viernes, 6 de junio de 2014

Virgencita de Luján




Mi canto se vuelve rezo
por mi Santa Virgencita,
vos que  sos la lucesita
del faro de mi regreso;
yo te agradezco por eso
y que no me falte el pan
que allá que mis rezos van
por tenerte tan cerquita:
un beso a la medallita
de la Virgen de Luján.

Cantando mi Virgencita
quiero llegar hasta vos
y allá en el Reino de Dios
serás una Princesita;
el pobre te necesita
y se que el rico también,
en tu reparto del bien
no hay medida ni balanza,
brindando fe y esperanza
no debe importar quién.

Yo que soy agradecido
hoy no he querido olvidarme
y tendrás que perdonarme
por lo mucho que te pido.
Celeste y blanco vestido
semejante al pabellón
con manos en oración,
con tu bondad infinita,
sos mi gaucha Virgencita
el sosiego del perdón.

Sos mi santa milagrosa,
 la esperanza de Luján
adonde tus siervos van
por una ayuda piadosa;
pero esas son numerosas
las que llegan hasta vos,
y aquella carreta sos
viajera de un imprevisto
y allí quedaste por Cristo
y la bendición de Dios.

Agua fresca es tu consuelo
para este pobre sediento
sos igual al firmamento,
sos mensajera del cielo
mis besos que toman vuelo,
mis coplitas llegarán
y allí donde se que están
nuestros seres más queridos,
por tus manos protegidos
¡Virgencita de Luján!


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