo.
Sangre pampa es la que tengo,
Sangre fuerte, bien parida.
Son herencias recibidas
De mis mayores, sostengo.
Así me hablaba mi padre,
Con tono lento y sereno;
Firme en momentos y bueno,
Versos criollos, sentencioso,
Era pa' mi religioso
Y escucharlo muy ameno.
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"No es bueno andar alardeando De saberes muy profundos. No ha de faltar en el mundo El que tu palabra enmiende: Hasta el hombre más baqueano Todos los días aprende. Desconociendo la cancha No atropelles sin mirar, Nadie puede calcular Donde se esconde una trampa: Pa' quien galopa en lo oscuro Cualquier pocito es barranca. Si un amigo verdadero Te acomoda algún “guascazo” Aguantate el cimbronazo Y pensá sin buscar guerra: La mula patea el estribo, Pero es segura en la sierra. Allá donde tengas mando, Trata de ser indulgente, Mas contra los insolentes Conozco remedio bueno: A pingo duro de boca, De pata larga es el freno. El hombre debe andar solo Sin apoyarse entre hermanos, No convienen muchas manos Pa' dirigir una casa: El lazo tiene ocho tientos, Pero es un hombre el que enlaza. Mire, mi hijo…en lo que empiece, trat'e darle conclusión Nadie niega esta razón Del uno hasta el otro polo: No es domador el que muenta, Sino el que se baja solo. Evite los zalameros Que a todo le juegan risa, Prefiera el hombre que pisa Bien asentao en las plantas: Es áspero el cuero crudo, Pero es el que más aguanta. Las cosas más importantes Dan los mejores provechos. No le mezquines el pecho Y saliles al encuentro: Cuanto más hondo sea el río Más pescados tiene adentro. Aunque el discurso sea largo No por eso, ha de ser cierto, Dejá que los inexpertos Lo escuchen con homenaje: Por el largo del cuchillo, No se calcula el coraje. Solo los hombres muy hombres Se reconocen culpables. Cuando de esto alguien te hable, Recordá la diferencia: No conozco ni un ladrón Que no ha gritao su inocencia. Y así me hablaba mi padre, su consejo fue mi herencia. Quisiera tener si ciencia, Su presencia, tan querida, Fue su patrón en la vida: Solo Dios y su conciencia.
Y terminaba diciendo:
Pa’l hombre que vive libre No hay camino desparejo. Clavá las vistas muy lejos, Pues ande quiera que estés, Por grande que sea el mundo Te queda bajo los pies.
Sos linda, pero chúcara y artera...
Carnes de nubes y ojos estivales,
coloriaste esos labios infernales
bebiendo sol poniente en la tranquera.
Linda... para encontrarte en la pradera
durmiendo entre jugosos pastizales
cuando haga en el ollar de los baguales
su nervioso fogón la primavera!
Yo cortaría el tiento que me amarra,
con la violencia de una fiera en celo;
y llevando la seda de tu pelo
como pendón de muerte en mi moharra,
me iría con tu voz en la guitarra
y un adiós de galope en el pañuelo.
(Fragmento del poema dramático "1904- Luna Roja", en tres actos y un cuadro del autor)
Tercer acto, escena III
Tengo una novia celeste
pero no puedo alcanzarla...
Me gritan las Tres Marías
en tres sílabas: "Te-aaa-ma!"
Subo mi potro azulejo;
me pierdo en la noche clara;
voy polvoriento de estrellas
ganando las horas altas,
pero hallo la Cruz del Sur
siempre como atravesada...
Entonces, se desconcierta
llena de luz la mirada.
La noche mira tan hondo
que tengo celeste el alma.
Mis nazarenas de fierro
brillan de luna y escarcha.
Por momentos, me encariña
campiña azul, donde viajan
enriqueciendo la noche
borregos de nubes blancas.
Mi potro quiere seguir,
y ganarse la olvidada
pontezuela de la luna;
pero no hallamos picada.
Buscándola, nos envuelven
las madreselvas del alba,
y sin comprender por qué
topamos con tierra arada.
Y allí, desde el tajamar,
muy desvaídas...: "Te-aaa-ma!"
Y a mí me da por pensar
que las estrellas me engañan.
...................................................
pág. 99 del libro "1904- Luna Roja" editado por SELA. Montevideo - Buenos Aires Impreso en la Argentina en 1957
Al río Yi
El río, rumbo que canta,
fue mi maestro primero;
junto a su espejo viajero
creció indígena mi planta;
él me puso en la garganta
las voces elementales,
cuando en tardes estivales
pasaba verde su canto,
como un torrente del llanto
vertido por los sauzales.
Azul de noches serenas,
penas de cielos nublados,
cantos, de cantos rodados
rodando por sus arenas;
ternuras dichas apenas,
rebeldías desbordadas,
súbitas luces robadas
a los cielos invernales,
cual si templara puñales
en sus entrañas heladas!
También yo templaba un rayo;
con avaricia febril,
juntaba estrellas de abril
para los versos de mayo.
