Río de Cochuna, montañés y bravo,
que arrastras duraznos y rojo arrayán,
con tus diamantinas, rumososas aguas:
allá en tu quebrada te sentí bramar...
Viejos runacaspis, horcomolles, lanzas,
tipas, arrancados todos de raíz,
llevabas de prisa, no sé para donde,
para qué distante, soleado país...
Se asustó el caballo... Tus bermejas olas
yo vi deshacerse, lleno de pavor.
Le piqué yo espuelas; y adentro, en tu seno,
amigos, hermanos, éramos los dos.
Toda aquella noche, por la pradería
bajo el cielo negro te echaste a correr.
Río de Cochuna, toda aquella noche,
tu fiero bramido, soñando escuché.
CRÉDITO
Hace 2 días
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