El Doctor manda al hijo
a la escuela privada,
y después por la tarde
va al gimnasio y a inglés
y vive en una zona
de gente adinerada
donde solo se toma
puro whiskey escocés.
Por eso es que se jacta
que la vida es bonita
y hablando del futuro
brindando con champagne,
y hace la vista gorda
que hay gente pobrecita,
que comió en todo el día
un pedazo de pan.
Si son las vacaciones
se va a Punta del Este,
puede darse esos lujos
de que es legislador;
y pasa un mes entero
cueste lo que le cueste,
porque estaba estresado
del trabajo el Doctor.
Y deja todo en casa,
¿pa qué estudiar las leyes?
cuando llegue el momento
alguna va a votar.
Total la clase obrera
tira como los bueyes,
del carro más pesado
que es la olla popular.
Si son las elecciones
se saca la corbata,
e invoca todo el día
el nombre de Perón;
o va a una fiesta criolla
vestido de alpargatas,
y le habla a los paisanos
lo que es la tradición.
Y dice en su discurso
que el país cambiaría,
si hubiera por lo menos
un poco de moral;
y después come aparte
de la gente que había,
y le atienden los mozos
de moño y delantal.
No sea cosa que un día
la gente se acobarde,
y le golpee la puerta
donde vive el Señor;
y se pegue un julepe
que se quede sin habla,
después de tantas frases
bonitas, el Doctor.
Él paga lo que compra
con la tarjeta Visa,
y tiene tres empleadas
que lo tratan de "don".
Y los días domingos
se siente bueno en misa,
después de que el obispo
le da la bendición.
Le dice que usted debe
confiar en la Argentina;
poner plata en un banco,
argentino es mejor,
que es el único modo
que el país se encamina,
pero el tiene la plata
guardada en Nueva York.
Y habla de la cultura,
de cuidar las raíces,
y que nuestro folklore
merece su atención;
y luego está saltando,
como los infelices,
en la cancha de River
viendo a los Rolling Stones.
Que haga monotributo,
que pague los impuestos,
que trabajar en negro
al país le hace mal...
Terminó su mandato
y alejado del puesto,
lo busca la justicia
por evasión fiscal.
Yo no digo que sea
delito la fortuna,
si honradamente alguno
trabajando alcanzó;
pero hay gente que quizo
comprarse hasta la luna,
con todo el sacrificio
que al pueblo le quitó.
La pucha ¡cómo cuesta
hacerse el distraído!
los que tenemos hijos,
soñarle un porvenir.
¡Qué país tan hermoso,
qué país florecido!
y aunque muchos te sacan
no te pueden fundir.
No sea cosa que un día
la gente se acobarde,
y le golpee la puerta
donde vive el Señor;
y se pegue un julepe
que se quede sin habla,
después de tantas frases
bonitas, el Doctor.
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