Miré pasar, de soslayo,
mis colores alboreros;
buscaba los verdaderos
acordes del sentimiento,
junto al relincho del viento
desflecado en los esteros.
Y ambicionaba el arrullo
milenario de mi río,
para hacer el viaje mío
con la música del suyo;
cierta noche, en que un cocuyo
pitaba en su placidez
alcé mi canto y tal vez
por orgullo, o por halago,
me puso el cielo del pago
con estrellas a los pies.
Y crucé por su picada
milagrosa de reflejos,
y él me ascendió cantos viejos
por la sangre iluminada;
limpia luna, cincelada
por su peregrinación,
cuajó el primer medallón
de mi rastra; y ya en la orilla,
me encendió la maravilla
del lucero en el talón!
Destino dulce, y amargo,
de rumoroso sendero,
salí armado, caballero
del canto y del viaje largo;
he dejado, sin embargo,
tan honda raíz en él,
que aún soy sobre el tiempo, aquel
muchacho del mojarrero
que hizo un sueño marinero para un barco de papel..
Por culpa de decir "quiero"
como en el truco jugando,
aquí me tienen cantando
al lao de este compañero;
les pido perdón primero
y aunque conozco el oficio
pa'dir despuntando el vicio
agradezco la invitada,
toy contento en la volada
como abogao en un juicio.
........................................... Floreo: Sabe que me ha entusiasmao esa canción y me halaga, pero siento que su daga muy adentro me ha chuceao, el indio se me ha respetao y retoza de contento al sentir en su instrumento tan lindas melodías, a un genio de Echeverría en la patria de Sarmiento. ........................................
Soy poco conversador
no las presumo de gallo,
observo, escucho y me callo,
casi siempre es lo mejor.
Si me aqueja algún dolor
busco alivio en el ungüento,
siempre canto lo que siento
con toda sinceridad
y en prueba de mi amistad
nunca he vivido de cuentos.
................................................ Floreo: Esa milonga surera con sabor a nativismo cultiva el patriotismo y hace honor a mi bandera, retumba en la cordillera de este pueblo americano Ullún, San Martín, Belgrano lo oyeran a este negro cantar capaz de resucitar para estrecharle la mano. ............................................
Cuando está fiero el pastel,
nunca meto la cuchara,
a veces ladiar la cara
es mejor que hacerse ver;
se cumplir con el deber,
el que me dicta el destino,
pa'defender lo Argentino
no digo cómo ni cuándo,
y aunque vengan degollando
no me aparto del camino.
............................................. Floreo: Perdone si me he metido como trapo por la hendija, sentí crujir las clavijas y atropellé decidido, Usted es cantor que ha vivido las costumbres del pasao porque ha sido bautizao con cifras, estilos y milongas y no con 'bugis' y 'congas' que de otras tierras han llegao. ..................................................
Hace tiempo ando derecho
como cola de peludo,
le puesto a mi suerte engrudo
hace ya bastante trecho,
si ahura camino el repecho
es una verdad muy cierta,
de que antes no tenía oferta
en la feria'e los varones,
porque andaba a los tirones
como perro en vaca muerta.
........................................... Floreo: Bendito Dios, quién diría, lo nuestro ha vuelto a surgir, hoy yo me puedo morir sonriendo en la patria mía; el folclore es alegría, es el canto, es la amistad, ejemplo en la humanidad que late en los corazones, y orgullo de éstos varones que nos dieron libertad. .........................................
Pa'tratar a la mujer
siempre he sido bien cumplido
y al no ser mal parecido,
tengo suerte en el querer;
si entro a un baile me hago ver
como liebre en un rastrojo
después me priendo y no aflojo
pero siempre de buen modo
y me le afirmo con todo
como chimango en el ojo.
............................................
Floreo: Lo tendrán que disculpar si en algo ha sido imprudente, por levantar el ambiente se pudiera equivocar, también se suele borrar la torcaza de su nido y el paisano mas curtido llora por esa torcaza, estas feas también se casan y duermen con sus maridos... .............................................
En el palenque me espera
mi tobiano coscojero,
es por eso, compañero,
ya estoy mirando pa'juera.
En otra vuelta cualquiera
me arrimaré a este fogón,
agradezco la atención
y aquí va mi mano amiga
que Tata Dios los bendiga
y será hasta otra ocasión.
Domador, que duro oficio
pa’ quien lo quiera ejercer,,
porque además de saber
dominar con sacrificio,
sin admitir ningún vicio
al crudo o al redomón,
él sabrá en cada ocasión
demostrando su pericia
entre rigor y caricia,
decir quién es el patrón.
Los veo de madrugada
mateando junto al fogón
y luego yendo al galpón
a buscar guascas sobadas,
como pa’ hacer amansadas
con potros en el palenque,
y sin mostrar el rebenque
les va sacando cosquillas
por las patas, las costillas,
o por el anca o por la frente.
Cuando el potro se ha entregao
dentran a tratar la boca
y algunos, cuando les toca
colocarles el bocao
lo tironean de montao,
otros los tiran de pie,
poniendo en esto la fe
que al montarlo el primer día,
luego de breve porfía
se entregue sin más porque.
