En esta verde llanura
que la natura nos presta,
el gaucho se manifiesta
ante un pingo y su bravura.
Raza de criollos bien pura
de éste mi suelo querido,
costumbres de un tiempo ido
que en cada tiempo renace,
porque si con gusto de hace
jamás queda en el olvido.
El calzarse las espuelas
no es pa cualquier montador,
si el pingo es corcoveador
ahi se nota si hubo escuela
pues son bravas las secuelas
después de un golpe machazo,
el hombre qu'es baquianazo
asegura cuando engancha,
y al salir abriendo cancha
es cintura, pierna y brazo.
Para el jinete primero,
si el pingo no tiene cerda,
con el tropillero acuerda
un tientillo pescuecero;
igual hay que ser campero
porque eso no da ventaja,
cuando sale nadie ataja
y ahí se ve la condición,
si el hombre es de buen garrón
no cualquier chuzo lo baja.
Si es con grupa la cinchada,
bien firme debe quedar
pa'que no vaya a pasar
por la cruz en la torada;
ahi la suerte queda echada
ya de ganar no hay manera;
si es con bastos y encimera
que es una monta elegante
es por demás importante
medir riendas y estribera.
También se tienen en cuenta
que no es adorno el rebenque,
porque al salir del palenque
se ve el jinete de menta
cuando la lonja le asienta
largando preciso el chirlo
y también hay que decirlo
pa'l que sale especulando:
si va solo revoleando
el fallo es pa'discutirlo.
Ir jineteando sentao
es estilo tradicional,
donde se ve sin casual
al hombre capacitao,
procurando no ir ladeao
para seguir el compás,
va demostrar que es capaz
cuando recorra un buen trecho,
y al beyaco con derecho
le ganará siendo más.
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