Me llora el corazón de la madera,
las cuerdas del revés, se me adelgazan,
no está el abrazo zurdo en mi cintura,
ni su mirada pícara y paisana.
Se fue pero no pudo consultarme,
por lo callado y gris que me dejaba,
la tierra con su canto pudo mas,
que yo, guitarra novia del cantor.
Soy guitarra, pero ya sin alegrías,
solo canto por cantar, y llorar
las penas mias, sin llorar.
Soy guitarra desolada y sin arriero
pero adentro me quedó
ese acento milonguero de su voz.
Los cielos de la pampa y los de afuera,
nos vieron galopando las distancias.
Él siempre con su atado cancionero,
y yo enancada al filo de su espalda.
Que lindo si una noche de copleros,
viniera cerro abajo y me robara.
Del sur del clavijero me alzará,
y al provinciano abrazo volveré.
Soy guitarra pero ya sin alegrias,
solo canto por cantar,
y llorar las penas mias sin llorar,
Soy guitarra desolada y sin arriero,
pero adentro me quedó
ese acento milonguero de su voz.
1 comentario:
Bellísimo tema de Carmen Guzmán y hermosa interpretación. Gracias.
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