Luego, lo sigue tratando
las mañanas de temprano,
y al mostrarle con la mano
el rebenque, va logrando,
que el potro vaya aflojando
pa’l lao que tiran las riendas,
y pa’ que’sto bien aprenda,
como a parar y arrancar
y el buen galope largar,
todo el campo se hace senda.
Y así siempre en esta lucha
jugándose día a día
en esta dura porfía
aunque su experiencia es mucha,
él bien sabe ¡la gran pucha!
que aquí se juega su honor,
tratando de ser mejor
sin sacar un sancochao,
porque en su alma se ha plantao
¡su orgullo de domador!
Fuiste reina indiscutida
vieja cocina de leña,
y mi memoria se empeña
en recordarte por vida.
Quizá sucia y carcomida
te encuentres en un rincón
el fuego de tu emoción
hoy, te calienta la plancha…
porque hiciste la pata’ncha
junto a tu hermano el fogón.
Te vi en el campo con brillo
bien reluciente y limpita,
cuando la buena abuelita
te frotó con un ladrillo.
Método simple y sencillo
para que luzcas esbelta
y al calorcito que suelta
la llama en una ramita…
mientras el fuego crepita
se hace un bife vuelta y vuelta.
Si habrás quemado ilusiones
junto a quienes te rodeaban
en años en que escaseaban
los lujos y patacones.
Si habrás escuchao los peones
en las frías madrugadas
y esa, tu almita tiznada
debe aguardar todavía
el eco de una alegría
o una pena trasnochada.
Pa’l tiempo’e las choriceadas
te hicieron rendir a pleno,
de humo se fue el caño lleno
con tren en repechadas.
Y se puso colorada
la chimenea con razón
por tu férreo corazón
se desangró la ceniza…
y tu horno doró con prisa
la torta de chicharrón.
Vieja cocina querida
cuantas cosas que vivimos,
en tiempos que compartimos
aquel pedazo de vida.
La nostalgia dolorida
en un nudo retorcido
pero el tiempo no ha podido
sacarte de mi memoria…
vos, sos un cacho de historia
con gusto a mate cocido.
Porque has nacido mujer, milonga,
cantamos juntas
las dos sabemos pisar, milonga,
tierra desnuda,
las dos sabemos crecer, milonga,
bajo la lluvia
las dos sabemos callar, milonga,
pena y bravura,
nadie nos puede enseñar,
llanto y ternura.
Porque has nacido mujer, milonga,
soñamos juntas,
las dos sabemos volar, milonga,
vientos y alturas.
Las dos sabemos amar, milonga,
monte y llanura,
lo que oscurece el vivir, milonga,
y lo que alumbra,
ya ves que somos las dos,
lo mismo que una.
Porque has nacido mujer, milonga,
sobre lo verde,
las dos sabemos perder, milonga,
lo que se pierde,
lo que se deja al vivir, milonga,
siendo silencio,
destino de andar mujer, milonga,
trabajo y sueño,
nadie nos puede enseñar
de ausencia y duelo.
Porque he nacido mujer, hermana,
vos vas conmigo,
se que te puedo llevar
por mi camino.
Las dos sabemos andar
llevando a un niño
y un hombre en el corazón,
amanecido.
¡Quién nos podría enseñar
de entraña y nido!
Porque has nacido mujer, milonga,
cantamos juntas,
las dos sabemos nombrar, milonga,
pena y bravura,
las dos sabremos volar
cobrando altura,
no hay nadie que sepa más, hermana
de espera y luna,
no ves que somos las dos:
lo mismo que una.
Buenos Aires provincia
donde he nacido
es mi pago tan querido.
El viejo río salado
cuando crecido
cruzando campos tendido.
San Antonio de Areco,
Monte, Las Flores,
con Madariaga y Dolores.
Cuna de guitarreros
que son primores,
reseros y domadores.
Lara laralarelo
Larailarelo,
reseros y domadores.
Viene por los caminos,
de lejos llega
el alma de Santos Vega.
Trenque Lauquen, Fortines,
y esas refriegas:
los dos Pincén y Villegas.
En Ranchos, Martín Gomez,
trenzó una vida
con la palabra cumplida.
Tropillas entabladas
van repartidas
en tus estancias queridas.
Lara laralarelo
Larailarelo,
en tus estancias queridas.
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Soy
Soy un cardo de castilla
a la orilla de un camino,
y el reflejo cristalino
del rocío en la gramilla,
cencerro de una tropilla,
atador cortao a vueltas,
soy la yeguada que suelta
retoza con la tormenta
y esas garzas que se asientan
y se alborotan revueltas.
Soy sangrante atardecer
sobre los campos tendidos
y la luna que ha salido
después del anochecer;
calandria que baja al ver
la grasa sobre de un palo,
soy el pingo viejo malo
que le cae al domador
y esa pilcha de valor
cuando viene de regalo.
