Tengo un rebenque aparcero
pucha qué rebenque hermoso
si hasta llegó a ser famoso
por lo pesao del talero.
Y no hubo ningún pulpero
que no lo haiga codiciao,
si hasta me le han ofertao
la plata que no valía,
¡todo el mundo lo quería
a mi rebenque plateao!
Cuando a una carrera fui
y mi talero llevaba
porque no se me olvidaba
ni se apartaba de mí.
Y si alguna vez corrí
algún caballo porfiao
nunca me he visto apurao
y he ganao con mucha suerte,
eso sin pegarle fuerte
con mi rebenque plateao.
Me ha dicho más de una moza
que si se lo regalaba
y si ese gusto le daba
le pidiese cualquier cosa.
Alguna de caprichosa
al ver que no se lo he dao,
el saludo me ha negao
total, por esa pavada,
por estar enamorada
de mi rebenque plateao.
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