martes, 27 de noviembre de 2012

Operación del apendis



1
Sentí unos juertes dolores
que me corrían por la panza
y con mucha desconfianza
caí en manos de dotores,
se reunioron los señores,
todito me toquetiaron
por todos laos revisaron
diciendo que "hay que operar",
pa'una pieza me mandaron.

2
Una elegante enfermera
se me arrimó delicada,
tenía la trompa pintada
y un gorro con orejera.
Me dijo que no comiera,
-"mañana madrugaremos:
"la panza le pelaremos
"a juerza de agua caliente...
"No avise a los parientes,
"nosotros" lo atenderemos".

3
En la camiya estirao
sacaba las patas afuera
y la elegante enfermera
no salía de mi lao.
Yo la miraba asustao,
las muñecas me agarró,
bien juertes las apretó
con una soga briyosa
y aquella muchacha hermosa
de las patas me abrazó.

4
Los dotores con caretas
como pa'sacar la miel
y la enfermera también
se acomodó una trometa,
sin andar con más gambetas
el trabajo comenzaba;
un cuchiyito chairaban
como pa'carniar un chancho,
la enfermera con un gancho
mi tripita tironeaba.

5
Terminada la operación
que pa'eyos era senciya,
me encajan un empujón,
yo les pretaba atención
pa'ver donde lo yevaban
a mi cuerpito que estaba
todo cubierto de sangre,
la enfermera echa una madre
la panza me acariciaba.

6
Felizmente terminó
con plena satisfacción
y sin poner atención
le herida se me cerró.
La enfermera me encargó
que no hiciera mucha fuerza,
ni tampoco no se tuerza,
ni se requiebre en milongas,
hasta que usted se componga:
sentadito la conversa.

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