Mi casa del cerro, mi sueño dorado,
tiene muchas rosas y algunos naranjos,
paredes muy blancas con olor a barro,
y una pieza grande donde yo descanso.
Siendo tan modesta parece un palacio,
y yo un prisionero que está a su cuidado,
regando las flores, cuidando los nardos,
paso muchas horas hasta que me canso.
Luego el paseíto, por la cuesta abajo,
voy hasta la fuente que surge en el prado,
allí me reclino sobre un viejo álamo,
y paso las horas, viviendo y soñando.
Mi casa del cerro, con olor a barro,
de paredes blancas y patio soleado,
siendo tan pequeña parece un palacio,
con muchos perfumes que llegan del campo.
Mi casa del cerro, mi sueño dorado,
a ti te confío mis últimos años.
¡Quiera Dios mis hijos te sigan cuidando,
y seas para todos como un santuario!
2 comentarios:
Hola al escritor: Soy una pobre abuelita que ando por la red como una abejita: en cambio de miel encontre este panel yde una me anamore! Saludos omma ...
Hola Omma. De qué tierra viene usted buscando miel? Soy la nieta del escritor, yo ando perdida buscando gente como usted.
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