miércoles, 13 de mayo de 2009

Lo tengo en capilla al gallo.


Igual que charco alazán
tu pelo sobre la almohada
que se me hacía bordada
con soles que ya se van.
De pico entreabierto están
los pichones de tus besos
y dos pimpollos traviesos
retozaban sin bozal,
perfumaba tu rosal
el ambiento de mis güesos...

Y los cisnes de tus brazos
derivan en lago tibio,
a media asta el alivio
entrecierran tus ojazos.
La luna que se va al mazo,
femenina y entendida
porque otra luna encendida
alumbraba el otro cielo,
después que tiró el anzuelo
luneaba la distraída...

Sabia, la naturaleza,
mezcla rosa con celeste
y aunque morir algo cueste,
continuar es la promesa.
Ya madura la cereza
de tu boca como miel,
descubre un país de piel
recorre los cuatro puntos;
nunca en la vida tan juntos
la paloma y el laurel.

Se me pusieron los pelos
cómo pa' enhebrar melones;
al brindar los corazones,
los pulsos y los anhelos.
De conjugar los desvelos
con nueve lunas de ensueño
ya firmaba a tu dueño,
inédita obra de amor;
cuando un gallo arruinador
(¡no va y canta!)...y adiós con el sueño.

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