Soy el toro empacador
metido entre los juncales
y esa yunta de bozales
colgados del corredor,
perfume que da la flor
de la menta o la verbena,
la bomba sapo que resuena
al caer la tardecita
y ese zorro cuando grita
en madrugada serenas.
Soy cabeza de una tropa
que a la salida y trotiando,
la va un gaucho sujetando
en donde la calle topa;
las pilchas con que se arropa
un domador o un resero,
soy la presa del puchero
servido en plato de loza
y esa picana sabrosa
de un macho, negro y ligero.
Entré en aquel recinto poblado de caballos
fijos en los dinteles del trazo prodigioso
y un aura de resuellos y de cascos nerviosos
pobló los horizontes de la tarde de mayo.
Por el ángulo breve de un pedazo de cielo
me deslicé en el cuadro caminando despacio
y bebí la distancia sin las alas del vuelo
hasta la última brizna de la luz y el espacio.
Ah, la magia secreta de ese pincel de artista
que me atrapó en la tela con su gracia imprevista
sin avisar siquiera cómo se vuelve de eso.
Pero del otro lado de la frágil frontera
encontré en mi guitarra la única manera
y cantando una huella aquí estoy de regreso.
Aparceros nacimos
yo y mi caballo,
nos criamos a lo pampa,
igual que el cardo.
Hijos del pais y pobres,
iguales somos,
para hacer esta patria
pusimos lomo.
A la huella, a la huella,
chuzo sureño,
mi overo es orejano
como mi sueños.
A la huella, a la huella,
glorioso día,
cuando canto la huella
la tierra es mía.
Laralalalaila
laralalailalaira....
cuando canto la huella
la tierra es mía.
Somos los entenados
de un viejo embrollo,
si gano más, mi pingo
sufrido y criollo.
Si va al galope, overo,
haciendo punta,
no importa ingratitudes
yo soy su yunta.
A la huella, a la huella,
rumbo sabido
pa vos el matadero,
pa mí el olvido.
A la huella, a la huella,
glorioso día,
cuando canto la huella
la tierra es mía.
Laralalalaila
laralalailalaira....
cuando canto la huella
la tierra es mía.
Bajo tu trama apretada,
en blanco y negro tejido
mi poncho pampa querido,
está mi vida tapada
que al verla parece nada
pero es vida de valor;
vos por ser caminador,
yo prudente y recatado
hay recuerdos silenciados
que duermen a tu calor.
Fueron tus flecos torcidos
al borde de mi recao,
en silencio acompasao
como caricia sin ruido;
y ese ribete zurcido
de tu boca floja y muda
en donde mi alma se embuda,
es como abrazo de amigo,
siempre buscando tu abrigo
pa'no sentirse desnuda.
Por delante en mi regazo
te eché en forma cautelosa
y son una misma cosa:
vos, mi cuchillo y mi lazo,
cada cual es un retazo
cocido de gaucho modo
pero con vos me acomodo
donde se apea mi osamenta
y así los dos en la cuenta
lo pasamos codo a codo.
Guardás en tu paño entero,
desteñido y opacado,
abnegación de soldado
y tiemple de cuatrielero;
como Cruz en el desierto
fueron los dos compañeros,
el mismo destino incierto
nos va gastando a los dos
hasta que al fin quedes vos tapando mi cuerpo yerto.
Sobre el paño verde seco
Donde muestra la cañada
Una tarde desangrada
Detrás de un juncal enteco,
Se cuelga en el aire el eco
De un chajá que desde el suelo
Grita y levanta su vuelo
Tan lento como un olvido
Como otro intento fallido
Por querer llegar al cielo…
Están bordando la orilla
Unos flamencos rosados
Con un pespunte apretado
Sobre cetrina puntilla,
Con el agua a la rodilla
Rumean unos animales
Vestidos todos iguales
Con su traje de levita,
Completan la agreste cita
Puñados de teros reales…
Las nutrias en los junquillos
Dejan su rastro de barro
Como un dibujo bizarro
Hecho a punta de cuchillo,
Se peinan los canutillos
Mientras se mira el reflejo
El día en barroso espejo
Es un cuadro la cañada
Con silvestres pinceladas
Y de color sepia viejo….
Anónima "Patricia" que labras la esperanza
de un agro emancipado del drama cultural,
las letras son antorchas que alumbran las conciencias
y tú se las alcanzas al párvulo rural.
Adquiere tu figura contornos gigantescos,
actuando en ese medio adverso a tu labor;
recursos muy precarios y amarga indiferencia
demandan tu entereza, tu ingenio y tu valor.
Maestrita de campaña, titán del sacrificio,
tu gesta irrenunciable despierta gratitud;
sembrando el alfabeto en vírgenes molleras
rescatas para el mundo la agraria juventud.
La senda que transitas del puesto hasta tu escuela,
te ve todos los días al ir y al regresar,
sufriendo los rigores del día despiadado
que pone a dura prueba tu amor por enseñar.
Tu temple se merece la prez que testimonie
lo duro de tu esfuerzo, lo fértil de tu acción;
la patria se engrandece merced a tu docencia
y es justo que te brinde, mejor retribución.
