Como si juera un aval
viá cantar en estas horas
a manos trabajadoras
de cualquier hombre rural.
Son las que s'echan un pial
sabiendo desempeñarse
y en yerras a programarse
tanto ensartan un capón,
o ensiyan el cimarrón
más lo que ha de presentarse.
Son güenas pa'l revoleo
si hay que salir a boliar
más cuando se ha de amansar
muy tiernas al manoseo.
Rudas cuando el tironeo,
sabedoras de una treta
pa'la mordaza que aquieta
y suaves pa'l cuero'e lujo,
que a unos tientos redujo
tras de darle a la maceta.
No son mancas si hay que hachar
en cualquier invierno crudo
y han hecho el trabajo rudo
con la'huja'e deschalar.
En tiempos de cosechar
muy ligeras al coser
y supieron desprender
pa'hombriar, aqueya maleta,
y a la bolsa, bien completa
en las juntadas de ayer.
A la pala y al pisón,
a la hoz como la'zada
lo mesmo que una orquiyada
no mermaba el apretón.
Supieron de un estirón
hacia cualquier alambrao
y otras veces han cavao
-si en la yanura se acampa-,
esa'stuta estaca pampa
atando el cabresto usao.
Ataron las herramientas
más también las manejaron
y al rancho lo levantaron
en muchas jornadas lentas.
Se'stendieron, muy atentas
al saludo rispetuoso;
eyas hicieron el pozo
pa'l agua de cada día,
y aplaudieron de alegría
algún artista virtuoso.
Defendieron a su dueño
a ponchazos y a facón
-si se cruzaba un matón-
poniendo el mayor empeño.
Habrán firmao algún sueño
de compra o de casamiento
y pa'tajar algún viento
plantaron una'rboleda,
siendo caricias de seda
pa'un gurí en su nacimiento.
Eyas son las que ordeñaron
e izaron una bandera
o bajando en la cuadrera
y en el invierno carniaron.
Despacito emparejaron
el tuse del dominguero
y castraron a potrero
o a campo abierto curaban,
y a su pareja tomaban
en el bailongo campero.
Barajas, bochas y taba
han sabido de sus dedos
sin las misturas o enredos
que'l fuyero utilizaba.
Otras veces musiquiaban
en la viola o verdulera
y en la cocina campera
ande más se suavizaron,
era cuando acariciaron
a su noble compañera.
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