(Pintura: Cesáreo Bernaldo de Quirós)
Como crudeza de invierno,
como inundación sin asco,
duele’ste dolor que masco
que’s como mosca del cuerno.
Es como sentirse’nfermo
sin tener dolencia alguna…
(Como molestia que acuna
la mama, cuando uno es tierno).
…que’l redomón de la vida
me trái charquiando a su antojo
y anque nunca he sido flojo
siento perder la partida.
Es brutal la sacudida,
la güeya: se hace rastrojo;
la esistencia es un despojo
y el cuerpo… todita herida.
¿Decir? ¡Quién lo hubiera dicho!
que’n alcanzando el repecho
dimanara, en largo trecho
tal bajada. ¡Si es gualicho!
Sabido que cualquier bicho
de la natura al acecho
se acomoda, y es un hecho
que ha de vivir sin capricho.
Mas el crestiano es destinto
y ante algún desacomodo
se acoquina de tal modo
que’stravea su güen sino.
Y anque se afirme, y con tino
busque ansioso un “¡puede ser!”,
algo, que no se hace ver,
tramojo l’echa al camino.
¡Velay la vida, caracho,
con escarciadas de tero!
Rastrojo por demás fiero
ande trompieza el más macho.
Como mancarrón pa’l tacho
parece uno señalao:
nada vale lo pasao
cuando el presente es empacho.
Que desentona el crestiano
entre tuitas las criaturas:
o sufre de las achuras
o es de pensadera insano.
Y ansí es que ando: mano a mano
entre golpe y desacierto…,
cuerpiándole al estar muerto
y viviendo con desgano.
(21/04/1993)
TIEMPOS FEOS
Hace 1 semana
No hay comentarios:
Publicar un comentario