Anónima "Patricia" que labras la esperanza
de un agro emancipado del drama cultural,
las letras son antorchas que alumbran las conciencias
y tú se las alcanzas al párvulo rural.
En Israel existía un grito de guerra, que también se usaba en la liturgia y para expresar el entusiasmo. Se llamaba el "Teruaj". Este es el salmo del Teruaj. Canto que quizá era acompañado por una procesión con espadas en la mano. Era un canto para antes de las batallas. Tal vez un canto de victoria anticipado.
Es muy lindo divisar
el sol en el horizonte,
escuchar entre los montes
los pajaritos cantar;
ver un paisano ensillar,
con su brioso redomón
o cantar una canción
para contemplar su china
que se encuentra en la cocina
pa'entregarle un cimarrón.
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Estilo anónimo, recopilado por Martín Pereyra tomado de su padre Oscar Pereyra.
Chotis recopilado por el músico Rufino Leguizamon.
Repertorio de música criolla tradicional de la Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Lorenzo Vivanco en acordeon , Martin y Carlos Pereyra en guitarra.
Nos cuenta Fernando O. Assuncao, Olga Fernández Latour de Botas y Beatriz Durante en el libro:
"Bailes Criollos Rioplatenses":
El Chotis o 'Schottisch', no sería ni más ni menos, en sus principios, que una variante, muy leve por cierto, de la antigua 'éccosaise' (una contradanza al modo inglés pero bailada a saltitos), hasta el punto que el maestro Curt Sachs afirma que se originó de la inclusión en la coreografía de aquella, de vueltas al modo de Vals. Sea como fuere, con sus compañeras generacionales La Polca y La Mazurca, arribó a estas playas por la cuarta década del siglo XIX. No le fue fácil, como tampoco lo fue para aquellas el imponerse y de ello dan noticias unos chuscos versos de un periódico de entonces:
"Son el Schotisch y Polca muy airosos
si se bailan, cual deben, con decencia
Si no en jiros obscenos y furiosos
Se estropea el pudor y la inocencia". (Tomado de Lauro Ayestarán, La música en el Uruguay):
Esta tierra es hermosa.
Crece sobre mis ojos como una abierta claridad asombrada.
La nombro con las cosas que voy amando y que me duelen;
Montañas pensativas, lunas que se alzan sobre el chaco
Como una boca de horno de pan recién prendido,
Yuchanes de leyenda
En donde duermen indios y ríos esplendentes,
Gauchos envueltos en una gruesa cáscara de silencio
Y bejucos volcando su azulina inocencia.
Todo eso quiero.
Y hablo de contrapuntos encrespados
Y de lo que ellos paran virilmente sangrientos
Cuando el vino en la muerte es un adiós morado.
Esta tierra es hermosa.
Déjenme que la alabe desbordado,
Que la vaya cavando
De canto en canto turbio
Y en semilla y semilla demorado.
Ocurre que me pasa que la pienso despacio
Y que empieza a dolerme casi como un recuerdo,
Y sin embargo, triste, la festejo.
Mato los colibríes que la elogian
Como quien apagara los pétalos del aire.
Hondeo como un niño ángeles y campanas
Y cuando así, dolido, la desnudo,
Cuando así la lastimo,
Me crece, ay, una lágrima en la que apenas si me reconozco.
Digo que me le entrego.
Digo que sin saber la voy amando,
Y digo que me vaya perdonando
Y en un perdón y en otro que le pido
Digo que alegremente voy sangrando.
Amigos de arriba abajo,
eran Braulio y Melgarejo,
eran rodaja y rodaja,
eran pigüelo y pigüelo,
habían crecido juntos,
y con los mismos anhelos,
tan solo los separaba
como un alambrao por medio,
el color de dos divisas,
herencia de sus abuelos...
Pero eran tan amigos,
tan amigos al extremo
que el día que hubo revuelta,
juntos del pago salieron
y en la mitad del camino,
resuelven bajar los cueros
pa' cambiarse de caballo
por el color de los pelos,
Puesto que en un colora'o,
sangre'e toro, cabos negros
que apartó de su tropilla,
venía montando Lucero
y siendo blanco, clavao
que no le cuadraba aquello
como tampoco cuadraba,
es fácil de comprenderlo
aquel tordillo re blanco
que montara Melgarejo.
Al cambiarse de caballo,
emparejaron los pelos,
y en la mitad del camino,
pa' tomar rumbos inciertos
uno pal lao de Galarza,
otro con el cabo viejo.
Ahí entonces la emoción,
les aprieta un nudo al cuello;
se abrazan, lloran los dos
en ese abrazo fraterno:
-"Tené fe en mi caballo",
le dice Braulio Lucero
y Aquilino le responde,
-"Si caigo en algún encuentro
pa' venirtelo a traer,
soy capaz de juirme muerto".
