Exhaltación de coraje fue también
la cifra
en cuyo galope heroico
siguió acuchillando el aire
con el grito engallado de las primas
y el rumor tumultuoso de las bordonas,
la misma tragedia enorme
que ardió en el refucilo de los aceros
y vibró en el tronar de los trabucos,
cuando en pos de una bandera
que el viento estaqueaba
contra la luz del cielo
llevando la muerte jineteando
en el filo de los corvos
y la victoria encandilada
en el filo de las moharras;
cruzó cargando la montonera gaucha
sobre el silencio verde de la llanura
percudida
por los clarinazos enronquecidos
de putear coraje.
La cifra se usaba también
para cantar de contrapunto,
o para acompañar historias
o relatos de sucedidos,
enancados en ellos
iban estirando los pagos
las mentas de los matreros
y llegaban a los confines
a horrorizar las ranchadas
los estragos del malón.
La cifra
fue el mester de juglaría
en que se cantó gesto a gesto
toda la epopeya que la raza
hilvanó a coraje limpio,
para el gaucho
el hombre no valía
sino como afirmación de lucha
y de ahí
que ninguno de los personajes de su literatura
se moviera en la naturaleza
sino que mas bien
se revolvía entre sus instintos.
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