Flor de la costa entrerriana
que perdida en el follaje
da esplendores al paisaje
de esa tierra soberana.
Donde al rayar la mañana
la saludan los zorzales
en tupidos matorrales
donde el ceibo se levanta
esa magnífica planta
engarzada de corales.
Allí crece el espinillo
exhalando sus aromas,
allí gimen las palomas
de atornasolado brillo
y entre el débil plumerillo
que blanquea en las cuchillas,
el trébol y las gramillas
le dan al aire pureza
y al corazón la tristeza
que entonan las avecillas.
El Uruguay en su lecho
corre entre lindas piedritas
cual las penas infinitas
que a solas guarda mi pecho.
Allí muestra el verde helecho
entre penas su frescura,
allí queda la ternura
que mis padres disfrutaron
con las dichas que pasaron
como el agua limpia y pura...
Allí a la hora de la siesta
me la pasaba en el monte,
contemplando el horizonte,
el cielo, el llano, la cuesta.
De las aves dulce orquesta,
del río suave murmullo,
de las flores el capullo
fueron la luz de mi vida,
allá en la tierra querida
de mi sangre y de mi orgullo!...
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