Se hizo la paz y se encuentran,
junto al pago de regreso
y otra vuelta los abrazos
estaban como de verlos
que de entonces los caballos
iban a cambiar de dueños
y en las misma circunstancia
los dos en ellos se vieron
por eso es que nunca mas
los fletes se devolvieron.
Tras la revuelta una fiebre,
contagiosa vino luego
pa'que no se propagara
por los campos ni los pueblos,
hasta los ranchos quemaban
con los moradores muertos.
Era tan grande el contagio,
que se declaró un decreto
"aislar toda población
donde cayese un enfermo"...
y allí cayó bajo guardia,
el rancho de Melgarejo
con orden que ni la Madre,
pudiera entrar para verlo.
Pero lo supo su amigo,
lo supo Braulio Lucero,
y le puso en las paletas
de su caballo guerrero,
dos mordeduras de urgencia
para tragarse los vientos.
Y ni bien al campo llega,
ta' la osamenta en el suelo:
-"No dentre porque hay peligro,
No dentre!", grito un sargento,
"no dentre porque el contagio
hace días que esta ahí adentro
y el que traspase esa puerta,
se contará entre los muertos".
Pero ya no escucha mas,
avanza Braulio Lucero
y en cuanto abraza a su amigo,
en ese instante supremo
al levantarlo del catre
tiene en los brazos a un muerto.
Entonces lo carga al hombro,
pa'darle cristiano entierro,
no quiere que en el zanjón
lo tiren, como a otros muertos,
y allá va por el camino,
timbrándose con el peso
que va creciendo a medida
que se va enfriando el cuerpo.
Avanza, avanza tiembla,
no puede, se para de trecho en trecho
y piensa con amargura
si tuviera un compañero
y llorando de impotencia,
le dice a su amigo muerto
_"Vos que siempre te jugaste,
por tu partido, me acuerdo,
ahora decime Aquilino,
dónde estan los de tu pelo?".
Pa'darle otro tironcito,
le pide una ayuda al cielo
ahora llego al campo santo,
ahora cumplió su deseo
porque va a tener su amigo,
cristiana cruz para un rezo.
Al verlo por el valor,
jugar su vida sin miedo
quién es el que no diría,
frente de tan criollo ejemplo:
¡grande, grande es tener un amigo,
igual que Braulio Lucero.....!!!
De mi tropiya de sueños
aparté un escarciador
y a lo pampa, enhorquetao,
enfilé pa´la ilusión...
De sí, la ignoré a la güeya
porque siendo rumbiador
creí de balde trajinarla,
teniendo ¡fe y corazón!
-Y como de "eso" me sobra_:
encaré a la imcomprensión,
salvé guadales de olvidos,
del mentir, la cerrazón,
aguaceros de promesas
y vientos de sin razón...
...es que iba muy bien montao,
porque era mi flete: ¡flor!
Y vea, sin apamparme
anticipé un arrastrón
(es potro nuevito el sueño
y justo en un cañadón,
se levantó la injusticia
y medió me lo espantó...).
..............................................
Anque pese a estas cuestiones,
mis años, y mi condición,
sigo al tranco o al galope
por esos campos de Dios,
con mi tropilla de sueños
entablada de ilusión...
Fría el agua -como nieve-
congelando hasta las bestias,.
y yo a un tronco las molestias
le sacaré -mientras yueve-.
Recostao contra la trebe
viá dejarlo todo el día
pa’ ver si la rebeldía
despacito se refala
y cuando lo atraque al tala
se prienda con alegría.
Un pedazo de madera
que habla de aves y de nidos,
de los inviernos sufridos
y flores de primavera.
Cada rama, la manera
de acariciar la distancia
y la espinuda arrogancia
se curtió con los poderes,
como se curten los seres
que sufren desde la infancia.
Hueya de su derrotero
es la cicatriz de un gajo,
la plataforma -barajo-
de una casita de hornero;
ayí se templó el pampero,
¡golpiaron los ventarrones!
…y en las frías oraciones
-la brisa suave que sopla-
dejó la silvestre copla
que acunaba a los pichones.
Si el final de su esistencia
lo vio rodar por la grama
tendrá que alzarse en la yama
como grito de presencia.
El chispiar será conciencia
y la brasa, integridá.
Dejando en la humanidá
el calor que fertiliza
…si hasta la misma ceniza
tiene alguna utilidá.
Lentamente debe arder
pa’ que’l humo ni se note,
pero que al fuego le brote
un amplio resplandecer.
Será como renacer
al yegar la madrugada.
Y el que no pueda ver nada
en la hoguera de’ste leño
¡qué despabile su sueño
al sol de la yamarada!
Nunca un amigo emprestao
se hace de fierro,
siempre es caballo cansao
sordo al cencerro.
No hay yegua que lo haga dir
potrero adentro,
nunca un amigo emprestao
regala un tiempo.
Solo un amigo ganao
con un sentimiento
es pingo resucitao
aunque esté muerto,
o aunque esté siempre matao
de tripa y cuero,
tendrá un risuello guardao
pa' darse entero.
