Cuando el tala de las selvas
está viejo y por secarse,
caundo ya no tiene ramas
donde hacer su nido el ave,
cuando todo de él se aleja
porque ya muy poco vale,
se ve entonces una flor
empeñada en no dejarle,
blanca a veces como nieve,
y otras roja como sangre,
que si es pena, amor o gloria,
todavía no se sabe,
la más pura de las flores,
flor del aire.
Y es entonces que se prende
esa flor incomparable,
que se prende como nunca,
más hermosa y más brillante,
del bravío tala viejo
que al golpe del tiempo cae,
cuando más sus galas luce,
cuando más aroma esparce,
contra todas las injurias
de la existencia salvaje,
blanca a veces como nieve,
y otras roja como sangre,
la más pura de las flores,
flor del aire.
¡Y es de verlo al tala viejo
que aun muriendo sobresale,
a la luz del sol naciente
y al resplandor de la tarde,
bajo el ancho azul del cielo
en las selvas seculares,
ostentando la hermosura
de la flor incomparable!
¡Es de verlo con su prenda
de finuras ideales!
¡Con su flor, que ni los rayos
han podido arrebatarle!
La más pura de las flores,
flor del aire.
4 comentarios:
Qué lindo poema... me encantó... la flor del aire, nobleza hecha naturaleza... Te felicito.
Cuidate mucho, un besito, Ale.-
"La más pura de las flores"
lindoo!
me encantó, lo cantabamos a cuatro voces en la escuela, me gustaria escucharlo ...
Hermoso poema, mi madre lo recitaba de memoria imprimiéndole gran emoción.
Quién es el autor?
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