Del mismo vientre del monte...
salió a cumplir con su rol,
imponente como el sol
que decora el horizonte...
tiene la esencia, el apronte,
de la estirpe colosal,
la fiereza del bagual
la fibra, el coraje enciende
de Rafael Otamendi...
el tricampeón nacional...
Desde chico y no es zoncera
soñando con jineteadas
le abran servido de almohada
los bastos y la encimera,
pa'que juegue la estribera
le dio la "pata de gallo"
y sobre el pampeano playo
se mostró firme, aguerrido...
como si hubiera nacido
rebenque en mano, a caballo.
Hay que verlo dando un chirlo
capaz, elegante, rudo,
que las manos del escudo
se sueltan para aplaudirlo,
la Patria ha de bendecirlo
por honrar las nazarenas...
y al ser dueño de la escena
se merecería también,
una estatua de caldén
sobre un médano de arena.
¡Suerte! cada vez que monte...
será brujo, el que lo baje,
la chispa de su coraje
puede incendiar más de un monte
y cuando el tiempo en su apronte
lo separe del bagual...
en una noche estival,
ha de asomar el relato,
del payador Soccodato...
al tricampeón nacional...
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