Estaba matando el tiempo
y en un baúl lo encontré,
paño de nutria manchado
viejo sombrero ala diez.
El polvo de cien caminos
me hablaron de tu vejez,
trabajando allá en el campo
y el día que te estrené.
Había carrera en el pago,
de una guaina me prendé,
y a la noche en la bailanta
te acunaba un chamamé.
Barbijo de trenzas finas
a mi mentón se afirmó
y un cintillo colorado
tu copa siempre adornó.
Recorriendo campo abierto
me cobijaste del sol
y despejaste mi vista
al montar un redomón.
Hoy viejo y de alas caidas
aun conservás tu altivez,
por eso quise evocarte
viejo sombrero ala diez.
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