Sobre de un campo arenoso,
salpicao de pastizales,
entre grandes chañarales
y zanjones barrancosos;
se organizó el más famoso
casamiento'e la región,
pues allí se casó un Lión
de estampa largona y fina
con una Liona barcina,
hija de un Lión petisón.
El mismo ñato en persona
fué invitando sin capricho,
uno por uno los bichos
de una zona y otra zona.
De más pituca la Liona
se pintó hasta la nariz,
y en el momento feliz
del enlace con dulzura,
un Burro hacía de cura
y de juez un Zorro gris.
Un Jabalí colmilludo
sin bañarse y corpulento,
se uniformó de sargento
para el orden, corajudo.
Gracias a él, el Peludo
no lo lastimó al Zorrino;
ya habían salido al camino
pa meterle p'adelante,
y se habló de que el causante
de todo aquello fue el vino.
Como el Sapo y el Lagarto
estaban en el fogón,
improvisando bajón
del criador y sus repartos.
Dijo el Jabalí: -"No aparto
de que los dos tienen garra,
pero traigan la guitarra
y de que canten es obvio,
primero para los novios
y después para la barra".
Agradeciéndole al Lión,
cantó el Lagarto y el Sapo,
y a la canción "Mis harapos"
la recicló un vizcachón.
Recitó un verso el Hurón
como una flor pa'la Liona,
y el Ñandú con voz chillona
dijo:-"Pa seguir la farra,
¡que traigan las dos guitarras
pa'compañar mi acordeona!".
Cuando el fuelle se estiró,
entre vibrar de las cuerdas,
una musiquita lerda,
como agua se derramó.
El Lión a bailar salió
con la Liona gambeteando
y una Tortuga saltando
empezó a decir con creces:
-"¡Que la bese, que la bese,
que la gente está esperando!".
El Lión problema no tuvo
y a la Liona la besó,
pero después se mamó
y así que errándole anduvo.
Porque el Zorrito que estuvo
de juez en el casamiento,
Al ver el aburrimiento
de la Liona en un rincón
la invitó pa'un pericón
y después pa'bailar lento.
Una Liebre y un Guanaco,
un Piche y una Mulita,
formando dos parejitas
le decían:-"¡Bailá Flaco!"
A un Gato de pelo opaco,
llegao de tierras lejanas,
que abrazándose a una Rana
le dijo: - "Si no se arruga",
mientras el Cuis y la Tortuga
bailaban suelto y con ganas.
Muy mamao un "Tucutucu",
retorciéndose el bigote,
le decía al Toro: - "¡Grandote,
te juego por 10 al truco!".
pero el Jabalí pazuco
de compadrón se arrimó.
Y le dijo: "Timba no,
porque después sin manea
aparecen las peleas
y hoy casi, casi se armó".
El Toro empezó a escarbar
mientras el resto bailaba,
y el Zorro la conversaba
a la Liona sin largar.
El Lagarto al zapatear
tanta tierra levantó,
que el Ñandú se calentó
diciendo de esta manera,
-"¡Me ensucian la verdulera
así que rieguen por Dios!".
Después de regar la pista
y de seguir divertido,
como el Lión seguía dormido
dijo el Zorro: "Está a la vista,
y hay que actuar por la conquista"
y a la Liona la apuró.
Pero el Jabalí lo vio
y le dijo: - "¡Mire Juan,
aquí las cosas no van,
como don Burro ordenó!.
Asi que no se me ofenda
y para su alma enferma,
no porque el patrón se duerma
usted la va a alzar la prenda".
Y el Zorro con rabia horrenda
le contestó pa su inquina,
-"No me gustan los bocinas!"
y al amagarle un ponchazo,
el Jabalí de un trompazo
lo escondió entre las espinas.
Cuando el Lión se despertó
preguntando con voz fina,
-"¿Adónde está la barcina
que conmigo no durmió?"
El Zorro se escabuyó,
como siempre ligerón,
y al volver a su región
cada bicho que bailara,
no hubo uno que no elogiara
al casamiento del Lión.
3 comentarios:
¡Qué buena fábula gaucha, loco!
...y gracias por rejuntar todas estas obras de arte en el blog.
Hermosisima fabula. Una delicia tanto para niños como para adultos. Hay que ayudar a su difusion. Me encanto.
Es una belleza
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