lunes, 4 de julio de 2011

Hernandez

(Pintura: Carlos Montefusco)
Dijo Hernández con razón
en acriollado lenguaje:
"Es al ñudo que lo fajen
al que nace barrigón".
Soy de la misma opinión
porque alcanzo a comprender
que jamás ha de poder
el que escuela no ha tenido
compararse al hombre instruído
en la fuente del saber.

Pero aunque nacido y criado
en la escuela del sufrir,
me doy mañana pa’ vivir
como el hombre más pintao;
se echar un pial de volcao,
ponerle a un pingo un apero,
y a un avestruz, aparcero,
lo sé en el campo boliar;
también sé una res carniar
sin pegarle un tajo al cuero.

Sé manejar el arao
y plantar una semilla,
y en el tiempo de la trilla
recoger lo que he sembrao;
sé hacer un lazo trenzao,
un cabresto, un maniador;
sé apartar como el mejor,
rodeo en el campo abierto,
y hasta en el mesmo desierto
soy baquiano y rumbiador.

Si me toca trasquilar
lo sé hacer como el primero,
y al más pintao y ligero
sé ponérmele a la par;
sé en un rodeo apartar,
en una cancha correr.
Lo sé sacar y poner
a cualquier novillo el lazo
y boliar en campo raso
cualquier bicho pa’ comer.

Yo sé un potrillo capar
y cuidar un parejero
y al mancarrón más mañero
las mañas le sé quitar;
soy baquiano pa’ marcar
en una yerra la hacienda,
sé trabajar cualquier prenda
que me falte en el recao
y al potro más reservao
yo lo sé sacar de rienda.


Y si escuela no me han dao
los que me dieron el ser
a fuerza de padecer
la experiencia me ha enseñao;
el que educarse ha lograo
debe ser por fuerza instruído.
Mas yo que siempre he vivido
por la ignorancia rodeao,
soy el gaucho desgraciao
del suelo donde he nacido.

(Versión de Fernando Ochoa)



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