Jineteada

(Dibujos: Diaz Mathé)

Se dobla el día en la siesta,
el sol baja a la gramilla
y el verdor del campo brilla
pa'que comience la fiesta.
Los que han llegado se aprestan
a vivir esa función,
la que anunció el cartelón
que decía: "JINETEDA"
del boliche "La Blanqueada"
que está cerca'e la estación.

Y el domingo es más domingo
esa vuelta en el lugar,
por eso se ven llegar
mesturaos criollos y gringos.
Se habla de hombres y de pingos,
sin mermar ponderaciones
y como estas ocasiones
son güenas pa'l comerciante,
vendedores ambulantes
aturden con sus pregones.

Y llama el anotador
a los jinetes por turno,
Benavidez, Rojas, Munro,
Bazán, Juarez, Campoamor;
pa'hacer las cosas mejor
el sorteo dispusieron,
con todos los que vinieron
a probar los reservaos,
y unos números doblaos
meten dentro de un sombrero.

Después el acarreador,
lleva al potro pa'el palenque
y con espuela y rebenque
lo espera su montador.
Corcovos contra valor
y siguen otros el duelo;
unos aguantan revuelos,
otros apuraos charquean
y no falta en la pelea
alguno que anda po'el suelo.

Y al terminar la jornada,
los jurados de a caballo
hacen conocer el fallo
que tuvo la jineteada.
Cobra el premio un tal Almada
cual domador forastero,
que aplaudió el criollaje entero
y que además de unos pesos
llevó de promesa un beso
de la hija del bolichero.