(Pintura: Molina Campos)
En segunda repetida
Ahura, pa diferensiar,
mi vers'otra ves se baña
con la virtú de la caña,
qu'es cuestión de no acabar.
Tuito es poco pá ensalsar
esto, que solo, descueya;
qu'es ansí com'una estreya
en la noche del dolor...
¡Si uno nunca está mejor
qu'enfrente di una boteya!
Vamos a seguir mentando
la bondá que l'acompaña
a ésta macanuda caña
que yo siempre estoy chupando.
Cuand'un vaso rebosando
tengo, se me cai la baba;
el alma gosa sin traba;
pero, al dirse concluyendo,
siento ese dolor tremendo
de tuito lo que se acaba!...
Güeno, amigo: Si el invierno
lo abatata con su saña,
priéndalé duro a la caña,
anque la chupe en un cuerno.
Si el Verano es un infierno
de calor, com'una fragau,
y el cuerpo se le desagua
de tanto y tanto sudar,
no deje de gorgoriar
vasos de caña con agua.
Un rimedio "de mi flor"
cuando la gripa se cuela,
es la caña con canela,
lo mejor de lo mejor.
¡Si áhura la manda el dotor
hast'a los más señorones!
Y en bautisos y riuniones,
pá mí no hay cosas más lindas
que chupar caña con guindas,
o caña con orejones.
¿Que sin poderlo evitar
se duerme com'un muchacho?
¡"Métale caña, caracho,
que se v'a "despabilar"!
¿Qué no se quiere acostar
porqué le anda matreriando
el sueño, y pasa sismando
las noches d'estrey'a estreya?
¡Chupe juert'en la boteya
que pronto v'a estar roncando!
Al romatismo, paisano,
curábamos en campaña,
rosiando muncho con caña
y sobando con la mano.
Pá un aruñón, o pá un grano,
pá un empeine o pá un nasido,
pá los tajos de un herido,
pá tuito golpe o dolor,
es la caña lo mejor
qu'en la vida he conosido.
Ansina como la caña
nos mata el dolor de un tajo,
ansina mesmo, ¡barajo!
al dolor del alma engaña.
Como mujer tiene maña,
y muncha delicadesa:
Chupa usté con contentesa
porqué sus penas mitiga,
"la manda pá la barriga
y ella se v'a la cabesa".
"Borracho y enamoráu
siempre tienen Dios aparte":
dise un reflán, que comparte
el bruto y el ilustráo.
Yo, que hasta el fondo he sondiáo
cosas de tuita calaña,
sé qu'este reflán entraña
sólo 'e l'audasia el valor:
L'audasia que dá el amor
y l'audasia de la caña.
Cuando la hembra primera,
-que m'ensartó hasta los ojos
me dejó el alma en rastrojos
con una traisión artera,
¡qué triste y qué lastimera
vía tuita la campaña!...
Una muerte honda y estraña
se coló en mi corasón...
¡Gracias qu'en esa ocasión
hay'el rimedio en la caña!
Disen, si, que su plaser
y su consuelo es mentido:
¡Ahí está el gran paresido
de la caña y la mujer!
¡Disgraciáo del que ha de crér
lo que por verdá se dá!
¡Hilo es su felisidá
que junto al juego s'estira!...
¡Si a veses, una mentira,
es mejor que una verdá!
¿Miente un consuelo, un plaser?
¡Si como verdá se siente!...
Tamién la mujer nos miente,
¡y crémos en la mujer!...
¡No es chica la suert'e crér
tuita ilusión y pavada!
Y por eso a la mosada,
crér es lo que le conviene,
¡Que dimasiáo pronto viene
el tiempo'e no crér en nada!
Esto ya vá pa patraña,
que m'está saliendo fofo;
¡si tristón y filosofo
me ha puesto un frasco de caña!
¡Cuánto he sismáo en la estraña
marcha en eses de un bebido!
Sinos de pregunt'han sido
qu'el misterio los esconde,
y que ni a gancho responde
el viejo SANTOS GARRIDO.
TIEMPOS FEOS
Hace 1 semana
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