Me fuí por una guitarra
queriendo ganar el tiempo
y se me llenó de voces
la tarde de mi silencio.
Una llovizna de notas
goteaba en el clavijero
hasta la boca profunda
de la guitarra del pueblo.
Caja de luz, la encordada,
hueco donde guardo un verso
y diapazón infinito
donde se funden mis dedos.
Me inauguré en serenatas
alguna noche de invierno
cuando se abrió la ventana
y en ella asomó el recuerdo
como una triste muchacha
trayéndome el amor nuevo.
Cuánto hace que andamos juntos?...
qué importa, ya ni me acuerdo,
ya somos tierra y semilla,
nube blanca y ancho cielo
yo sé que me amás, guitarra
y vos sabés que te quiero.
Amor a primera vista
noviazgo que lleva lejos,
ternura tiene tu caja
del puente hasta el clavijero
para llenarme de magia
cuando te digo te quiero.
Te quiero así de sencilla
como un pájaro montero
como los ojos de aquella
que hace tiempo que no veo.
Madre del surco que a veces
me hace llorar en silencio.
Pero es tan lindo el camino
llegar y partir de nuevo
y enterrarnos en la ausencia
hasta que me ponga viejo.
Y se me mueran, guitarra
todos los pájaros sueltos
que andan rondando la copla
cuando te digo te quiero
Me fuí por una guitarra
queriendo ganar el tiempo
y se me llenó de voces
la tarde de mi silencio.
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