Ahijuna cuanto sufrí
sin un sosiego,
hombre que sabe sentir,
siente parejo,
no lo achucharra el dolor,
pero es muy fiero ,
entregar el corazón
y tener miedo.
Un amigo bien ganao
es como un cielo,
ande se enciende la luz
de los silencios.
Un amigo bien ganao
es como un rezo
que se dice de callado,
en cualquier tiempo.
1
Sulki: carruaje extranjero
pero crioyazo por ser
necesario en el quehacer
de todo ambiente campero.
Sulki que juiste pionero
de las güeyas, hoy viejonas,
diseñao pa’ tres personas
-sigún jueran sus tamaños-
y aunque se pasen los años
seguís vivo en muchas zonas.
2
Con dos ruedas fabricao
y las varas pa’delante
colgaban de tu pescante
un estribo a cada lao.
El asiento colocao
sobre el eje, y sus soportes
que’ran en esos transportes
dos elásticos machazos,
que a prueba de barquinazos
oficiaban de resortes.
3
Dicen que tílburi ha sido
tu apelativo natal
pero la gente rural
por sulki te ha conocido.
Jue’stenso tu recorrido
y en alguna pulpería,
la noche se te hizo día
pues tu patrón, envinao,
pa’ las casa te ha yevao
cuando el sol aparecía.
4
Al estar en movimiento,
metido en la latiguera
el látigo, cual bandera,
flamiaba al compás del viento.
Al cajón bajo el asiento
¡cuántas cosas le metían!
A veces se repartían
cuando eran por demás,
en la bandeja que atrás
algunos sulkis tenían.
5
Siempre a tus varas se ataba
de los pingos el mejor,
que si no era trotador
cualquier piyo se burlaba.
Con largas riendas se usaba
un freno con antiojera
pa’ que’l animal no viera
ni a su costao ni detrás,
y era a eleción además
el pretal o la pechera.
6
El par de tiros usao
de suela o cadena, al fin,
se unían al balancín
pa’l arrastre del rodao.
En la siyeta amarrao
con hebiyas -o una sola-
se encontraba el baticola
que’n medio de las retrancas
pasaba sobre las ancas
pa’ sujetarse en la cola.
7
Juiste’n algunas estancias
alejadas del poblao,
el vehículo obligao
pa’ recorrer las distancias.
En distintas circunstancias
quedó en la senda tu estela
cuando a mama y a la agüela
las yevabas de visitas
o cuando en las mañanitas
divas cargao a la escuela.
8
Hoy está casi perdida
tu presencia en la campaña
porque’l progreso, con saña,
apresura tu partida.
Por ser historia sentida
de un tiempo que yo he vivido,
con gran rispeto he querido
evocarte’n el ricuerdo
pues tu pingo, al trote lerdo
te yeva rumbo al olvido.
Como un cencerro sonando
que desde lejos se siente,
el tiempo va mansamente
las almas amadrinando
y aunque sea de vez en cuando
en un vino compartido,
o en un abrazo tendido,
lo llevo del lao izquierdo,
así siempre los recuerdo
a mis amigos queridos.
Puse cuidao y desvelo,
mi amistad es noble y sencilla,
de no agrandar la tropilla
tampoco juntar de un pelo;
con ellos levanta vuelo
mi corazón que ha vivido,
por haberlos elegido
sin tener un desacuerdo,
así siempre los recuerdo
a mis amigos queridos.
En esta vida profana
la amistad es poncho de abrigo
y en yunta con un amigo
cualquier hazaña es jarana.
Se alegra mi alma paisana
si estoy con ellos reunido,
o en un estilo sentido
cuando mi guitarra encuerdo,
así siempre los recuerdo
a mis amigos queridos.
Aunque no voy a nombrarlos
y no es muy larga la lista,
al que este verso lo asista
habrá de saber guardarlo
pues yo quisiera llevarlos
en el corazón prendido,
una vez que me haya ido,
sin vueltas y al tranco lerdo
para siempre en el recuerdo
y a mis amigos queridos.
Presiento ese dolor cerca de mí
como un abrazo rudo
que no puedo romper.
Ahora ya sé quién eras.
haberlo descubierto me ilumina una herida
que no alcanzaba a ver.
Dolor, bravura, sombra: así te llamas.
Toda la tierra nuestra crepita en ti y te nombra;
toda la tierra verde
con su bagual, su tigre y su paloma.
Dónde ibas a morir,
forjador de la vida;
semental de una estirpe que luchó codo a codo
para erguir su cabeza
a ras de las escorias
sobre el oscuro légamo de la historia.
Dónde ibas a morir,
gaucho
si ni tu propio nombre reconoció tu boca
y el mañana, ojo ciego
donde no te miraste
es memoria de todo lo que tu nombre toca.
Porque cuando la tocas
la palabra coraje se amanece
y en la caja viril de las guitarras
el corazón de un pueblo se estremece.
Porque cuando la toco
mi guitarra me dice
que el canto vino a mí, desde otro tiempo
por el río de tu sangre, desecado;
a mí, que soy mujer
y tengo pena
y estoy llena de arrullos apretados.
