Te escribo en papel sellao
porque así se lo merece
este contento que crece
por la lucha que has ganao.
Con el suelo jabonao
con rezos pa que volqués;
con gualichos y payés
con tal de verte vencido,
pero al final han perdido
"aquellos" que vos sabés.
Te jugaste con "lo tuyo",
en un glorioso final;
yo estaba allá, en el piegral,
oyendo cantar coyuyos.
Pero, Chueco, hasta los yuyos
gritaron en tu favor!
a nuestro argentino honor
lo salvaste con tu fuerza
y quedó muda la mersa
cuando te vió ganador.
Es al cuete compañero...
la clase siempre se impone.
El que tiene hormonas, pone,
y siempre llega primero.
Alguno se juega entero
con el caballo pintao,
tiene diarios pa su lao
y una ristra de alabantes,
pero sólo es importante
aquél que Dios ha marcao.
Pero no hablemos de penas
que es mal que todos sufrimos;
aquellos que más quisimos
de indignos, nos encadenan.
Seguí tu ruta serena,
fierro a fondo, y alma clara;
y no te parezca rara
la diatriba de los malos.
¡Agarrá el lao de los palos
y a mal tiempo, buena cara...!
Enero 30 de 1954
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