A un cencerro

Viejo cencerro cuadrao
decir quiero, en tu agasajo
que al golpe de tu badajo
voy viviendo amadrinao.
No te alejés de mi lao
seguime, que yo te sigo,
andate y volvé conmigo
porque muy libre de engaños
cumpliste ya treinta años
como ayudante y amigo.

Siempre bien cerquita mío
fuiste mi punto de apoyo
en la niebla, en un arroyo,
o en la pasado de un río.
Y al convite o desafío
de un gaucho cielo estrellao
si tendido en mi recao
a tus sones me he dormido
vos, de puntual y cumplido,
al alba me has despertao.

Siempre firme en la collera
diste valor a la estampa
aquella picaza pampa
que fue tu novia primera.
Después la rosada overa
con vos vivió acollarada,
y pa´ no cortar la olada
en premio a tu sencillez
te acollaré en la vejez
con una hermosa tostada.

Como con sed de distancias
tu camperazo tañido
se hizo querencia en mi oído
por güellas, pagos y estancias.
Fuiste sí, con arrogancia
el que entabló mi destino,
y en solitario camino
tus tan conocidos sones
parecen palpitaciones
de un corazón argentino!!