(Foto: Adalberto Gutierrez)
Oh! gaucho apadrinador
que sobre el lomo de un pingo
cuidás en cada domingo
al jinete o domador,
en el caballo mejor,
de buena rienda y ligero,
todo el ambiente campero
comenta de tu experiencia,
apadrinar, una ciencia
donde hay que jugarse el cuero.
He visto algún reservao
tomar el campo con furia
y en situación de penuria
al jinete enhorquetao,
fue allí donde tu montao
supo jugarse al instante,
siendo lo más importante
salvar el hombre del caso
sacándolo con un brazo
y echándolo por delante.
En aquella jineteada
que no talle tu presencia
tal vez que la concurrencia
observe gente golpeada,
la estampa prefabricada
de aquellos que quieren ser,
jamás podría reponer
tu destreza conocida
porque cuidar una vida
no se trata de aprender.
Vos cortaste la estribera
del quedó en el estribo
y ya más muerto que vivo
flameaba como bandera.
En cada fiesta campera
donde el pago está reunido,
pasas desapercibido,
te olvida el animador,
pero yo, apadrinador,
te canté lo merecido.
LOS HERMANOS BALTAZAR
Hace 6 días
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