Allí donde cantabas
lloro; yo soy de llanto.
Allí donde rugías
canto.
Porque esa es mi oración
y la de aquellas
que lloraban por ti cuando partías.
Porque tengo una patria entre los brazos
que ciñe una paloma
todavía.
Para rezar por ti;
por tu desolación y por tu grito,
por tu ronca garganta sin canciones,
por tu rastro de sangre en los malones,
por tu mano cerrada en el cuchillo
y por todos los huecos de tu ausencia
y por todo el olvido.
Le pregunté a un locutor
que hablaba de festivales,
cómo eran los recitales
acá o en el interior;
ya que no vi ni un cantor
surero en un escenario,
siendo que es tan necesario
el canto de la llanura
que encierra tanta cultura
como tiene un diccionario.
Dijo que el canto surero
era aburrido, tristón,
y que no llama la atención
a los que ponen dinero;
que hay que serles más sincero,
cantar fuerte, mucho ruido
para darle otro sentido
sino la gente rezonga,
aparte escuchar milonga
es solo para entendido.
Me dije: "pobre de mí,
yo que soy paisano nato
y ando buscando un 'contato'
de ir a cantar por ahí",
y bueno si esto es así,
lo voy a tener presente
y muy cuidadosamente
mi guitarra dejaré,
tan solo la agarraré
para cantarle a mi gente.
A veces no puedo creer
cómo esto ha cambiado tanto,
han ladiao a nuestro canto
y no lo dejan crecer,
no se lo hacen conocer
al que no es de este pelo,
lo esconden bajo de un velo
a tantos cantores grandes,
y ni hablan de José Hernández
que es nacido en este suelo.
Pero soy un convencido,
hay gente que los escucha
y habrá que seguir la lucha
para que no se haga olvido.
El canto del sur herido
porque no quieren que esto haya,
yo seguiré la batalla
sin que naides se interponga
y voy a cantar milongas
por dondequiera que vaya.
"Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música..." Jorge Luis Borges
"La pampa, señor, es como la serpiente..., lo magnetiza al hombre, lo encanta y lo adormece, y al fin se lo devora". (G.E. Hudson)
Visite al Gauchoguacho en...
Estancia "La Brava"
Pampa
Madre. Horizonte. Soledad. Llanura franca al sol que sólo sabe de tu curva...Cuna, sepulcro y sustento. Creadora del gaucho afirmativo, del caballo amigo de la distancia, del puma escondido y del chajá ascendente. Pretexto de vagabundas ansias de partir sin meta...¡Tú que das resignación al pequeño, empampado de infinito! Ricardo Güiraldes.
El hombre nacido en la pampa tiene todo el cielo y todas las estrellas que parece que se le vienen encima. Tiene las primeras luces del sol a la mañana y las últimas del anochecer. El horizonte es la primera abstracción para el hombre, ya que es una línea que se ve pero que no existe, porque en la medida que avanza, se aleja más. Nunca va a encontrar el horizonte, sin embargo está ahí. Entonces el canto de ese hombre es reflexivo, intimista, profundo, como asombrado por la grandeza de la inmensidad. (Suma Paz)
"La pampa con su mutismo imponente y su monotonía tan característicos, predisponían poco a la locuacidad. -'El campo es tan lindo, me decía cierta vez un gaucho, que no dan ganas de hablar" Leopoldo Lugones
Paisajes
Pareciera que se agacha la huella del horizonte, y uno se pierde en el monte hasta hallar una lomada. La tierra parece nada y en ella se afirma el hombre.
Presentación
De n'antes
De ranchos y taperas
Pa'la moza
Sucedidos
Oficios
Nuestros paisanos los indios
Cosas del campo
Baguales
Jenofonte dice que al andar a caballo se siente la necesidad de que a uno le crezcan alas... Así el caballo resulta no sólo maestro del músculo sino también del alma... El caballo educa, rige al hombre y le da una filosofía propia. La filosofía de un jinete es distinta a la de un caminador...En el caballo se aprende la vida. Sobre su cabeza nace la lejanía y entre sus cascos se fatiga la tierra. A todo el que va jinete en su caballo su soledad lo acompaña. (Eduardo Jorge Bosco). ..................................................................................
A un domador de caballos
"Cuatro elementos en guerra forman el caballo salvaje. Domar un potro es ordenar la fuerza y el peso y la medida: Es abatir la vertical del fuego y enaltecer la horizontal del agua: poner un freno al aire, dos alas a la tierra..." (Leopoldo Marechal)
Juiiira perro
Bichos de mi tierra
De chacota.
Canto con jundamento
Viva la Patria
Aquí me pongo a cantar
Cruz diablo
"He dicho muchas veces que aquí recibí mis primeras lecciones de abismo y de absoluto.
El cielo me las dió, me las dió la llanura abierta y desmesurada. (Olga Orozco).
Pero yo he vivido libre
y sin depender de naides
siempre he cruzao a los aires
como el pájaro sin nido,
cuanto sé lo he aprendido
porque me lo enseñó un "flaire".